23.11.15

Tetas y economía: A 2 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Las matrias como parte de una manifestación en Santurce, oct. 2015
Los cuerpos de las mujeres sirven, en un mundo patriarcal y capitalista, para tres cosas:

Una: Complacer a algún o algunos hombres.  A veces a muchos.

Dos: Para alimentar una estrategia de ventas.  Ya saben: automóviles, bebidas, perfumes, accesorios deportivos, inversiones...

Tres: Para parir más trabajadorxs y consumidorxs que muevan la rueda económica del sistema.

Las tetas y la economía tienen más de un punto de encuentro en nuestro país y ninguno de ellos nos conviene porque nos coloca en estado de vulnerabilidad ante la violencia.  No sólo la violencia en relaciones de pareja, sino la violencia social, la económica, la obstétrica y la mediática.  Una teta libre es una amenaza a todo un sistema que necesita mantener el control sobre nosotras.

La reivindicación de los cuerpos de las mujeres debe ser parte de cualquier agenda de derechos humanos.  Sin poder sobre ellos, carecemos de oportunidades económicas, políticas y sociales reales.  Que algunas nos sintamos libres, no nos hace libres a todas.  Ni siquiera a quienes nos pensamos así. 

Por cada una de nosotras, y por todas, hay que insistir en la equidad para alcanzar la paz.

A continuación mi reflexión del mismo 28 de octubre.

Manifestación política en reclamo de espacios de respeto y libertad para los cuerpos de las mujeres.
28 de octubre de 2015- Santurce

Vivimos tiempos extraordinarios. Convulsos. Retantes. Tiempos en los que se nos presentan nuevas fronteras que transgredir en nuestro camino a la equidad, la justicia, la paz y la libertad. Cada nueva frontera es externa e interna. Nos vencemos para vencer. Vencemos la otredad que trata de asignarnos un rincón del mundo y luego encontramos que nosotras mismas tenemos rincones elegidos aún en contra de nuestro deber de ser libres.

Ser libres no es sólo un derecho. También es un deber cuando de nuestra libertad depende la de otras personas.
Hoy yo fui un poco más libre. Por mí. Claro. Pero también por las demás mujeres que viven esta Isla. Cuando creíamos que nuestros cuerpos eran campo seguro en el que nosotras mandábamos, un acto vandálico contra el mural de Moriviví y Coordinadora Paz para la Mujer nos recordó algo que sabíamos: nuestros cuerpos siguen siendo campos de batalla y nadie nunca nos pidió permiso para usarlos.

En nosotras se deleitan los medios de comunicación, la publicidad que vende productos con nuestros cuerpos, los compradores de sexo, los mercaderes de una medicina que nos hace creer que necesitamos transformaciones vanas, las fábricas que convierten los cuerpos de las obreras en máquinas que luego desechan, las castas que necesitan que paramos sus hijxs, las iglesias que nos definen como esclavas domésticas modernas y hasta lxs políticxs que exhiben esposas perfectas. Nos tratan como cosas y como cosas nos quieren controlar. Al extremo de poner en manos ajenas en qué momento y circunstancias es aceptable vernos y en cuales no.

Para mí, el día de hoy se trató de decir basta. Se trató de elegir cuándo, cómo y dónde yo dejo ver mi cuerpo. También el por qué. Estoy segura de que cada mujer de las que hoy llegó y se mostró ante el mural tuvo sus propias razones. Todas válidas. Todas apalancadas en una voluntad y un valor gigantes porque, lo sabemos, no fue un acto común, ni silencioso, ni sumiso. No fue un acto esperado de las mujeres. Transgredimos el rol que nos quieren asignar.

No quiero retirarme hoy sin decir cuánto agradezco a la vida el que me haya permitido ser parte de este evento de hoy. Liberarme. Retar. Trabajar por la libertad y el respeto a los cuerpos de otras mujeres que tal vez nunca conoceré, que quizás no han nacido pero que sentirán el efectos de las alas de mariposas que agitamos hoy. Mujeres y hombres solidarios.

Amor para todas las desnudas. Amor para todas las que nos acompañaron allí o en energías. Amor para los compañeros que nos apoyaron.

Amor gigante para mis amadas matrias. Orgullosa de ustedes. Agradecida de ser parte de ese círculo mágico que creamos todas y todos.

21.11.15

Mundo fálico: A 4 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Hoy ha sido sábado de libros, arte y música.  Y en la música, Welmo Romero con sus líricas y ritmos en vivo en FLIA 8.

Y nos canta "Mundo fálico".  Y me recuerda lo feliz que me hace encontrarme en mi camino a hombres solidarios, feministas, comprometidos.  Y sé que, en efecto, el mundo sigue siendo fálico pero hay hombres capaces de ver-se, renunciar a la comodidad y trabajar para la equidad.

Lo masculino sigue pareciendo superior para algunas personas.  La medida de lo bueno, lo poderoso, lo valioso. En contraste, lo femenino es lo débil, lo inferior y la obediencia/sometimiento. Retar esas concepciones es urgente.  Y para ello, la cultura es fundamental.

Una cultura que fomenta la equidad es también parte de una estrategia de paz.  A cuatro días del Día Internacional de No Más Violencia hacia las Mujeres, pensemos en cómo seguir creando espacios culturales de equidad que logren contrarrestar los de desigualdad.

18.11.15

Concertación de esperanza: A 7 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Asistencia a Conversatorio de IGEA y Matria- "Más mujeres, mejor política"
Cuando convocamos a nuestro conversatorio de anoche, lxs matrixs lo hicimos por dos razones:  teníamos debates internos sobre el tema de las candidaturas políticas de las mujeres y sentíamos que el tema era lo suficientemente importante como para abrir nuestro debate a otras mujeres y hombres solidarios.  Lo que no sabíamos era que tantas otras personas también necesitaban hablar del tema y se sentirían convocadas a participar de la actividad. 

El conversatorio "Más mujeres, mejor política" que celebraron IGEA, Matria y La Ruta de las Mujeres en Libros AC se llenó a capacidad. Más de 60 personas llegaron para escuchar, hablar y hacer compromisos personales con un propósito común.  Se logró una concertación de esperanza en un espacio al que llegamos con tan sólo un inmenso deseo de aprender y escuchar a otras mujeres.

¿Qué dijeron las compañeras Tati Fernós y Verónica Rivera? ¿Qué dijeron las mujeres del público?  ¿Qué preguntas nos quedan sobre la mesa?  De eso escribiré más adelante y con más detalle.  Pero les adelanto que vivimos tiempos extraordinarios en los que frente a la adversidad y las estrategias de inmovilización que nos tratan de aplicar desde tantas estructuras tradicionales, muchas mujeres y hombres que llegaron allí han decidido responder con amor, solidaridad y acción.

Hoy soy más feliz que ayer.

17.11.15

La solidaridad como estrategia política- A 8 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Taller de La Ruta de las Mujeres de Proyecto Matria en Piñones, 2012
Las mujeres necesitan llegar a los espacios de poder.  Se nos va la vida en eso.  No podemos seguir mendigando derechos ante los gobiernos y otras estructuras que obvian nuestra humanidad y nuestros derechos.

Según la ONU, tan recientemente como enero de 2014 las mujeres éramos solamente el 21.8% de lxs parlamentarixs de nivel nacional y un 17% de lxs ministrxs de gobierno.  De todxs lxs jefes de estado del mundo, las mujeres son el 5.9%.
 
En Puerto Rico, tenemos datos igualmente preocupantes. En el Senado sólo hay 6 mujeres en un grupo de 27.  Eso equivale a un 22%.  Pero miremos los números de nuevo y consideremos SOLAMENTE a las senadoras solidarias y claras en cuanto a valores de equidad: Maritere González y María de Lourdes Santiago.  Dos.  ¿Qué porcentaje de representación tenemos en el Senado? 7%
 
¿Qué decir de la Cámara?  Sólo hay 8 mujeres entre 51 representantes.  Esto es un 16%.  Nuevamente, si miramos los números desde una perspectiva de equidad, el porcentaje es prácticamente cero.
 
Hoy voy cargando con esos datos y un buen paquete adicional de indignaciones, esperanzas, dudas y certezas a un conversatorio con otras mujeres.  Hablaremos de política.  De por qué sí y por qué no aspirar a puestos electivos.  Hablaremos de las experiencias pasadas y también de lo que nos preocupa en momentos en los que algunas de nosotras debemos tomar decisiones en torno a ese trabajo pendiente.
 
Llevo días reflexionando y leyendo del tema.  Y me doy cuenta de que este tipo de reflexión requiere una gran dosis de corazón.  Ya veremos qué tal nos va.  Pero dentro de todo, mirando fotos de las luchas de los pasados años, puedo decir con bastante certeza que la mejor estrategia feminista para entrar al campo político es la solidaridad.  Esa ha sido nuestra fórmula de éxito en el pasado.  ¿Por qué dejarla atrás?
 

16.11.15

Ver a las otras: A 9 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Árbol de mensajes, abril 2012, Estambul Turquía
Nota: Se me ha hecho difícil mantener el ritmo de escritura de hace unos años.  Trabajar para que una organización como Matria crezca, aún en tiempos adversos, y ser parte de otros colectivos de trabajo como CABE, cobra su buena cuota de tiempo.  También la familia, también el amor.  Sin embargo, este año voy a tratar de recuperar al menos una parte de la cuenta regresiva al 25 de noviembre que hice en otros momentos.  Es importante y es urgente.  Nos encontramos en momentos en los que no podemos darnos el lujo de permitir que se invisibilicen las distintas formas de violencia que sufren las mujeres y que el gobierno y el país tomen decisiones que nos afectarán irremediablemente.  Y como pasa con tantas otras luchas de las mujeres, trabajar en contra de las violencias hacia nosotras seguramente traerá equidad a otros grupos.

Vivimos en un sistema que nos educa para ser machistas.  A hombres y a mujeres.  También para ser otras tantas cosas que minan nuestra capacidad de amar al prójimo y sentir empatía.  Los prejuicios nos impiden ver la humanidad ajena y si no la vemos, no podemos tener una sociedad justa y equitativa.

Si queremos erradicar la violencia hacia las mujeres tenemos que aprender a verlas.  Esa tarea es compleja.  Nuestras historias de vida nos dan un marco de referencia limitado.  Nuestros pensamientos domesticados nos hacen rechazar las personas diferentes.  Nuestros miedos nos hacen criticar conductas que sentimos amenazantes.  Y así, se nos pasa pensar en las mujeres que viven en soledad, enfermas.  No las vemos, no existen.  Nos imaginamos que las que viven en pobreza están dándose la buena vida a costa del PAN o de otras ayudas del gobierno.  No hemos vivido esa pobreza, no existe.  No hemos sido víctimas de un evento de violencia en nuestras relaciones de pareja, le decimos mentirosas a las que denuncian la que sufren.  No nos ha agredido sexualmente un ser querido, dudamos de la palabra de las niñas o jóvenes que se atreven a hablar.  No nos han negado tratamiento médico, decimos que con la "tarjetita" todas las demás mujeres tienen servicios... La lista sería larga.  Aún la de las violencias que sufrimos en carne propia y no reconocemos.

Así que hoy, mi invitación es a ver a las otras mujeres.  Niñas, jóvenes, adultas y viejas.  De cualquier clase social, pero en especial las que son invisibles a la mirada común porque no cae en los perfiles que los medios y la publicidad necesitan para sus agendas de lucro.

Veamos.  Ese es el primer paso para entender, para amar y para comprometerse con la equidad.

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...