3.11.21

Educación y violencia de género

 Puede ser una imagen de al aire libre


La destrucción de una escuela siempre se lleva algo de nuestro pasado, pero también de nuestro futuro.

Faltan 22 días para el #25N y hoy me encuentro con esta foto que una de mis compañeras de escuela publicó. Esta fue nuestra escuela elemental en #Aibonito, la escuela Federico Degetau.
Por ella pasaron miles de niñas y niños aiboniteños y también allí trabajaron Mami y Papi. Amé sus árboles y los banquitos a su sombra. Las grandes áreas abiertas donde jugábamos pelota, conga, barra, tira y tápate. Los rincones donde jugábamos jacks y terminábamos con las manos negras. El olor a tiza. Salir al frente y comprar pastelillos de Tana o donas a Goró. La tiendita de doña Mode. Y la de Doña Carmen.
Tuve buenas maestras y maestros. Y supe lo que es estar en grupos diversos.
Había cosas que no veía en esa época y que ahora distingo mejor. El racismo, el clasismo, el machismo solapado y la pobreza desatendida de otras niñas y niños. ¿Cómo se normalizaba todo eso? Como hoy todavía se normalizan otras violencias y sus secuelas.
Me hubiera encantado crecer en una escuela en la que la mirada de derechos humanos hubiera evitado la segregación por clases disfrazada de grupos divididos por “aprovechamiento”. Me hubiera hecho la niñez más fácil no tener que sentirme tan consciente de mi color de piel. O haber sabido que ser niña no debía usarse en mi contra para designar líderes de equipos o para dar oportunidades en deportes.
Tuve privilegios. No lo niego. Los veo y no dejo de preguntarme dónde estaría sin ellos. O dónde estarían otras compañeras de mi clase si ellas los hubieran tenido también o si alguien se hubiera planteado que todas ellas, todas nosotras, teníamos derechos humanos. Tal vez tendrían otras vidas. Menos precarias. Algunas se habrían librado de agresiones sexuales en sus familias. Otras habrían brillado desde su máximo potencial. Si todas hubiéramos disfrutado de una educación liberadora y sin sesgos de discrimen, seríamos más libres.
Hoy demolieron, destruyeron, borraron mi escuela elemental. Y la de mucha gente, muchas generaciones. Y en medio de un #EstadoDeEmergencia por #ViolenciaDeGénero, debo señalar que esto es un evento desafortunado y trágico. En la pasada década se han cerrado cientos de escuelas y no se acaba de entender que la #EducaciónPública debe ser de calidad, accesible y gratuita. Y que sin ese #DerechoHumano, no es posible la equidad y mucho menos la paz para las niñas, las mujeres y el país.
Faltan 22 días para el Día Internacional de No Más Violencia contra las Mujeres y es inevitable pensar en la importancia de una educación con #PerspectivaDeGénero y de derechos humanos para que más niñas se desarrollen al máximo, para que más maestras y maestros se midan a la hora de actuar desde sus ideas machistas, para que más personal escolar se comprometa con apoyarlas en vez de juzgarlas y expulsarlas del sistema educativo con sus prejuicios y para que toda nuestra niñez aprenda a ver al prójimo desde una mirada inclusiva y de paz.
¿Qué recuerdan ustedes de sus escuelas? Miremos más allá del velo de la nostalgia.
📷 Carmen Rosario

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