22.12.09

Microhistorias retorcidas

Esto lo escribí para Voces contra la homofobia, el pasado 17 de diciembre de 2009

Como diría Eva (y no es la de la biblia): “Todos somos homosexuales.”

1.

-Tú lo que necesitas es un macho que te lo haga bien- le dijo el hermano. Y luego la violó.

2.

Vino corriendo como un súper héroe de 8 años a defender a su amiguita de los demás niños que la molestaban. Y la salvó, porque cuando le miraron les pareció más divertido golpearlo a él.

3.

Cuando parió a su hijo lo primero que le miró fueron los huevos, a ver si eran grandes. Cuando lo fue a ver a la morgue, desmadejado y roto, con la palabra pato escrita a cuchilladas, lo primero que le miró fue el pecho para ver si su corazón todavía era capaz de hablarle.

4.

-Eso no se puede hacer aquí- les dijo el policía gordo y trinco mientras le tocaba el hombro con la macana. –Aquí hay menores señoras- añadió. Y las dos mujeres que se besaban en la plaza tuvieron que marcharse.

5.

-¡Que los machos no juegan con muñecas carajo!- le gritó el padre mientras destrozaba la muñeca bebé con la que jugaba el niño. Veinte años más tarde, al niño le tocó cuidar de su papá con la delicadeza con la que se juega a las muñecas, mientras su compañero le daba la mano con los trajines del resto de la familia…

6.

-¡Mejor muerta que pata!- le gritó la madre como una energúmena. Al día siguiente no pudo despertarla.

7.

Se miró al espejo y sonrió feliz. Le gustaba lo que veía, parecerse a su papá con su camisa y corbata. Luego tuvo que quitarse esa ropa y ponerse la de ella para ir a la escuela.
8.

Abrió los ojos en el hospital y lo primero que buscó fueron los ojos de su compañera. Esos ojos que le dejaban saber que todo estaría bien. No la encontró. Sus hermanos no la dejaron entrar porque no era parte de la “familia”.

9.

Cuando salió de la reunión iba confiada en que le dieran el contrato. Nunca supo que le llamaron pata del diablo antes de elegir para el contrato al mediocre recién casado y blanquito que compitió contra ella.

10.

-Mira nene, tú pa lo que sirves es pa un night club. ¡Con esa pinta! ¿Quién te va a creer que eres ingeniero?

11.

-No me dejes solo con el doctor- susurró el hombre a su esposa mientras miraba al joven que se acercaba al cubículo.

12.

Envejecieron juntos, tal y como siempre quisieron. Cuando murió el primero, el segundo tuvo que llorarlo a solas y de lejos porque los sobrinos ajenos se llevaron el cuerpo amado y de paso, pararon en la oficina del abogado para pedir el trámite inmediato del desahucio que tenían planificado.

13.

El Día de San Valentín recibió decenas de tarjetas de nenas y de nenes. Las leyó con fruición y luego de pensarlo un rato concluyó que le gustaban todos y todas y suspiró.

30.11.09

Un pacto social


De momento tenemos al sector empresarial del país hablando de un "pacto social". Quizás el mismo pacto social del cual hablaba el gobernador Fortuño en el periodo eleccionario. Definitivamente NO están hablando del mismo tipo de pacto social que Puerto Rico necesita.


Un pacto social real depende precisamente de la sociedad en pleno, aunque parezca algo tan simple que ni valga la pena mencionarlo. El problema es que ciertos grupos, acostumbrados por años a ostentar el poder, a tener acceso a las riquezas y a disfrutar de un estado de privilegio, no son capaces de ponerse en los pies de los "otros" y las "otras"... esas personas que por generaciones han vivido en la pobreza, que ya dan por sentada la violencia, que no ponen un pie en un "shopping" grande y que saben- aunque traten de olvidarlo- que no son iguales a los líderes políticos que les piden los votos cada cuatro años, o a los empresarios que hacen alarde de su generosidad cuando donan $3 ó $4mil a alguna entidad benéfica...


El pacto social que nuestro país necesita debe convocarse desde los grupos sociales. Así sin más. Invitar a los empresarios y a los gobernantes y ver si llegan... Tener una agenda amplia y dar voz, no por privilegio o posición de poder sino por pura democracia, a quienes conocen mejor que nadie lo que necesitamos como país: a la gente común.

24.11.09

Un feminicidio como preámbulo al Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Si en nuestro país se quería simplicar el asunto de la violencia hacias las mujeres como un mero problema de violencia doméstica, una nueva muerte no ha dado en la cara con el hecho de que se trata de mucho más. Una mujer fue asesinada por un hombre que la pretendía y la acechaba y una niña de sólo ocho años tuvo que enfrentar al asesino de su madre y quedar con el corazón marcado para el resto de su vida.

Muchos medios se preguntan, y nos preguntan, por qué. La respuesta es compleja pero me atrevo a resumirla: Porque somo desiguales, porque hay quienes se sienten con el poder de agredir y porque el sistema les refuerza esa idea cuando se empecina en hacer ver los asuntos de las mujeres como asuntos estúpidos e innecesarios, cuando nos degrada, cuando nos excluye.

23.11.09

En Puerto Rico, las mujeres de pie ante un estado agresor

Estamos de pie ante un sistema de gobierno que se ha convertido en el principal agresor de las mujeres en Puerto Rico. De pie y resistiendo por nosotras y por otras poblaciones que son igualmente vulnerables. De la misma manera en que la violencia doméstica se trata de una cuestión de poder y control, la violencia actual del Estado en contra de las mujeres de la Isla es un asunto de poder y control matizado por una perspectiva acartonada de lo que son- y deben ser- las mujeres a la luz de una concepción judeo-cristiana de corte fundamentalista que se ha entronizado en la esfera gubernamental.

Este 25 de noviembre, Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres, es obligatorio hablar de la violencia hacia las nosotras en sus expresiones más amplias y profundas. Esa violencia no se limita a la violencia en relaciones de pareja (violencia doméstica) y es, en realidad, una violencia que se ha filtrado a través de muchas otras facetas de la vida de las mujeres. Pensar que la violencia doméstica es el único tipo de violencia que se inflige a las mujeres de la Isla es simplificar un asunto mucho más complejo.

Este año, no le permitiremos al Estado pasar por el 25 de noviembre sin señalar su propia violencia y sin que sientan la vergüenza de verse a sí mismos como lo que son: agresores de nuestros derechos humanos, secuestradores de la economía y asesinos del futuro de equidad que todas merecemos.

La violencia gubernamental por género la podemos ver en su forma más cruda en el discurso de legisladores que cuestionan la capacidad moral e intelectual de legisladoras de manera viciosa, en los proyectos de ley que radican para inmiscuirse cada vez más en la vida privada de las mujeres y en la negativa a confirmar a dos nominadas al puesto de Procuradora de las Mujeres que fueron nominadas por el Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico (MAMPR). Ambas cumplían con los requisitos del puesto y, sin embargo, fue confirmada otra cuyo único mérito es la sumisión a las políticas machistas y de corte fundamentalista religioso del gobierno actual. Todas estas situaciones han sido denunciadas por el MAMPR a través de los medios y de acciones de movilización.

La violencia del Estado está presente, además, en la transformación cada vez más evidente de un Estado que debe ser laico por mandato constitucional a uno teocrático, que pretende poner límites a los derechos que ya hemos adquirido y obstaculizar los que aún nos quedan por reivindicar. La aplicación de normas divinas y el empeño en amoldar la figura de las mujeres a una normativa religiosa de carácter misógino y fundamentalista, se refleja en la falta de aplicación de un análisis con perspectiva de género al desarrollar las políticas públicas relativas a economía, desarrollo, participación política, vivienda, salud y educación, entre otras.

Tanto la legislatura como la rama ejecutiva han demostrado un claro rechazo al concepto de género influidos por grupos religiosos de presión que han demonizado el mismo y han logrado excluirlo del análisis y desarrollo de propuestas de ley y acciones gubernamentales que afectan directamente a las mujeres. Uno de los ejemplos más claros de esta situación lo vimos en enero pasado cuando el actual Secretario del Departamento de Educación, Carlos Chardón, derogó una carta circular que establecía como política pública la incorporación de la perspectiva de género en el sistema de educación pública de Puerto Rico. Dicha carta fue el producto del trabajo y coordinación de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres con el anterior Secretario de Educación y atendía una preocupación genuina de los sectores que abogan por la equidad y seguridad de las mujeres: la necesidad de promover desde edad temprana el respeto a ambos géneros y atemperar el sistema educativo para que permita que tanto niños como niñas se reconozcan y se respeten como seres humanos con igualdad de derechos y oportunidades. Meses más tarde, el mismo Secretario de Educación emitió una nueva carta circular que aconsejaba a las maestras y maestros del sistema de educación utilizar los mandamientos bíblicos de la tradición judeo-cristiana como tema de reflexión al iniciar diariamente la jornada de estudios.

Otros departamentos y agencias de gobierno, como el Departamento de la Familia, han adoptado medidas que contribuyen a crear un ambiente gubernamental hostil para las mujeres. Sus políticas sobre asuntos como las pensiones alimentarias, demuestran una tendencia clara a dar preeminencia a las necesidades de los varones amparándose en un razonamiento según el cual ya se han dado demasiados privilegios a las mujeres, que son en su mayoría las madres custodias y jefas de familia a cargo del cuido y manutención de sus familias. Desde esta misma agencia de gobierno se lanzó una campaña de medios titulada “Promesa de Hombre” que pretende erradicar la violencia doméstica haciendo un llamado a los hombres para que protejan a las mujeres y para que, en su defecto, eviten “defenderse” de éstas con violencia. Esta campaña no sólo evidencia la intención gubernamental de dejar de lado a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres como eje de las acciones que se concierten para prevenir e intervenir con la violencia doméstica, sino que además, impulsa dos ideas estereotipadas y nefastas para las mujeres: o somos débiles e indefensas o somos unas brujas maquiavélicas de las cuales los hombres deben defenderse.

Para empeorar la situación de las mujeres ante el gobierno, en el ámbito laboral y económico se han aprobado leyes y se han tomado decisiones que impactan frontalmente a las mujeres sin considerar que en los últimos años las estadísticas económicas ya las ubicaban en una situación de desventaja frente a sus pares masculinos. El 58% de las familias lideradas por mujeres en la Isla viven bajo el nivel de pobreza. Ahora mismo, sin embargo, ese porcentaje está en pleno proceso de aumento pues el gobierno está ejecutando un plan de cesantías de empleados y empleadas públicas, de los cuales un 60% son mujeres. No podemos pensar que todo esto ocurre por mera casualidad. Es más bien la reafirmación sin palabras de un pensamiento que asigna a la mujer un rol secundario e irrelevante en la sociedad y que sólo la reconoce como parte del ámbito doméstico en una estructura familiar tradicional y heterosexual.

En el ámbito de la salud, el tema de los derechos sexuales y reproductivos- incluido el derecho al aborto- es un tema tabú que es evitado a toda costa. Recientemente es más probable ver campañas para la entrega voluntaria de bebés para adopción que campañas educativas para la prevención de embarazos y de infecciones de transmisión sexual. ¿Qué decir ante esto? Sólo que nuevamente nos enfrentamos a la idea de que la abstinencia, sobretodo de las mujeres, es el mejor remedio para todo… en especial para garantizar a los varones poder y control en el ámbito sexual. Ni qué decir de otros aspectos de la salud de las mujeres, como los cuidos durante el embarazo y parto, los servicios durante el proceso de menopausia, prevención de cáncer y otras áreas de importancia para su pleno desarrollo y bienestar. ¿Cuál es la política del Departamento de Salud al respecto? Silencio.

La violencia hacia las mujeres es mucho más que la violencia doméstica o la agresión sexual. La violencia hacia las mujeres existe cuando le son negados los accesos a los servicios y bienes que necesitan para su pleno desarrollo humano. La violencia hacia las mujeres se ejerce cuando desde el gobierno se da carta blanca a grupos religiosos para que sus ideas particulares sobre lo que deben ser las mujeres sean impuestas a través de legislación y políticas públicas en detrimento de los derechos humanos de éstas. La violencia hacia las mujeres se convierte en una agresión de parte del Estado cuando el mismo asume un rol activo en la elaboración de acciones gubernamentales que atentan contra la equidad y un rol pasivo cuando el sector privado es quien atenta en contra de ellas. ¿Qué es lo peor que le puede pasar a un ser humano ante el gobierno actual? Ser mujer, negra, pobre y lesbiana. Con un perfil como ese, se convertiría en el ejemplo perfecto de lo que es un grupo totalmente excluido de los cículos de poder y se convertiría además en el objeto de toda la violencia social que se promueve desde el gobierno.

Irónicamente, la sistemática y consistente agresión del Estado en contra de nosotras- manifestada de manera especial en el desmantelamiento de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres- ha avivado el movimiento de mujeres de la Isla y logró hacerlo más amplio, diverso e inclusivo. Desde finales del 2007, bajo el nombre de Movimiento Amplio de Mujeres de Puerto Rico, organizaciones de mujeres, feministas y otros sectores solidarios con los derechos humanos de las mujeres, han asumido la voz y la acción para denunciar, proponer y promover acciones que vindiquen y adelanten la equidad para las mujeres. Ya no hablamos “las feministas” sino “las mujeres”, y cuando lo hacemos, se nos escucha. La organización del sector de las mujeres no es nueva y en Puerto Rico existe una tradición organizativa que por décadas ha demostrado tener la capacidad de adelantarse a los tiempos y lograr cosas que parecían imposibles.

Aún antes de las elecciones del 2008, el MAMPR fue uno de los grupos que con más claridad advirtió al país acerca del maridaje entre Iglesia y Estado que proponía el Partido Nuevo Progresista (PNP). A pesar de las advertencias del MAMPR en medios públicos y cibernéticos, el PNP ganó de forma abrumadora las elecciones, teniendo como una de sus primeras acciones la creación de una Oficina de Iniciativas Comunitarias y de Base de Fe que dirige una “pastor” llamado Aníbal Heredia y quien ha sido un ferviente promotor de una visión teocrática de gobierno.

La tradición de lucha del movimiento de mujeres en la Isla, encarnada a través del MAMPR y sus principios de equidad, ha florecido y se ha integrado exitosamente a movimientos y acciones políticas como la manifestación en contra de la Homofobia en mayo, la Asamblea Nacional del 5 de junio, la Parada Orgullo Arcoiris en ese mismo mes, el Paro Nacional en octubre, el piquete nocturno frente a la Fortaleza y las Musas Desprovistas frente a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres.

Por su parte, ¿qué esperar del gobierno este 25 de noviembre? ¿Con cuántas actividades plagadas de hipocresía conmemorará nuestro gobierno el Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres? ¿Cuánto más simplificará el asunto de la violencia por razón de género para invisibilizarlo y poder pasar a otros puntos de la agenda nacional que les resultan más amenos y menos amenazantes? Su decadencia no nos sorprende y muy al contrario nos reafirma en la idea de que como movimiento político, el movimiento de mujeres tiene mucho que aportar al presente y al futuro nacional. Ya no esperamos nada del Estado. Apostamos todo al país y a su gente. Como dije al principio, estamos de pie y resistiendo, pero además, dispuestas a embestir para lograr avanzar. Como muy bien dice un querido amigo, la equidad es inevitable.

11.11.09

Los impostores

Publicada en El Nuevo Día
11 de noviembre de 2009

Estamos en la era de los impostores. Los tenemos en el gobierno presentándose como salvadores de la economía, en el sector privado y la banca apropiándose del lenguaje de las organizaciones comunitarias pero actuando para su propio lucro y ahora en el tercer sector con una invasión de oportunistas que usan la estructura legal de las corporaciones sin fines de lucro para adelantar agendas ajenas a los derechos humanos de los sectores vulnerables y excluidos de nuestro país.

La definición amplia de impostores incluye palabras como mentirosos, santurrones, estafadores, hipócritas, imitadores e intrusos. Todas estas palabras describen a quienes hoy en día se apropian del país, de sus instituciones y de sus luchas comunitarias y sociales.

Un ejemplo muy cercano de este esquema de estafa nacional lo tenemos esta semana con el llamado Primer Congreso del Tercer Sector. El mismo está organizado desde la Oficina de Iniciativas de Base de Fe de la Fortaleza. La misma oficina que es liderada por Aníbal Heredia, quien se ha caracterizado por la promoción de valores fundamentalistas que atentan contra nuestros derechos humanos.

No podemos desvincular este “Congreso” de todo el andamiaje gubernamental que actualmente está desmantelando iniciativas comunitarias exitosas como el Fideicomiso del Caño Martín Peña y oficinas de gobierno que daban espacio para la participación ciudadana como la Oficina de Comunidades Especiales y la Oficina de la Procuradora de las Mujeres. Por un lado desmantelan las comunidades y los esfuerzos de apoderamiento civil y por el otro levantan y promueven un nuevo “tercer sector” afín a sus valores teocráticos y de ultraderecha que atentan contra el bienestar común.

Para que un impostor triunfe, tiene que haber alguien dispuesto a dejarse engañar. ¿Se dejarán engañar o comprar por unas cuantas monedas las organizaciones sin fines de lucro que por años han dado un servicio honesto al país? ¿Validaremos con nuestra presencia y recursos los intentos de usurpación del gobierno y sus cómplices? ¿Se dejará engañar el resto del país? Es hora de trazar una línea vertical y limpia entre quienes abrazan la justicia ante cualquier circunstancia y los que se rinden ante un poder que no vacila en doblegar a quienes le demuestran temor.

14.10.09

¿Quién le teme a un muerto? Vamos pa'l Paro Nacional




Un día antes del Paro Nacional es importante que reflexionemos sobre el momento que vive el país.

Hemos estado sufriendo las agresiones continuas de un gobierno caracterizado por la violencia sicológica e ideológica. Todavía hoy, ese mismo gobierno menosprecia nuestra inteligencia y cree que somos un pueblo manipulable a través del miedo y del individualismo. Por eso, han hablado de terrorismo, de independentismo, de minorías supuestamente violentas y malintecionadas. Están apelando a prejuicios que en el pasado le han servido para hacernos creer que el pueblo carece de poder y que el gobierno de turno es la única entidad con la inteligencia suficiente para tomar decisiones a nombre de todas y todos. Quieren que nos miremos unos a otras con sospecha y que nos atrincheremos en causas fragmentadas para que abortemos un movimiento democrático sin precedentes en nuestra historia.

Pero aquí, lo único que acaba de morir es la idea de que el gobierno es infalible. También acaba de morir la concepción de que ese gobierno nos representa y nos sirve. Estamos hablando del muerto más impresionante de este siglo. Con esa muerte, sólo nos queda la democracia participativa que no le teme al estado. Porque, ¿quién le teme a un muerto? Estamos ante un muerto que aún no se ha reconocido como tal y que está dando sus últimos aletazos de desesperación para detenernos. Es sólo un fantasma opresivo al que hay pasar por el lado fijando nuestra mirada en la equidad y la justicia que están vivas y necesitando nuestra acción solidaria.

Mañana, el éxito del Paro Nacional depende de todas y todos. No sólo se trata de empleadas y empleados públicos. El país entero está en riesgo de perder derechos fundamentales. Así, que al parar, estamos afirmando nuestro compromiso con las víctimas de la violencia, con las comunidades sumidas en la pobreza, con la educación de nuestras niñas y niños, con el acceso a educación superior para nuestros jóvenes, con los servicios a personas viejas, con impedimentos, mujeres, veteranos y pacientes, con el derecho a la salud, con el derecho al trabajo… estamos afirmando nuestro compromiso con el amor al prójimo por encima de las diferencias y a pesar de las desigualdades que nos han dividido hasta ahora.

¿Quién le teme a un muerto? Eso es cosa de niños, y nuestro pueblo acaba de alcanzar su adultez. Por eso mañana, con valor, esperanza y amor marcharemos todo Puerto Rico por Puerto Rico y las mujeres, seremos las primeras en hacerlo… por nosotras, por nuestras familias, por el país.

19.8.09

No es lo mismo una sospecha que saberlo de verdad


Amárilis Pagán Jiménez


No es lo mismo una sospecha que saberlo de verdad. Al menos, así dice una canción de uno de mis grupos favoritos. En el caso del nombramiento y confirmación de la Procuradora de las Mujeres, esa premisa define muchas cosas. No es lo mismo sospechar que está comprometida con el bienestar de las mujeres de la Isla que saberlo de verdad. Para evaluar un nombramiento de esta índole, el criterio no puede ser el de la sospecha, sino el de la verdad clara y vertical capaz de hacer frente a quienes atentan en contra de los valores de la equidad y la justicia.

Lamentablemente, la Procuradora designada debe estar sospechando que una palabra dicha a destiempo puede provocar que el Senado la cuelgue y para evitar saberlo de verdad prefiere silenciarse o contestar con evasivas. ¿Podrá mantener ese silencio en las vistas de confirmación? ¿Cuán real es una democracia en la cual la defensa de los derechos humanos se penaliza desde un púlpito legislativo? Sé, más allá de toda sospecha, que el estado laico que nos venden ya ha sido comprado- y no por laico- desde hace rato por quienes han podido pagarlo con promesas de votos y con dinero ganado a expensas de nuestro futuro.

¿Qué debemos hacer las mujeres ante la sospecha de que la Procuraduría de las Mujeres está en riesgo de perder su esencia? Nada más y nada menos que exigir la verdad a quien le corresponde revelarla. En este caso, a la nueva Procuradora designada le corresponde decir cuán comprometida está con la permanencia y defensa de la oficina ante las amenazas de consolidar las procuradurías. También debe demostrar que es capaz de ejercer un criterio independiente a la hora de analizar las situaciones de las mujeres de la Isla y que no estará a expensas de las presiones que ya intentan ejercer sobre ella los grupos fundamentalistas que se niegan a reconocer los derechos humanos de todas las mujeres de esta Isla.

“No es saberlo de verdad, lo mismo que una sospecha” dice la canción. Las mujeres queremos la verdad pues con ella en mano, sabremos cómo actuar.

18.8.09

Educadas y corteses

Así parece que quieren a las mujeres de este país. Por eso, nos encontramos en estos días en medio de un proceso de confirmación de la nueva Procuradora de las Mujeres en el que una pared de cortesía oculta un mar de controversias que podrían llevarse de frente ese nombramiento y unas cuantas cosas más.

¿A quién debemos tanta cortesía? A nada que esté por encima de la verdad. Necesitamos saber en qué valores e ideas se posiciona la nueva Procuradora de las Mujeres pues sabiendo dónde está ella, sabremos dónde están los que la apoyan y los que la rechazan.

Muchas mujeres sabemos dónde estamos nosotras. Lo sabemos y lo decimos desde la honestidad y desde la certeza de que la equidad sólo se logra trabajando por ella a tiempo completo... desde cada acto, palabra y gesto. Desde una verdad y compromiso con la justicia.

12.6.09

La pobreza se muda

Publicada en Voces, El Nuevo Día12 de junio de 2009http://www.elnuevodia.com/columna/579862/

¿Cuántas veces hemos visto una mudanza en un barrio pobre? Yo he visto varias, y con ellas toda una caravana de privaciones que se manifiestan en muebles destartalados, escasez de ropa y el deterioro de quienes cargan su pobreza en carros de compra o sobre sus propios pies.

La pobreza es más que carecer de un ingreso, es estar al margen de una vida plena y vivir múltiples privaciones que a la larga deshumanizan a quien la vive y a quien la tolera. Por eso, en Puerto Rico, no podemos tolerar la pobreza.

La pobreza que se muda a diario de alguna casita pobre, o la que se mueve en la mochila de una persona sin hogar no es la única pobreza que se vive en esta Isla. La inequidad la multiplica y la muda a otros espacios que hasta ahora creíamos a salvo de ella.

Mientras el planeta trata de erradicar la inequidad y la pobreza fomentando la participación democrática, en Puerto Rico sólo se consulta y escucha a quienes tienen poder económico o son lo suficientemente sumisos como para callar ante las injusticias que se cometen mientras. Se excluye al liderazgo comunitario y civil de la toma de decisiones.

Mientras en las Naciones Unidas se reconocen los derechos económicos, sociales y culturales como derechos humanos y pilares en la lucha contra la pobreza, nuestro gobierno insiste en privar de acceso a servicios de vivienda, salud, educación y trabajo a miles de puertorriqueñas y puertorriqueños.

Mientras a nivel internacional el tema de equidad se convierte en una meta concreta y central en las agendas contra la pobreza, nuestro gobierno sigue excluyendo, discriminando y privando a los pobres, las mujeres, la comunidad LGBT, los/as trabajadoras/es y nuestras comunidades del reconocimiento de su humanidad plena, digna e íntegra.

Un gobierno que muda la pobreza y la esconde bajo la alfombra, que acrecienta la inequidad y avala el discrimen, que se rige desde preceptos religiosos y con ello excluye a quienes no piensan igual no es legítimo, no es nuestro gobierno, no nos representa y carece de poder sobre el pueblo.

Un gobierno como ese está llamado a desaparecer, y es deber de nosotras y nosotros, el pueblo, lograr el espacio de participación democrática que nos garantice el gobierno que necesitamos para que haya paz y justicia social para cada ser humano de esta Isla.

28.5.09

Por la salud de las mujeres

Los derechos humanos son indivisibles. Y desde esa premisa, que afirma de manera contundente nuestra propia integridad y dignidad humana, se hace imperativo afirmar y reclamar nuestro derecho a servicios de salud sexual y reproductiva. Privarnos de esos servicios, equivale a fragmentarnos como seres humanas y hacernos vulnerables ante la violencia y la pobreza.

Hoy, 28 de mayo, es importante remirar el estado del derecho a la salud de las mujeres en Puerto Rico. Una primera mirada nos permite ver que en nuestro país el derecho a la salud no se ve como un derecho humano a pesar de que a nivel internacional el mismo ha sido reconocido en declaraciones y pactos internacionales.

Una segunda mirada, nos alerta de los peligros de un Estado cada vez más influenciado por principios religiosos. Desde esa mirada de alerta, estamos obligadas a exigir y defender el Estado laico donde las premisas religiosas no tienen cabida a la hora de tomar decisiones sobre nuestros cuerpos… cuerpos que trascienden nuestra individualidad y que se convierten en un cuerpo colectivo de mujeres diversas, con necesidades, creencias y aspiraciones diferentes pero con una meta común: alcanzar nuestro pleno desarrollo humano.

La humanidad de cada niña y mujer de esta Isla, nos obliga a dar una tercera mirada más profunda y más sensible. Porque desde la cotidianidad y la cercanía a otras mujeres podemos ver los detalles de las injusticias que construyen la inequidad de géneros.

Todavía en Puerto Rico las niñas que son víctimas de agresiones sexuales son revictimizadas cuando se les niegan los servicios que necesitan para recuperar su salud física y emocional y son acalladas por un sistema médico-legal que las ve como un problema y no como los seres humanos que son.

Todavía en Puerto Rico una joven o mujer que ha sufrido una agresión sexual se pregunta a sí misma si debe acudir a una sala de emergencias a solicitar servicios y, si lo hace, se repregunta más adelante si valió la pena someterse al escrutinio insensible de quienes la atendieron en un momento de extrema vulnerabilidad y dolor.

Todavía en Puerto Rico una mujer que sufre una agresión por su pareja puede pasearse por las salas de emergencia sin que un profesional de la salud se percate de ello y se tome el tiempo para documentar el caso, orientarla y referirla a servicios adicionales que garanticen su seguridad y salud emocional.

Todavía en Puerto Rico una mujer con problemas de salud mental puede terminar en las calles porque no existen servicios que le garanticen un trato digno, un plan de servicios integrados y su estabilización para que recupere su salud.

Todavía en Puerto Rico una mujer con problemas de adicción a drogas puede ser violada y agredida en las calles, puede deteriorarse y morir poco a poco en alguna esquina, sin que el sistema de salud la reconozca y la apoye para que reencuentre su balance y viva una vida digna.

Todavía en Puerto Rico miles de mujeres son obligadas a parir porque se les niega el acceso a píldoras anticonceptivas, algún médico se negó a esterilizarlas o no se les orientó sobre su derecho a practicarse un aborto.

Todavía en Puerto Rico las mujeres son privadas de un proceso de parto humano y sensible en el cual su salud y la del/la bebé sean el eje de los procedimientos que sigan.

Todavía en Puerto Rico las mujeres que no son heterosexuales temen informárselo a su médico y se privan de un servicio adecuado.

Todavía en Puerto Rico, miles de mujeres carecen de servicios de salud adecuados porque viven en extrema pobreza y no poseen una cubierta médica que les garantice el acceso a profesionales de la salud que las escuchen, las orienten y las atiendan con integridad y respetando su dignidad.

Todavía en Puerto Rico, las agencias de gobierno promueven una visión estereotipada de las mujeres que limita sus posibilidades de desarrollo económico y las excluye de los grupos sociales con acceso real a los servicios de salud.

Todavía en Puerto Rico la salud está en manos de unas pocas personas y la pobreza y la desigualdad arropa al resto.

Afortunadamente, hoy en Puerto Rico, existen mujeres y hombres que reconocen esta realidad y trabajan para cambiarla desde diversos espacios. Hoy 28 de mayo de 2009, es importante reafirmarnos en la lucha por la equidad de géneros y fortalecer nuestros trabajos en el área de salud.

8.5.09

Una familia a prueba de estereotipos


http://www.elnuevodia.com/unafamiliaapruebadeestereotipos-566153.html
Por Cynthia López Cabán / End.cynthia.lopez@elnuevodia.com

Amárilis y Magdaline comparten una vida normal como pareja, junto a sus hijos

Caguas - El apartamento H-302 despide olores dulzones. En la cocina, Magdaline Rodríguez González sofríe cebolla como parte del condimento que prepara para el bacalao. Amárilis Pagán Jiménez pela las verduras.

El pequeño Sebastián López Pagán, de nueve años, come Nutella -una crema de avellana y chocolate-, mientras que su hermano Jaime López Pagán, de 12 años, estudia para un examen de matemática. Isadora López Pagán, de 15 años, salió un momento a conversar con sus amigas.
Magdaline y Amárilis aprovechan también para coordinar algunos eventos pendientes.

“El jueves Sebastián sale temprano de la escuela. Creo que es más fácil que yo lo recoja y me lo
Siguen repasando notas y dividiendo tareas como cualquier pareja. Conversan y se mueven con tanta tranquilidad que pasa inadvertido que se trata de una familia compuesta por dos mujeres.
Esta pareja, que formó una familia hace tres años, explica que asume su relación con naturalidad, sin rodeos. Salen tomadas de las manos. Se presentan como las “madres” de los muchachos cuando acuden a la escuela.

partidarias de la justicia

Amárilis estuvo casada. Los tres hijos que cría con la ayuda de Magdaline son producto de esa relación. El padre de los chicos y la chica también participa en su crianza. Comparten los fines de semana.

“Te sorprendería la forma como la gente acepta (nuestra relación), a veces con más naturalidad de la que uno espera”, indica Amárilis, quien dirige el Proyecto Matria, organización que ofrece ayuda a mujeres sobrevivientes de violencia doméstica.

En ese ejercicio de vivir juntas, Amárilis y Magdaline aspiran a escribir otro libreto, otra posibilidad de ser y a cambiar los prejuicios que muchas personas tienen en torno a las lesbianas y los gays. Todavía hay sectores de la sociedad puertorriqueña que se expresan con rencor o describen a las parejas del mismo sexo como “torcidas”.

“Me di cuenta que el miedo precisamente lo que hace es acrecentar esa hostilidad y cuando tú demuestras temor el que es hostil se alimenta”, apunta Amárilis.

Esta conciencia dirige la vida pública y privada de estas mujeres. Ambas son partidarias de la justicia y la equidad. Magdaline es coordinadora educativa del programa de prevención de violencia hacia las mujeres en la Universidad de Puerto Rico en Humacao.

Ese proyecto de justicia y respeto se observa en su casa y en las actividades cotidianas. La pareja distribuye las tareas del hogar de forma equitativa. Nada de divisiones viejas que siguen estereotipos sexistas.

Empresa familiar

Magdaline, por ejemplo, participa en los juegos de soccer familiar que se celebran en la escuela porque a Amárilis no le gusta este deporte.

En el caso de los chicos y la chica, se promueve la responsabilidad individual, señala Magdaline. Cada uno lava su plato después de la comida. También recogen su cuarto y ayudan con la limpieza de las áreas comunes de la casa, que exhibe cuadros pintados por Amárilis.

Como cualquier padre y madre, Magdaline y Amárilis aspiran a transmitir a sus hijos e hija valores de respeto, honestidad y verticalidad, principios que ambas practican.

“Los estamos preparando para la libertad, para que cuando les toque el momento de decidir en sus vidas sobre carreras, ideas políticas, orientación sexual, lo puedan hacer desde un sentido de libertad y con una mente crítica”, concluye Amárilis.

7.5.09

Maternidades para la libertad

Para mi familia...

Imaginen una pareja de mujeres que se ama profundamente y que ha asumido la tarea conjunta de criar dos niños y una niña. Ese es el tipo de familia que en este país han llamado “torcidas” y el tipo de orientación sexual por la cual se colgó el nombramiento de la Procuradora de las Mujeres designada, Johanne Vélez. Sin embargo, ese es el tipo de familia que, como la mía, celebrará el próximo día de las madres sabiendo que en su hogar no hay una madre, sino dos. Más que los regalos, lo que hará especial el día serán los detalles que expresan ese amor y que permiten a nuestros hijos e hija saber que la orientación sexual no es lo que hace buenas o malas madres y personas.

Desde nuestra realidad, es imposible mirar el día de las madres con ingenuidad. Es innegable que la fecha es un ícono del consumerismo y de los estereotipos de género y por eso, para adelantar nuestra equidad, las parejas gays debemos subvertir esa visión, apoderarnos de la misma y dejar saber al país que la orientación sexual no nos incapacita para amar y criar nuestros hijos/as.

En nuestro caso, cada integrante de nuestra familia, desde la más vieja hasta el más pequeño sabe lo difícil que es retar estereotipos en un medio social intolerante. Por eso, el amor, el respeto y una mirada crítica al entorno son indispensables para vivir con dignidad en un país que como el nuestro, alimenta la desigualdad y el odio desde los púlpitos de las iglesias y las políticas discriminatorias del gobierno.

En nuestra familia no hay miedo y vivimos según nuestros principios. A la larga, estas lecciones de dignidad, respeto a la vida y a la diversidad serán algunos de los legados más importantes que dejaremos a nuestros hijos e hija. Ellos y ella ya saben que tienen derecho a la equidad y a aspirar a la felicidad. También saben que todos los seres humanos tienen esos mismos derechos. Este próximo día de las madres, celebremos las maternidades que trabajan para la libertad y abracemos el amor por la equidad.

5.5.09

Mujeres pa' la calle

Publicada en Voces, El Nuevo Día
5 de mayo de 2009

En estos momentos nuestro país tendrá que ver dos tipos de mujeres en las calles: a las empleadas públicas en riesgo de despido y al resto de mujeres que sabemos que esos despidos son sólo una de las muchas acciones gubernamentales que se están configurando en contra de las mujeres y del resto de la clase trabajadora. La calle adquiere un doble significado como lugar de protestas, de acciones solidarias y de movilización para un país que se resiste a sumergirse en el mar de desesperanza y pobreza en el cual nos quieren hundir quienes nos gobiernan.

Aproximadamente un 60% de las/os empleadas/os públicos de la Isla son mujeres. Si trasladamos esta proporción al número de despidos proyectados por el gobierno, estaremos viendo al menos 18,000 mujeres en la calle. Ellas se sumarán a las casi 60,000 mujeres que ya estaban desempleadas en el 2008 según las estadísticas del Departamento del Trabajo. Este es un asunto importante pero no puede mirarse desconectado de otros.

El empeño de los políticos de fragmentar la discusión de asuntos que afectan a las mujeres es la manera más eficaz de invisibilizar el impacto que sufriremos como grupo durante los próximos cuatro años. Acabamos de ser testigos de una agresión política por la manera en la cual se descartó a la Procuradora de las Mujeres designada sin miramientos ni análisis, porque, según el presidente del senado, ésta retó (¿a quién?) con sus expresiones sobre el aborto. ¿Estamos en la época en la cual se queman brujas? ¿Creen las y los senadores nuevoprogresistas que esto no les costará? Pues sí les costará. Somos muchas las que estamos retando el sistema y no habrá hogueras suficientes para acomodarnos a todas aunque los políticos y los fundamentalistas así lo quieran.

Las mujeres ya no pueden permitirse el lujo de permanecer en sus casas como testigos mudas de lo que está pasando. Sin equidad, todos y todas estamos en riesgo. Ya es hora de que cada mujer y hombre se posicione y asuma la calle como espacio para reclamar justicia, paz y equidad social y económica.

24.4.09

El paraíso del miedo


Publicada en Voces, El Nuevo Día

24 de abril de 2009


El miedo en sí mismo no es negativo. Es un sentimiento que nos previene del peligro y que nos permite reaccionar ante él. Pero, ¿qué pasa cuando el miedo no se supera y se alimenta y se utiliza como arma de dominación política? Cuando eso ocurre, estamos en medio de un régimen antidemocrático que nos manipula para que entreguemos sin luchar nuestros derechos civiles y humanos. Nos crean la falsa impresión de que si nos portamos según sus expectativas, todo estará bien.


Los sectores económicos y religiosos de extrema derecha, muy estratégicamente insertados en las tres ramas de nuestro gobierno, han sido unos genios en el arte de sembrar miedo. Han tenido las herramientas necesarias: acceso a políticos frágiles o con hambre de poder, recursos económicos y una situación fiscal inestable que aumenta la desigualdad y por lo tanto la falta de acceso de otros grupos al poder político. ¡Tenemos el paraíso del miedo! Un paraíso en el cual la gente teme decir lo que piensa porque sabe que le lloverá odio. Un paraíso en el cual las personas ingenuas quieren creer que jugando el juego del silencio ante lo que está mal, lograrán contratos y fondos para sus organizaciones o adelantar causas que ya son catalogadas de “controversiales”. Un paraíso que se viste de oraciones cristianas impuestas en actividades gubernamentales y en el cual quien se niega a inclinar la cabeza se arriesga al ostracismo.

Sí, este es un paraíso para quienes siempre han estado económica y políticamente acomodados y un infierno para las clases trabajadoras y más empobrecidas. Porque entretenidas con tanto miedo, se nos pasa advertir que es menos peligroso perder un contrato que perder derechos fundamentales. No dejemos solos a quienes reclaman justicia: los empleados de gobierno en riesgo de despido, las mujeres que exigen la confirmación de su Procuradora, las comunidades que defienden su salud e integridad, la comunidad LGBTT discriminada... No nos desentendamos de nuestro deber de solidaridad.


Esta no es hora de temer a quienes se creen poderosos y abusan del momento histórico que vivimos. Vivimos la hora de mirar los miedos de frente, abrazarlos y actuar para la equidad.



2.4.09

La audacia de ser una voz independiente (¡Bruja!)




Acabo de tropezarme con un blog de esos que te hacen preguntarte por dónde andamos las puertorriqueñas... Se trata de Cicatrices Transgénicas (http://cicatricestransgenicas.blogspot.com/), un blog de dos compañeras españolas que tiene ahora mismo en portada dos temas que las feministas de Puerto Rico no podemos evadir : la crisis del capitalismo y el derecho humano al aborto.

Más allá de ser políticamente correctas, debemos reconocer que el momento que vivimos en nuestra Isla es uno que obliga a asumir posturas independientemente de a quiénes le gusten. A fin de cuentas, ser políticamente correctas no nos va a ganar indulgencias ya que las mentes tras el gobierno de turno no flexibilizarán sus posturas ni dejarán de hacer lo que tienen en agenda por el mero hecho de que intentemos negociar. Como están las cosas, no tienen que negociar. Tienen una súper mayoría en la Legislatura, tienen la Rama Ejecutiva y hasta el Tribunal Supremo. También tienen un pueblo súper callado, asustado y confundido... ¿Qué voces se están escuchando? Salvo algunas excepciones de líderes/as que aprecio y respeto, ninguna que a mí me convenza. Y esto no tiene que ver con buenas o malas personas. Tiene que ver con enfoque y con la capacidad de trascender ideas y paradigmas que ya no funcionan.

Polarizar las controversias en una sociedad en transición no es la respuesta. Sin embargo, la experiencia me dice que donde hay mucha diplomacia es porque hay mucho conflicto y mucha debilidad para manejarlo. Lo sano es mirar el conflicto, reconocer sus causas y meterle mano para resolverlo... con aplomo y con verticalidad, poniendo sobre la mesa los intereses y valores que nos interesa salvaguardar y adelantar y sabiendo desechar lo que nos atemoriza.
Así que, compañeras y compañeros a brujear, digo, a actuar.

6.3.09

Feudalismo Criollo

Publicado 6 de marzo de 2009
El Nuevo Día

Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, nuestro país debe elegir hacia dónde marchar: hacia la equidad o hacia un nuevo estado feudal criollo. Ese día, una coalición de organizaciones marchará para exigir equidad económica y el respeto a la separación entre Iglesia y Estado porque si nos descuidamos, viviremos como los siervos de un feudalismo criollo encarnado en legisladores que toman decisiones a base de fundamentos religiosos y que privilegian a los que más recursos tienen, funcionarios que oran y predican en horas laborables y grupos fundamentalistas que se creen con el derecho de amenazar a quienes nos gobiernan. No exagero.

La actual situación del país nos obliga a asumir posturas. Quien sólo observa, y no actúa, se convierte en cómplice de la repartición de nuestro patrimonio entre los nuevos señores feudales y de la entrega de nuestros derechos humanos a una nueva Inquisición boricua. Toda mujer que se sepa y proclame libre tiene que marchar este domingo por la equidad y la separación de Iglesia y Estado. Pero no sólo las mujeres y los hombres solidarios estamos llamados a marchar. Las personas LGBTT, las obreras y obreros, las personas que habitan nuestras comunidades maltratadas por la exclusión y la pobreza también deben reclamar ese espacio para su equidad. Porque la equidad no tiene que ver con la religión de quienes nos gobiernan, sino con la justicia y los derechos humanos, que más que los subjetivamente divinos, son los que construyen día a día nuestra sociedad.

Yo creo en la libertad y tengo mi fe depositada en la maravillosa capacidad humana de superar los terrores que nos tratan de infundir los falsos mensajeros de los dioses. Creo en el amor incondicional hacia otros seres humanos y en la aceptación de sus diversas realidades y creo en el derecho de toda persona a ser feliz. Por eso, este 8 de marzo, marcharé junto a mi familia por la equidad y la separación de Iglesia y Estado, a las 10AM desde la Plaza Dársenas del Viejo San Juan hasta el Capitolio. ¿En qué creen ustedes? ¡Pues a marchar!

3.2.09

Ley de Pago Justo

Según datos estadísticos, en Puerto Rico, el nivel educativo de las mujeres que trabajan es mayor que el de los hombres. Sin embargo, su mediana de ingresos es 8% menor que la de ellos. Si miramos con mayor atención descubriremos, además, que sólo un 1.6% de las mujeres ganan más $75mil al año versus el 4.1% de hombres. Definitivamente las mujeres aún no han alcanzado la equidad económica en nuestra Isla. El discrimen por razón de género está presente en esta realidad.

Esta situación ha sido ampliamente denunciada por grupos feministas y de mujeres por décadas y en las pasadas elecciones tanto el Partido Nuevo Progresista como el Partido Independentista incluyeron en sus plataformas de gobierno el compromiso de lograr igual paga por igual trabajo para las mujeres de la Isla.

En Estados Unidos, el tema fue ampliamente discutido durante la campaña electoral y el pasado jueves, 29 de enero, su Presidente, Barak Obama firmó la Ley de Pago Justo Lilly Ledbetter. Esta ley federal, es una respuesta a una decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos del año 2007 en la cual se determinó que la demanda incoada por una mujer que alegó discrimen salarial estaba prescrita a pesar de que ella advino en conocimiento del discrimen luego de trabajar para su patrono por 19 años. Con la Ley de Pago Justo, cada nuevo cheque que se emita y con el cual se violente el derecho a recibir igual paga por igual trabajo extiende por 180 días el periodo de tiempo para demandar al patrono que discrimina. En la ceremonia de firma de la Ley, el presidente Obama declaró que “todas/os somos creados en igualdad”.

No hay duda de que esta ley representa un paso de avance para las mujeres y para otros grupos discriminados. Aún así, la misma por sí sola no es suficiente para terminar con el problema de discrimen por razón de género y el llamado techo de cristal con el cual tantas mujeres chocan en el ámbito laboral y político. Aún necesitamos otras medidas que nos permitan incorporarnos al mundo del trabajo efectivamente. La brecha económica- más profunda que la salarial- no responde solamente al discrimen en el cual se incurre al pagarnos salarios más bajos que a los hombres, sino al hecho de que muchas veces no somos consideradas para ascensos, somos excluidas de oportunidades de trabajo que representan más reto o simplemente las condiciones laborales sumadas a la realidad social que vivimos, nos hacen autoexcluirnos de posiciones de mayor poder, responsabilidad y paga.

Mientras en nuestra Isla, y en los Estados Unidos, se siga pensando que las mujeres somos las responsables principales de las tareas domésticas y de la crianza de los/as hijos/as-y que ese es nuestro lugar-, mientras se considere que no tenemos las cualidades necesarias para ejercer un liderato efectivo, mientras se piense que en los espacios de trabajo es aceptable juzgarnos por nuestro físico y no por nuestras capacidades y mientras se nos vea como seres inferiores a nuestros compañeros varones, la brecha económica que nos separa de éstos permanecerá ahí. El reto, compañeras y compañeros que nos escuchan, es continuar caminando con la vista fija en la equidad y en la libertad que ésta representa para todas y todos por igual.

Escúchelo: http://www.wrtu.pr/audio/ANAL%2003FEB2009.mp3

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...