¿Cuánto les ha costado a las brujas de nuestra generación la rebeldía, la visión, la conciencia y la integridad? Si alguna contesta que nada, miente.
Faltan 19 días para el #25noviembre y hoy les invito a pensar en el precio que pagamos por vivir según nuestras conciencias feministas en un mundo donde lo que parece más cómodo es silenciarse, ceder, mirar para otro lado o hacerse la loca.
Nos cuesta. Aún entre feministas. Aún entre mujeres. Pero más aún entre familiares, comunidades y espacios de trabajo o política.
La realidad es que todavía nos rodean las imágenes idealizadas sobre lo que debemos ser las mujeres y, aún nosotras mismas, las creemos y nos toma toda una vida de trabajo e instrospección vencerlas.
Ser libres hasta de nosotras mismas es más que un frase linda para una pared. Ser bruja y rebelde es más que llevar colgadas un par de pantallas con esas palabras.
Aunque siento que a mis 53 años todavía tengo mucho que aprender, acá dejo par de notas para el camino:

Hay que estudiar y también aprender a escuchar las historias de nuestras brujas mentoras, amigas o compañeras de camino. Hay grandes verdades que son parte de mi vida que descubrí en conversaciones cotidianas con mujeres a mi alrededor. Tati Fernós, Josie Pantoja, Marta Elsa Fernández, Lourdes Miranda, Angelita Rieckehoff (f), Ana Irma RL y tantas otras que son brujas y rebeldes y me siguen sorprendiendo con su valentía.
Hay que reflexionar para que cuando tomemos decisiones podamos sostenerlas aún cuando las consecuencias reboten en nuestra contra. Después de todo, actuamos contra la corriente y eso no siempre nos ganará aplausos.
Hablando de los aplausos, no pueden ser nuestra motivación aunque también esté bien sentirse apoyadas y celebrar las victorias. El mundo ha cambiado pero el trabajo pendiente requiere enfoque y valentía todavía.
Balance. Yo todavía no lo encuentro
. Pero se me ocurre que mientras más compañeras sumemos al trabajo, mejor se distribuye la carga y más fácil será pensar en descansar.
Mirar bien las intersecciones que nos atraviesan y que crean el planeta que percibimos. Para lograr un trabajo intergeneracional, hay que entender las herencias históricas más allá de las etiquetas X, Y, Z o boomer. En todas las generaciones hay explotadores, racistas, clasistas y machistas. Y en todas, brujas y rebeldes que hicieron todo a su alcance para que nosotras seamos las feministas que somos hoy y nuestras hijas las feministas que serán en el futuro. Esto por hoy. Mañana seguimos. ¿Les gustaría hablar más de este tema? Comenten y tal vez hasta un conversatorio podríamos tener más adelante.#cuentaregresiva #25N#CuentaRegresiva25N Ver menos
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