19.12.08

Un gobierno de movimientos

Muchas veces, los partidos políticos que ganan las elecciones piensan- desde la arrogancia del triunfo- que tienen en sus manos el poder de validar o invalidar los movimientos sociales y económicos que existen en el país y de elegir a quiénes se da espacio en la gestión de gobierno y a quiénes no. ¡Qué equivocados! Todo gobierno necesita de los movimientos y acciones sociales para validar su existencia. De lo contrario, no sería una democracia y no lograrían gobernar. No tendrían quienes caminen a su lado el tramo de cuatro años que tienen por delante. Si menosprecian los movimientos- como el de mujeres- demuestran que no sirven al país sino a otros intereses.

Unas elecciones como las pasadas, en las cuales se votó desde la desinformación y el miedo, no representan un mandato para que quien ganó nos imponga una plataforma política que casi nadie leyó. Representan un llamado contundente para que los diversos movimientos sociales y políticos del país, los que defienden la equidad, asuman su responsabilidad para dar vida y dotar de acción el ejercicio de una democracia participativa real.

¿Necesitamos que este o cualquier otro gobierno nos legitime? ¡No! El espacio político es nuestro. Somos nosotras, la gente común, la que valida o invalida las acciones de los gobiernos. ¡Qué gran tarea! Sobretodo porque nos reta como ciudadanas y nos impone como obligación el mirar el país desde una perspectiva ética que valore a otros seres humanos, se solidarice con sus realidades y se sobreponga a la tentación de actuar sólo para el beneficio propio. Estamos obligadas a actuar a partir de esa mirada y ser, más que testigos, gestoras de una nueva manera de construir la realidad… para la paz.

En el caso de las mujeres- feministas y solidarias- no será el ejecutivo o la rama legislativa quien nos diga cómo marchar hacia la equidad. Antes hicimos nuestro camino y con él el camino de miles de mujeres que hoy se benefician de derechos que antes les fueron negados. Ahora continuaremos el camino y acompañaremos-seguramente- a otros movimientos porque la equidad es para todas/os.

4.11.08

Monkey see, monkey do... ¡Ajá!

Los políticos de este país se creen que nosotras, las y los votantes, somos como los monos. Creen que el 4 de noviembre iremos a las urnas a votar sin pensar. Se empeñan en hacer demostraciones de poder para inducirnos a votar por quien parece ser el vencedor. Pero a nosotras/os eso no nos engaña.

No nos engañan las concentraciones de seguidores ciegos guiados por el fanatismo.

No nos engañan discursos de cambio que esconden posturas retrógradas y de odio a la diversidad, a las mujeres, a la pobreza, a la gente negra, a los obreros y obreras, a las comunidades excluidas…

No nos engañan palabras con significados tergiversados desde perspectivas fundamentalistas. Los valores que apreciamos no son los de desigualdad, ni los estereotipados desde pensamientos machistas y homofóbicos. Nosotras sabemos que el valor del amor al prójimo, a la equidad y la justicia superan los discursos que pretenden llevarnos al siglo pasado.

No nos engañan cuando se disfrazan de defensores de la familia mientras se niegan a aceptar que ya no existe un solo tipo de familia. Nuestras familias- diferentes, diversas y heterogéneas- son tan dignas como la llamada familia “tradicional”. Nos amamos igual, nos cuidamos mutuamente y aspiramos a alcanzar el bienestar y la felicidad.

No nos engañan los discursos de miedo.

No nos engañan los discursos amenazantes.

No nos engañan los espejismos que prometen un bienestar imposible mientras exista la sombra de la desigualdad y el discrimen.

No nos engañan promesas de prosperidad, porque sabemos que esa prosperidad está destinada a los grupos de siempre y que la pobreza quedará aposentada en el futuro de los de siempre.

Por eso, hoy, este país sabrá ponerse de pie.

Por eso, las mujeres no nos rendimos, como no nos rendimos en el pasado.

Por eso, no imitaremos como los monos a los fanáticos, no dejaremos que nos presionen con amenazas y no dejaremos de reclamar la equidad para nosotras y para nuestras hermanas y hermanos puertorriqueños.

¿Miedo nosotras?

Las campañas de los partidos políticos venden miedo mientras nos roban la esperanza. Ese miedo se extiende a la noción de que asumir posturas públicas en cuanto a la idoneidad de los candidatos o los partidos traerá represalias económicas y sociales en contra de quien se exprese. Nosotras, mujeres que trabajamos para otras mujeres no nos podemos dar el lujo de titubear y de temer. ¿Miedo nosotras? Para nada. Si a algo fuéramos a temer sería a nuestra propia inacción, a quedarnos sin voz ante lo que nos afecta y a permitirnos desperdiciar nuestros votos con quienes no nos representan y no se los merecen.

Por eso no tengo problemas con decir que hay partidos que no merecen que le demos el voto. Uno de ellos es el PNP, el cual intencionalmente dejó a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres sin una procuradora en propiedad y cuyo liderazgo no respeta la separación entre iglesia y estado, expresándose además, en contra de la equidad por género. Su programa incluye algunas propuestas para las mujeres, pero las mismas quedan invalidadas con sus acciones recientes y sus intentos de minar la seguridad y bienestar de las mujeres mediante legislación como la de custodia compartida, pensiones alimentarias y la Resolución 99. En el caso del PPR el tema de las mujeres y sus necesidades no aparece en su plataforma aunque públicamente han apoyado a la OPM e incluyeron en la plataforma un compromiso con la equidad.

Dos partidos que incluyen un compromiso con las mujeres como grupo son el PPD y el PIP. Ambos apoyan la OPM y ambos proponen elaborar estrategias concretas para el desarrollo, la equidad y la paz de las mujeres.

Como mujer, espero que otras mujeres hagan su análisis y que el 4 de noviembre voten por sus derechos. Piensen por un segundo en los derechos que ya tenemos y pregúntense cómo se obtuvieron. Luego piensen en lo que nos falta por alcanzar y en cómo viven muchas de nuestras hermanas en pobreza, violencia y exclusión. Teniendo tanto por alcanzar aún, ¿votaremos por quienes nos ignoran o nos perjudican? ¡No! ¡Mujeres, a votar por nuestros derechos!

29.9.08

Equidad y economía

Publicado en Voces, El Nuevo Día
29 de septiembre de 2008

Cuando los mercados nacionales e internacionales se caen, lo primero que se piensa es que los bancos y los inversionistas de grandes corporaciones se las verán negras. Sin embargo, en lo primero que yo pienso es en la gente de este país que día tras día lucha para sobrevivir su propia debacle económica que no es provocada por esta crisis, sino por la desigualdad que ha vivido por generaciones.

Mientras en este momento ciertos ejecutivos se preocupan por retener su carro de lujo, yo conozco mujeres que se preocupan por conseguir cinco dólares para comprar los alimentos del día. ¿Qué en Puerto Rico esto no pasa? Pues sí pasa y no por culpa de la gente pobre sino porque nuestro sistema económico está desgastado y no permite un desarrollo económico equitativo.

La sorpresiva agilidad gubernamental para intervenir a favor de los bancos, aseguradoras e inversionistas contrasta grandemente con su ineptitud para apoyar las gestiones comunitarias y de grupos de interés social. No hay dinero para iniciativas sociales pero sí para invertir miles de millones en compañías privadas. Con esto sólo se corrobora que para el gobierno y la empresa privada tradicional la erradicación de la pobreza y una distribución equitativa de la riqueza no son una prioridad. En Puerto Rico la distribución de la riqueza se ha ido polarizando en las últimas décadas convirtiéndonos en uno de los países con mayor desigualdad en el hemisferio. Aproximadamente un 60% de nuestra población vive bajo niveles de pobreza.

Es imperativo mirar otra economía, la solidaria y la comunitaria. Ese tipo de economía fomenta la equidad y la equidad implica acceso al poder. ¿Será por eso que sólo recibe el apoyo tímido de ciertos sectores? No es fácil compartir el poder social y económico cuando se ha tenido secuestrado por siglos. Las decisiones que tomemos como país en este momento determinarán el futuro de la Isla. Yo lo resumiría de esta manera, ¿trabajaremos para que los inversionistas tradicionales mantengan su estándar de vida o trabajaremos para que la mayoría del pueblo aumente su estándar de vida? Hay una gran diferencia.








http://www.elnuevodia.com/diario/columna/465067

11.9.08

El espejismo Palin

Publicada en El Nuevo Día
11-Septiembre-2008

Llevo días siguiendo las noticias sobre Sarah Palin. Lo que he visto hasta ahora es suficiente para ponerle los pelos de punta a cualquier mujer que tenga claro que no todo lo femenino es positivo para las mujeres como grupo social. Lo femenino es una construcción y Sarah Palin, mujer construida a imagen y semejanza del statu quo, es un espejismo. Su nominación a la vicepresidencia de los Estados Unidos no es un triunfo para las mujeres. Sólo la ignorancia o un descarado cinismo son capaces de justificar la idea de que a las mujeres nos conviene llegar al poder a través de una figura conservadora y violenta.

Las elecciones estadounidenses nos conciernen por varias razones. La primera salta a la vista: como colonia estadounidense, la legislación y las políticas públicas de ese país nos impactan. La segunda, no tan obvia, es igualmente importante: las mujeres de Puerto Rico: tenemos el deber urgente de evaluar cómo los partidos puertorriqueños han reaccionado ante Sarah Palin. ¿Qué dicen y qué opinan de esta candidata? Los políticos que la elogian por “femenina”, por pro-familia tradicional, por oponerse al derecho al aborto y por ser partidaria de las teorías creacionistas dejan traslucir a través de esos elogios una opinión preocupante acerca del rol de las mujeres en la sociedad. ¿Cómo actuarán si llegaran a resultar electos? Seguramente abogarían por la limitación de nuestros derechos y serían un pesado obstáculo para alcanzar los que aún tenemos pendientes.

En Puerto Rico, las organizaciones de mujeres llevamos décadas luchando para superar las visiones estereotipadas que limitan nuestro pleno desarrollo y derechos humanos. En este momento, y con tal tipo de panorama político, de más está decir que no permitiremos que nuestros derechos se menoscaben y que se coarten nuestras aspiraciones a una vida digna, en paz y equidad. Ante estos políticos y ante discursos apocalípticos cuyo único fin es demonizar lo femenino cuando éste reta los controles y los roles que se imponen tradicionalmente a las mujeres, nosotras decimos: “¡Las mujeres contamos!” Quienes elogian a Palin y se alían con su discurso son, definitivamente, un riesgo para las mujeres de esta isla. ¿Votaría usted por ellos?

17.7.08

El imperio de la indiferencia

Publicada en Voces/El Nuevo Día
14 de julio de 2008

Si existe algo capaz de desgastar el futuro de un país y su capacidad de superar los retos que nos agobian como pueblo, es la indiferencia. Esa misma que nos hace pasar por alto que en Puerto Rico la pobreza vive entre nosotras- no invisible como algunas alegan- sino intencionalmente obviada por la sociedad. Desde la indiferencia, podemos vivir toda una vida consumiendo el ambiente o ver cómo aumentan las estadísticas de muertes violentas para luego cerrar el periódico, como si nada, y seguir con nuestras vidas.

Ser indiferente es no sentir emoción alguna por lo que nos rodea. Es estar tan concentradas en nosotras mismas que anulamos cualquier preocupación por otras personas. Ser indiferentes es despreciar la humanidad, sin saber que a la vez estamos despreciando nuestro ser interno. Es así como a veces ni siquiera sentimos indignación por las injusticias, la falta de equidad o la pobreza…

Hay distintos grados de indiferencia. Mientras algunas personas no se inmutan con lo que pasa a su alrededor, otras pueden llegar a sentir cierto grado de conmoción con algunos sucesos del país. Es ahí cuando opinan, pero no actúan. La indiferencia mata la intención de actuar ante lo que las conmueve. ¡No basta con opinar! La opinión sin acción es una mera ilusión para paliar la conciencia interna que nos alerta sobre la necesidad de actuar solidariamente.

Pero, contra el imperio de la indiferencia, la rebelión de la solidaridad y de la responsabilidad compartida. Así es. En Puerto Rico, ningún movimiento o sector puede, por sí solo, cambiar las condiciones de vida del resto del país. Este país mejorará cuando cada persona que lo habita se sienta personalmente aludida por lo que pasa. Cuando el interés por los demás supere el interés desmedido en lo propio. Cuando se comprenda que el bienestar común es la mejor garantía de un bienestar real e integral para cada ser humano.

Contra la indiferencia y el desprecio el mejor antídoto es, a fin de cuentas, el amor por la vida y el compromiso genuino con las demás personas. Elijamos dejar a un lado la indiferencia. Elijamos la acción solidaria.

30.6.08

Las mujeres como botín político

Voces/El Nuevo Día
30 de junio de 2008

¿Somos las mujeres un mero botín para los partidos políticos? La sesión legislativa culminará sin la confirmación de nuestra Procuradora, poniendo en riesgo lo alcanzado por el movimiento de mujeres, y la propia OPM, al convertir nuestros asuntos en botín de luchas político partidistas.

Cuando en 1995 se celebró la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, mejor conocida como Beijing 95, se reafirmó internacionalmente la importancia de analizar desde una perspectiva de género los problemas de la sociedad para garantizar un desarrollo sostenible, no sólo para las mujeres, sino para la sociedad en general. Los estados participantes se comprometieron con objetivos de igualdad, desarrollo y paz para todas las mujeres. Nuestra situación política no nos brindó acceso como estado a este evento internacional. Pero una delegación de mujeres de nuestra Isla participó activamente en la Conferencia y creó un “Plan de Acción para la Igualdad, el Desarrollo y la Paz de las Mujeres de Puerto Rico”. Ese plan, sirvió de base para importantes iniciativas a favor de las mujeres de Puerto Rico, siendo una de ellas la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM).

¿Qué representa la OPM para las mujeres de la Isla? Es la única agencia de gobierno que, en alianza con las organizaciones, analiza desde una perspectiva de género los problemas sociales de la Isla y las soluciones que se proponen por otras ramas o agencias de gobierno. La OPM ha evaluado múltiples asuntos- como la violencia doméstica, el desarrollo económico, la salud, la educación, la participación política y otros- tomando en cuenta cómo se afectan las mujeres y proponiendo acciones concretas afines a nuestras necesidades.

Hoy, gracias a las organizaciones de mujeres y a la OPM, las mujeres de Puerto Rico están emergiendo de la violencia, la pobreza y la exclusión por razón de género. Están asumiendo roles de liderazgo en áreas de las cuales antes eran excluidas. ¿Hace falta validar el trabajo de la OPM y defenderla? ¡Claro que sí! Más que nunca las organizaciones seguimos presentes y activas inspiradas por los logros alcanzados y con la vista fija en la equidad como meta.

18.6.08

Transversalizar la perspectiva de género

Comentario en Radio Universidad de Puerto Rico
18 de junio de 2008

Hace once años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo advirtió en su informe anual sobre desarrollo humano- y cito- que "si no se introduce la dimensión de género en el desarrollo, se pone en peligro el propio desarrollo. Y si las estrategias encaminadas a reducir la pobreza no potencian a las mujeres, no lograrán beneficiar a toda la sociedad".

Tan reciente como esta semana, la pobreza de las jefas de familia puertorriqueñas volvió a ser noticia. No una noticia nueva, sino una que nos recuerda que aún tenemos mucho trabajo que hacer como país para garantizar la equidad de estas ciudadanas y de sus familias. Buscar las causas de la pobreza a la ligera, mirando meras estadísticas- que por cierto no son confiables- y decir que con una resolución legislativa se encontrarán sus causas es un ejercicio superficial. No hay que investigar demasiado para saber que más de un millón de mujeres de la Isla en edades productivas están fuera del mercado laboral remunerado. Sobre un 60% de las familias lideradas por mujeres viven bajo los niveles de pobreza.

El reto real, si de verdad se quiere erradicar la pobreza en el país, es transversalizar la perspectiva de género a la hora de pensar en medidas de desarrollo económico y social.En julio de 1997 el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) definió el concepto de la tranversalización de la perspectiva de género como el proceso de valorar las implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas, en todas las áreas y en todos los niveles de manera que las mujeres y los hombres puedan beneficiarse de ellos igualmente y no se perpetúe la desigualdad.

Si se tiene como objetivo final la igualdad de géneros, muy probablemente se logrará erradicar la pobreza, no sólo de las mujeres, sino de sectores importantes de nuestra sociedad. No podemos olvidar que en Puerto Rico muchas mujeres carecen de acceso al mercado laboral o a oportunidades para desarrollar sus empresas o autoempleo. Esa falta de acceso no es fortuita y nace de la visión estereotipada que aún tenemos acerca de las carreras profesionales y los oficios. También de las limitaciones relacionadas con la doble jornada de trabajo, la falta de cuidos adecuados para los niños y niñas, la falta de acceso a buenos servicios educativos y de salud y hasta la falta de un sistema de transportación pública adecuado.

La pobreza no se define de manera simple. Puede ser entendida como privación de la posibilidad de satisfacer necesidades básicas pero también como la privación de los medios para satisfacerlas. En nuestra Isla existen ambos tipos de pobreza. Sin embargo, no quiero cerrar este comentario sin hacer justicia a la labor de esperanza que se hace en la Isla para erradicar la pobreza. El desarrollo económico con perspectiva de género promovido gracias a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres y el desarrollo económico comunitario trabajado desde organizaciones no gubernamentales, ya son parte de un movimiento de desarrollo humano que entiende el factor económico como un instrumento para el pleno desarrollo humano de mujeres y hombres. En ese sentido, muchas de nuestras comunidades están más avanzadas que el propio gobierno y la legislatura que, incapaces de superar los intereses político partidistas, siguen poniendo en jaque el bienestar común.

¿Seguiremos hablando de pobreza? A partir de ahora, la consigna debe ser la de afirmar el potencial de desarrollo de nuestras mujeres y de nuestras comunidades para garantizar el futuro de un país que es de todas y de todos por igual.

Retar a las mujeres…

Voces/ El Nuevo Día
junio 2008

¿Qué tienen en común en estos momentos la Ley de Incentivos y el proceso de confirmación de la nueva Procuradora de las Mujeres? Una legislatura totalmente desligada de la sociedad civil en pleno y tomando decisiones decepcionantes para la mayoría de nosotras.

Desde diciembre pasado, las organizaciones de mujeres -y mujeres en carácter individual- manifestamos nuestro deseo de que se nombrara a una de nosotras para dirigir la Oficina de la Procuradora de las Mujeres. Fieles a los principios de nuestro movimiento, y actuando en consonancia con el espíritu de la Ley que creó la OPM en el 2001, buscamos consenso e hicimos nuestra recomendación al señor Gobernador. Él acogió esa recomendación. Esto de por sí, es un hito histórico pues en nuestro país no existen muchos precedentes en los cuales un grupo de la sociedad civil logra ponerse de acuerdo para- por encima de partidos políticos- impulsar un nombramiento de jefa de agencia que responda al país y al bienestar de quienes atenderá desde su puesto.

Las mujeres no somos ingenuas y estamos totalmente conscientes de que un nombramiento de un gobernador de un partido, a ser confirmado por un senado del otro, enfrenta el gran reto de superar las luchas políticas y de poder que se están dando entre ambas ramas de gobierno. Sin embargo, ese reto no nos amilana porque estamos acostumbradas a enfrentar retos cada vez que luchamos para adelantar la equidad. Fue un reto obtener el derecho al voto, fue un reto lograr las enmiendas de 1976 al Código Civil, fue un reto lograr la aprobación de la Ley 54 y fue otro gran reto lograr que se aprobara la Ley que creó la OPM y que se confirmara a la primera Procuradora, la Lcda. Fernós.

Faltan 30 días para que se cierre la sesión legislativa y para que se logre la confirmación de la nueva Procuradora, Marta Mercado. ¿Qué pensamos hacer desde el movimiento de mujeres? Eso ya se verá… así como se verá que no estamos dispuestas a entregar la Procuraduría a los partidos políticos como botín de elecciones, ni a dejar a un lado nuestra aspiración a un país equitativo y democrático para todas/os. ¡Cada mujer cuenta, y queremos la confirmación de nuestra Procuradora ahora!

Democratizar la economía

Voces/ El Nuevo Día
mayo 2008

Tengo sentimientos encontrados con la nueva Ley de Incentivos Económicos para el Desarrollo de Puerto Rico. Quizás se deba a que el proceso que se siguió para crearla fue hermético y atropellado y por lo tanto, excluyente. Quizás es que me afecta constatar que en nuestro país se persiste en ignorar la desigualdad y la pobreza mientras se insiste en la idea de que una inserción en los mercados globales es la única salvación para nuestro país. De tanto mirar hacia fuera, se nos olvida mirar a quienes sobreviven día a día junto a nosotras.

Aunque muchas personas de buena fe colaboraron en el proceso de redacción de la Ley, la buena fe de por sí, no da una visión inclusiva ni implica un compromiso con los tantos sectores tradicionalmente excluidos del poder en el país. Incluso, algunas de nuestras organizaciones lograron un espacio para deponer ante el Comité Técnico que trabajó en el proyecto de ley. Pero cuando se pretende trabajar para algo tan amplio y relevante como es el desarrollo de Puerto Rico, una ponencia no es suficiente. En realidad, debieron crearse espacios para el diálogo respetuoso e inteligente entre todos los sectores que se sintieran llamados e implicados en el asunto.

Al carecer de una visión amplia e inclusiva, el nuevo proyecto de ley se convierte en uno más de los cabildeados y promovidos por sectores que tradicionalmente han tenido acceso a la legislatura. Nuevamente se menosprecian las necesidades de las mayorías pobres y su capacidad de participar inteligentemente en la toma de decisiones. ¿Cuál es el precedente creado con la nueva Ley de Incentivos? Uno del cual yo no me sentiría tan orgullosa pues nuestra rama legislativa delegó su deber constitucional en una parte del sector privado e ignoró al resto. Porque resulta que las comunidades y las organizaciones de desarrollo económico y humano son también parte del sector privado… y no estamos ciegas, sordas o mudas ante lo que se hace en el país. La democracia depende de la participación y no de que se acaten en silencio las decisiones que no responden a la justicia.

Viernes humano

Voces/El Nuevo Día
mar 2008

Somos un estado laico y, sin embargo, tenemos días feriados correspondientes a festividades religiosas. Lo curioso es que muchas personas que se identifican como católicas o cristianas, en realidad no practican ninguna religión y temen admitirlo por miedo a ser discriminadas por salirse de las corrientes tradicionales. Miles de personas asisten puntualmente a servicios religiosos y cumplen con todos los ritos de su religión, pero en la vida cotidiana saben con certeza que están desconectadas de su ser interno y, más aún, saben que son incapaces de amar al prójimo.

¿Tiene sentido que exista un día feriado gubernamental en virtud de una festividad cristiana? No. Pero este próximo viernes, se detendrá casi toda la actividad laboral de la Isla. Hemos tenido que someternos a toda una invasión de mensajes religiosos en los asuntos públicos del país. Los políticos se llaman recíprocamente a la “reflexión” como si una dosis de religión fuera la respuesta a los males que aquejan la Isla. Pretende crearse un clima de santidad que dista mucho de ser real y profundo. De más está decir que muy poco se resuelve con expresiones cosméticas de amor a dios cuando al prójimo lo tenemos a nuestro lado todo el año y lo ignoramos porque no es igual a nosotros, no es blanco, no es heterosexual, no es rico, no es hombre, no es cristiano…

Para transformar al país necesitamos menos discursos religiosos y más acciones nacidas de amor genuino y aceptación de la diversidad humana. Necesitamos más personas íntegras que sean capaces de mirar el país a la luz de los derechos humanos de quienes lo habitan. Necesitamos personas que crean más en la igualdad que en símbolos religiosos y que sepan distinguir entre la paz y el fanatismo fundamentado en odio a lo diferente. Si de llamados a reflexión se trata, tengamos un viernes humano para repensarnos como nación y para poner en práctica un verdadero amor a la justicia y a la equidad. Para eso no hacen falta dioses ni religiones y mucho menos viernes santificados a costa de tradiciones que ya no responden a nuestra realidad.

7.3.08

Votos con perspectiva de género

Voces/ El Nuevo Día
7 de marzo de 2008

¿Cuántas mujeres acuden a las urnas analizando las candidatas y candidatos desde una perspectiva que considere sus necesidades como grupo? Probablemente no las suficientes, ya que de ser así habría bastantes legisladoras y legisladores descalificados desde las elecciones pasadas. Curiosamente, este año electoral casi coincide la fecha de las primarias con la del Día Internacional de las Mujeres. Esto nos brinda una muy buena oportunidad para reflexionar acerca de esos necesarios e importantes votos con perspectiva de género.

¿Y cómo analizar a todos estos precandidatos y precandidatas? Pues mirando no sólo las leyes que estos han promovido y apoyado sino las expresiones públicas que han hecho en temas que nos conciernen como mujeres. Y esto incluye lo que han dicho y lo que han callado. Porque a veces el silencio tiene como resultado práctico la validación de conductas, políticas y acciones que van en detrimento del pleno desarrollo de las mujeres puertorriqueñas.

¿Votaría usted por un candidato que abiertamente menosprecia el trabajo de otras legisladoras argumentando que su maternidad no las deja pensar? ¿O tal vez votaría por candidatas y candidatos que apoyan abiertamente posturas religiosas que perpetúan la idea de que toda mujer jefa de familia o que convive en relaciones consensuales es una ciudadana de segunda categoría? ¿Votaría por legisladoras/es que se manifestaron en contra de la voluntad de las organizaciones de mujeres que apoyan el nombramiento de la nueva Procuradora de las Mujeres a pesar de que ésta es la persona idónea para el puesto? Yo no.

Si las mujeres lograron acceso a derechos que antes les eran negados- como el de coadministrar los bienes de su matrimonio o el de denunciar una violación de su esposo o compañero- no fue porque las maquinarias gubernamentales lo hicieron fácil. Pero ahora, si las mujeres quieren garantizar su acceso a otros derechos que todavía les son negados, deben entender que sus votos serán determinantes en los procesos por venir. Aprovechemos las primarias para, desde una aspiración genuina a un país equitativo para todas y todos, construir un gobierno que nos represente y nos garantice nuestros derechos como seres humanas. Respondamos primero a nuestros valores de justicia y luego a los partidos. Si somos consistentes con esto, los partidos y el gobierno tendrán que cambiar.

13.2.08

Hay amores que matan

Publicado en Voces de El Nuevo Día
13 febrero 2008

Tal vez lo que suceda es que no son amores de verdad, que son amores castrados por estereotipos de género y saboteados por presiones sociales que perpetúan la violencia por razón de género y nos imponen una mujer muerta por cada semana del año.

¿Qué hacer ante tanta pérdida? De nada vale que nos alarmemos, si tan pronto cerramos el periódico seguimos con nuestras vidas y no asumimos una responsabilidad colectiva ante el problema. Así que de nuevo pregunto: ¿Qué hacer para detener esta ola de muertes y parar en seco el crecimiento de esta estadística?

Lo primero que debemos hacer es reconocer que estas muertes no se dan en un vacío. Mientras haya desigualdad por género, mientras un hombre crea que es superior a una mujer simplemente a base de su sexo, habrá violencia en contra de nosotras. Simple: Cuando alguien se cree superior- y por lo tanto, dueño de la vida y voluntad de otra persona- se cree también con el derecho a disponer de esa vida. Se convierte en un agresor, en un delincuente. Cuando las personas alrededor del agresor le refuerzan esa idea se convierten en sus cómplices. Si las personas alrededor de una víctima ignoran su necesidad de ayuda y se hacen de la vista larga ante las señales de peligro, se convierten en victimarios sociales y en criminales por negligencia.

¿Queremos asumir el rol de cómplices o el de personas solidarias con la vida, la justicia y la felicidad? Yo elegiría lo segundo. Al elegir la vida, elegimos estar alertas ante las señales de violencia y de peligro. También elegimos actuar, buscar ayuda e identificar los recursos que pueden brindarla. Decidimos de manera consciente regalar de nuestro tiempo a quien necesita de éste para ser acompañada a gestiones, recibir apoyo con el cuido de niños/as o transportarse a un lugar seguro. También elegimos apoyar en vez de juzgar.

Hoy, no cierre el periódico para olvidarse del tema. Hoy, tome unos minutos para reflexionar y luego propóngase actuar. ¿Qué mujer necesita su apoyo ahora? ¿Qué números de teléfono necesita tener a la mano? Que su amor no sea de los que matan, sino de los que dan vida…

10.1.08

Voces independientes

Voces/ El Nuevo Día
10 de enero de 2008

Siempre he pensado que el futuro de Puerto Rico depende de la sociedad civil y no de los partidos políticos. Éstos deberían ser un instrumento de la sociedad y no un fin en sí mismos. Los avances más importantes en áreas de derechos humanos son el resultado del esfuerzo y del compromiso de movimientos surgidos de los grupos civiles comprometidos con causas esenciales para la sociedad. En el caso de las mujeres se trata precisamente de eso, de defender sus derechos humanos y de reclamar para ellas los espacios necesarios para su desarrollo humano pleno.

Por décadas, las organizaciones de mujeres han trabajado incansablemente -en Puerto Rico y en el resto del planeta-para lograr legislaciones y acciones gubernamentales que garanticen esos espacios. Esto sucede porque vivimos en un sistema de ley y orden que, para bien o para mal, impacta a la sociedad civil y la manera en la cual ésta se organiza. Esa misma sociedad civil se ha distanciado cada vez más de los partidos políticos porque éstos se han distanciado de los valores humanos que las ciudadanas y ciudadanos consideramos esenciales para el bienestar general.

En el momento que el Gobernador anunció el nombramiento de Marta Angélica Mercado Sierra como nueva Procuradora de las Mujeres, surgió uno de esos puntos de encuentro entre la sociedad civil y los partidos políticos que pueden ser históricos. De un lado están las organizaciones de mujeres, líderes de la sociedad civil en temas relacionados con género, reclamando que se reconozca su capacidad y compromiso para sugerir las candidatas idóneas al puesto de Procuradora, y del otro lado los partidos políticos intentando antagonizar un proceso que no tiene por qué ser así.

Ante esta situación las organizaciones tenemos que levantar nuestras voces como voces independientes de controversias partidistas. Nuestra postura ante el nombramiento de la nueva Procuradora es clara. Tomamos una decisión informada, reclamamos un reconocimiento de nuestro derecho a opinar y defendemos nuestra independencia de criterio ante cualquier grupo que quiera degradar el proceso convirtiéndolo en un issue político partidista. Nuestras voces son libres, firmes y comprometidas con la sociedad civil de la cual provenimos. ¿Qué mejor referencia que esa para validar el apoyo a la nueva Procuradora?

2.1.08

Reina Magas

Voces/El Nuevo Día/ 2 de enero de 2008

Conozco muchas Reinas Magas. Algunas son ricas en bienes materiales y los comparten. Otras son ricas en inteligencia y la usan en beneficio de sus comunidades o de causas justas. Muchas son ricas en iniciativas y no escatiman en ponerlas al servicio de quienes las necesitan. Todas son ricas en amor y eso es lo que las convierte en reinas. Por eso, celebro la solidaridad y el entusiasmo que demuestran las mujeres de Puerto Rico para mantener vivo el trabajo por la equidad y la justicia para todas nosotras y el país.

Como conozco a las Reinas Magas- y sus aprendices- aprovecho para presentarles mi lista de peticiones.

Mi primera petición va dirigida a las Reinas Magas que viven su día a día tras las paredes del Capitolio… esas que hacen peripecias para sobrevivir el mundo político del país y que se saben representantes de los intereses genuinos de las demás mujeres. A ellas les pido que en el nuevo año miren con ojos solidarios las causas que atañen al bienestar general del país y al de las mujeres como grupo. No olviden que las mujeres, como ciudadanas, tienen derecho a que se consideren sus necesidades y a que se les permita desarrollarse plenamente.

También le tengo una lista a las Reinas lideresas de nuestras organizaciones de mujeres y de nuestras comunidades, las que se desvelan por cumplir los compromisos que asumen, le dan cabeza a los problemas que nos aquejan y no bajan la guardia ante las situaciones que nos afectan adversamente. Son el motor de muchas iniciativas que traen esperanza al país invisible y pobre que otras suelen pasar por alto. A ellas les pido firmeza en sus posturas, apertura a la diversidad y que alimenten las redes de apoyo que necesitamos para hacer crecer la idea de que un país que nos pertenezca en igualdad sí es posible.

A todas las Reinas Magas les pido que se miren unas a otras con afán de cambio, con orgullo y con solidaridad como si todas fueran imágenes de un mismo espejo infinito en el cual se reflejan también otras mujeres que nos precedieron y las que aún están por llegar…

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...