20.11.21

Descolonizarnos


 Ayer fue 19 de noviembre y no tuve las energías para crear la entrada correspondiente a la #cuentaregresiva25n que he estado haciendo.

Ayer faltaban 6 días para el Día Internacional de No Más Violencia Contra las Mujeres y era un día perfecto para hablar acerca de la violencia del colonialismo, de las invasiones a territorios y de cómo las mujeres se convierten siempre en las víctimas de estas violencias. Ayer fue también el natalicio de Lolita Lebrón, una luchadora por la libertad y descolonización de Puerto Rico.
En los escenarios de invasión y dominación colonial, los cuerpos de las mujeres son un campo de batalla adicional. Las agresiones sexuales se convierten en parte de las estrategias de guerra. Y luego, el control sobre nuestros cuerpos se convierte en estrategia de control. En Puerto Rico hemos sido testigos de esterilizaciones, de experimentación médica y de la imposición de creencias religiosas de quienes nos invadieron a través de legislación como el Código Civil y el propio Código Penal, entre otras leyes.
Las consecuencias de todo esto se manifiestan en todos los ámbitos de nuestras vidas porque también se percolan a todas las instituciones que forman nuestras creencias: iglesias, sistema educativo, sistema económico, agencias de gobierno, expresiones culturales y medios de comunicación.
La visión patriarcal y capitalista que domina la percepción social sobre las mujeres en Puerto Rico- y que es la base de las violencias que recibimos- nació de la invasión española y luego de la estadounidense.
Pero todo esto no se queda ahí.
Las mujeres que luchan por la libertad de sus países nunca lo han tenido fácil. El machismo habita las izquierdas tradicionalmente asociadas con los procesos de descolonización y de lucha. No es un secreto. Tal vez haya personas que no quieran hablar de esto, pero es necesario hacerlo.
La gente que constituye las izquierdas también se crió en el sistema colonial y también es heredera de las creencias del patriarcado.
Las denuncias sobre micromachismos, agresiones, invisibilización del trabajo de compañeras y la postergación de discusiones que nos atañen como grupo y los mandatos de silencio no son nuevas. Compañeras de todas las generaciones han vivido esas violencias, las han nombrado, las han combatido... y las han sobrevivido para abrir puertas a las que vienen tras nosotras.
Un post de Facebook no es suficiente para analizar este tema. Pero al menos para señalar, a 5 días del #25N, que aunque el tema de género al fin parece estar calando en las izquierdas aun tenemos trabajo pendiente. Nosotras y también los demás.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...