14.3.17

No todas las organizaciones sin fines de lucro son iguales



No. No todas las organizaciones sin fines de lucro son iguales y es un error decir que hay una competencia descarnada entre ellas.

No somos iguales porque algunas preferimos perder dinero a perder principios. Otras le sirven a las opresiones y por eso les aceptan el dinero sin chistar y se hacen cómplices desde el silencio.

No somos iguales porque algunas estudiamos, hacemos pruebas, nos autoevaluamos constantemente y hasta desarrollamos nuestros propios modelos de trabajo para garantizar que adelantamos nuestra misión. Otras politiquean, presentan números maquillados, tienen buenas relaciones públicas aunque en el proceso reafirmen estereotipos y, en algunos casos, recurren a la religión como modelo de trabajo para justificar lo que hacen.

No somos iguales porque algunas sabemos que hay que dar servicios pero también hay que ser políticas. Otras se esconden tras un ideario filantrópico que perpetúa la dependencia y se cruza de brazos ante los males estructurales que atropellan a quienes sirven.

No somos iguales porque algunas no tenemos miedo y hemos estado dispuestas a pagar las consecuencias de denunciar, hablar claro y actuar. Otras susurran sus inconformidades, lloran si les quitan $1 y corren a retrtarse con el primero que les dé dinero.

No somos iguales porque algunas tenemos muy claro que se sin fines de lucro no equivale a ser ineficientes, poco profesionales o eternas inexpertas. Otras fomentan el descuido en el trabajo, anidan en su interior a gente que no merece el honor de servir al prójimo y les restan valor al trabajo de todas las demás.

No somos iguales. Y si no somos iguales, no podemos hablar de competencia sino de autodefensa de los espacios que algunas se ganan a pulmón y con mucho trabajo. Hablar de competencia y llevarnos al mezquino campo de las empresas que priorizan el capital sobre lo humano es hacerle un favor a quienes nos quieren sacar del medio porque estorbamos en el gran plan que por siglos ha servido para acrecentar las desigualdades y concentrar la riqueza en las manos de unos pocos.

No somos iguales pero sí somos solidarias y estamos dispuestas a apoyar a las otras organizaciones que trabajan por y para los derechos humanos de todas y todos.


Ser solidarias no es ser ilusas e ir regalándonos a quienes no merecen nuestra energía. Para algo tenemos conciencia e inteligencia.

13.3.17

Del negociado de carnets feministas



Hablemos del "Negociado de Carnets Feministas". Es terrible ver como se trata de dividirnos usando estrategias de juicios rígidos que levantan sospechas, resentimientos y malestares que le quitan energías al trabajo que todas queremos hacer.

El feminismo que yo vivo no usa ni pone etiquetas. Reconoce el valor de los esfuerzos ajenos y aunque difiera de algunas estrategias, he aprendido que según de diversas somos, así de diversas son nuestras miradas y nuestras formas de vivir la lucha por la equidad.

Todas podemos equivocarnos y todas podemos tener ideas geniales. Y de ese entramado que se nutre de rabia, paciencia, amor, solidaridad, encuentros y desencuentros, trabajo intenso, periodos de pausas obligadas por el cansancio o situaciones personales, bailes y lágrimas... es que las mujeres hemos caminado el largo trecho de siglos que nos ha traído hasta el día de hoy.


Yo no sabría clasificar mi trabajo feminista bajo alguna teoría particular. El Puerto Rico de hoy es demasiado complejo para las mujeres como para encerrarnos nosotras mismas en una caja de reglas de comportamiento. Y como no sé clasificarme, tampoco clasifico a otras. Las miro. Hago mi mejor esfuerzo para entenderlas y hago lo que puedo para lograr un buen trabajo desde donde estoy. Sé que eso hacen muchas más. Por eso no pierdo la esperanza y me levanto cada día a trabajar.

12.3.17

Tiempos extraordinarios

La Junta de Control Imperial la ha tenido fácil hasta ahora.
El gobierno se sabe ilegítimo porque es culpable de aumentar y patrocinar las desigualdades y el discrimen en el país, así que no tiene forma de ganar apoyo de la gente.
Las ONGs que dan servicios a personas vulnerables tienen las manos llenas y se desesperan porque es muy difícil cumplir con quienes nos necesitan y estar en la calle con la frecuencia requerida. En contraste, las que viven de esas personas vulnerables no quieren hacer nada. Son cómplices.
Las izquierdas siguen en guerras ideológicas que rayan en el fundamentalismo. La rigidez crea guerras que enfocan la energía de ataque en quienes deberían ser aliadxs y con eso fortalecen a quien de verdad deberíamos estar aniquilando.
Y los partidos, pues, haciendo turno pal 2020.
Tal vez hay que remirar y hacérselo difícil a la Junta y al Gobierno ilegítimo. En Matria estamos en esas. Como organización y a nivel personal. Es la única forma de superar el shock que nos han querido producir. No es de 8 a 4. Es trabajo de todos los días.
En tiempos extraordinarios es una estupidez pretender vivir vidas ordinarias.

9.3.17

Las flores de ayer



Deben quedar muchas flores y sus pétalos en los espacios que ayer se usaron para felicitar a las mujeres. La memoria de décadas viendo pasar los 8 de marzo, me da una imagen bastante detallada de las flores, las felicitaciones, las charlas motivacionales, la sorna de algunos, la sonrisa inocente de algunas, el no saber qué contestar de otras, la furia de las que no le aguantan nada a nadie, la paciente combatividad de las que han transitado los caminos del coraje y están en otro momento de sus vidas, las columnas, los memes, las lecciones que se construyen en los pequeños actos de todo el día y los temblores que se provocan desde manifestaciones y actos de desobediencia civil.

Las flores de ayer son las mismas que nos llegan el día de San Valentín y el Día de las Madres. Son de esos homenajes que perturban a las mujeres que reconocemos en ellas la muerte, la pobreza y la infelicidad que sirven de abono a la tierra desde la cual nos llegan. Vemos en las flores de ayer la reiteración de la imagen de fragilidad que se nos endilga por ser mujeres. Vemos la idealización con la cual nos compara la gente de nuestro entorno. Nos quieren acicaladas, sonrojadas con los halagos, silenciosas, sacrificadas y amorosas. Nos quieren como algunas de nosotras se quieren a sí mismas, acomodadas de manera exclusiva en el lugar de madres, esposas y trabajadoras con dobles y triples jornadas asumidas con agradecimiento. 

Las flores de ayer aún deben estar adornando escritorios. Quién sabe cuánto durarán. De la misma manera, las felicitaciones vacías todavía vuelan en ondas sonoras que chocarán con algún puño, alguna carta de despido en el gobierno, un cheque más pequeño para alguna pensionada o el cristal de recepción de alguna oficina médica en la que le nieguen servicio a una de las flores-mujeres de ayer.

Las flores de ayer son como las flores que acompañan la muerte en tantas culturas en las que una mujer muerta vale en proporción a la manera en que se haya ajustado al sistema y cumplido con las expectativas del padre, la madre, el marido y los hijos. Llueven flores para las más sufridas y el silencio se hace denso en torno a ellas porque nadie quiere hablar de las renuncias, el maltrato y su pobreza.

¿Cuánta belleza puede encerrar una flor? Infinita belleza. Contrario a las flores de ayer, hay tantas otras flores en otros tantos días… Las flores que nos alegran el día, las que agradecen, las que son mensajeras de esperanza, las que adornan las mesas de trabajo que acumulan ideas, estrategias y luchas que luego se derraman por la vida de nosotras mismas para hacernos más fuertes, más solidarias y más libres.

Ayer no pasaron flores por mis manos. Mejor que flores, recibí a través de mis manos inquietas las noticias en redes y en medios digitales de todo lo que movieron otras manos en Puerto Rico y el mundo para visibilizar las desigualdades que nos siguen matando, restando dignidad, sumiendo en la pobreza y excluyéndonos del poder. Sí se me inundaron los brazos de abrazos a otras mujeres y hombres que alimentaron mi día en los distintos espacios de lucha y reflexión que transitamos en colectivo.

Las flores de ayer se marchitarán. Como se marchita el patriarcado con cada vuelta al sol que da la humanidad. Como se marchitará el machismo que se alimenta de las entrañas de hombres y mujeres que todavía no entienden de lo que hablamos ayer, pero ya lo entenderán, y verán y lucharán como nosotras.

Las flores de ayer, desprendidas de  la tierra, no tienen forma de crecer más. Pero las semillas que hemos sembrado por siglos, con paciencia, con amor y con la persistencia de quienes saben que están a cargo de una tarea preciosa y necesaria, germinarán. Nuestras semillas germinarán, crecerán, se enredarán con las ramas fuertes y dignas de los árboles que otras sembraron antes que nosotras y también florecerán, darán frutos, se harán infinitas como las consignas y cánticos de esperanza y lucha que ayer paralizaron a Puerto Rico y el mundo.

Las flores de ayer se olvidarán. Las de nosotras son parte de la historia.

5.3.17

O'Neill: ¡Renuncia!

El #AlcaldeONeill  solo una muestra de la #ViolenciadeGénero que corrompe nuestro sistema político y legal.

Hay múltiples lecturas que hacer de este caso:

1) Machismo, violencia y política- Este caso nos confronta con una realidad que mucha gente quiere negar. Estamos en un cuatrienio donde el machismo ganó las elecciones. Ganó la Gobernación un hombre que se comprometió a eliminar estrategias de prevención de violencia para sustituirlas por acciones benévolamente sexistas que refuerzan los estereotipos que nos matan. Ganó la Legislatura una horda de piratas que ven a las mujeres como sirvientas del patriarcado y que ahora mismo están destruyendo el trabajo de décadas para erradicar distintas manifestaciones de la violencia hacia nosotras. Y ganaron alcaldes como este, a pesar de las acusaciones. Nuestro país sigue considerando el machismo como un "defectito menor" en el historial de los candidatos y por eso O'Neill fue reelecto.

2)  Litigación sin #PerspectivaDeGénero- A pesar de los cánones de ética y de los tratados y estudios internacionales que nos dicen a lxs abogadxs tenemos que trabajar considerando la paz, seguridad y #Equidad de las mujeres, predomina en muchos compañeros el deseo de ganar (un caso, fama y dinero) y para ello recurren a los lugares comunes del lenguaje y comportamiento machistas. Minimizan los alcances de la violencia, culpan a las víctimas, las hacen parecer exageradas cuando se expresan y exacerban la opinión pública en su contra. Por eso creen que, como en este caso, hacer una transacción y comprar la paz es suficiente.

3) Quién defiende a las mujeres: Algunas de ellas. Sólo algunas de ellas- El silencio o excusas de jefas de agencias y la crítica velada o abierta de otras que juzgan a la empleada víctima del hostigamiento la declaran culpable, crean un escenario social desalentador para otras víctimas que se deben estar preguntando si tendrán paz y justicia en algún momento. Por suerte, hay defensoras verticales en muchos espacios civiles, que están dispuestas a hacer lo que haga falta para la seguridad de las otras. Esos espacios que hemos construido en la sociedad civil requieren ser fortalecidos para hacer frente al Gobierno, la Legislatura y al sistema de Justicia cuando no saben o no quieren responder a la violencia hacia las mujeres.

O'Neill no renunció. Habrá que obligarlo.
Luego habrá que velar que no pongan en su puesto otro hijo del patriarcado.

#ONeillRenuncia

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...