30.6.08

Las mujeres como botín político

Voces/El Nuevo Día
30 de junio de 2008

¿Somos las mujeres un mero botín para los partidos políticos? La sesión legislativa culminará sin la confirmación de nuestra Procuradora, poniendo en riesgo lo alcanzado por el movimiento de mujeres, y la propia OPM, al convertir nuestros asuntos en botín de luchas político partidistas.

Cuando en 1995 se celebró la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, mejor conocida como Beijing 95, se reafirmó internacionalmente la importancia de analizar desde una perspectiva de género los problemas de la sociedad para garantizar un desarrollo sostenible, no sólo para las mujeres, sino para la sociedad en general. Los estados participantes se comprometieron con objetivos de igualdad, desarrollo y paz para todas las mujeres. Nuestra situación política no nos brindó acceso como estado a este evento internacional. Pero una delegación de mujeres de nuestra Isla participó activamente en la Conferencia y creó un “Plan de Acción para la Igualdad, el Desarrollo y la Paz de las Mujeres de Puerto Rico”. Ese plan, sirvió de base para importantes iniciativas a favor de las mujeres de Puerto Rico, siendo una de ellas la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM).

¿Qué representa la OPM para las mujeres de la Isla? Es la única agencia de gobierno que, en alianza con las organizaciones, analiza desde una perspectiva de género los problemas sociales de la Isla y las soluciones que se proponen por otras ramas o agencias de gobierno. La OPM ha evaluado múltiples asuntos- como la violencia doméstica, el desarrollo económico, la salud, la educación, la participación política y otros- tomando en cuenta cómo se afectan las mujeres y proponiendo acciones concretas afines a nuestras necesidades.

Hoy, gracias a las organizaciones de mujeres y a la OPM, las mujeres de Puerto Rico están emergiendo de la violencia, la pobreza y la exclusión por razón de género. Están asumiendo roles de liderazgo en áreas de las cuales antes eran excluidas. ¿Hace falta validar el trabajo de la OPM y defenderla? ¡Claro que sí! Más que nunca las organizaciones seguimos presentes y activas inspiradas por los logros alcanzados y con la vista fija en la equidad como meta.

18.6.08

Transversalizar la perspectiva de género

Comentario en Radio Universidad de Puerto Rico
18 de junio de 2008

Hace once años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo advirtió en su informe anual sobre desarrollo humano- y cito- que "si no se introduce la dimensión de género en el desarrollo, se pone en peligro el propio desarrollo. Y si las estrategias encaminadas a reducir la pobreza no potencian a las mujeres, no lograrán beneficiar a toda la sociedad".

Tan reciente como esta semana, la pobreza de las jefas de familia puertorriqueñas volvió a ser noticia. No una noticia nueva, sino una que nos recuerda que aún tenemos mucho trabajo que hacer como país para garantizar la equidad de estas ciudadanas y de sus familias. Buscar las causas de la pobreza a la ligera, mirando meras estadísticas- que por cierto no son confiables- y decir que con una resolución legislativa se encontrarán sus causas es un ejercicio superficial. No hay que investigar demasiado para saber que más de un millón de mujeres de la Isla en edades productivas están fuera del mercado laboral remunerado. Sobre un 60% de las familias lideradas por mujeres viven bajo los niveles de pobreza.

El reto real, si de verdad se quiere erradicar la pobreza en el país, es transversalizar la perspectiva de género a la hora de pensar en medidas de desarrollo económico y social.En julio de 1997 el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) definió el concepto de la tranversalización de la perspectiva de género como el proceso de valorar las implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas, en todas las áreas y en todos los niveles de manera que las mujeres y los hombres puedan beneficiarse de ellos igualmente y no se perpetúe la desigualdad.

Si se tiene como objetivo final la igualdad de géneros, muy probablemente se logrará erradicar la pobreza, no sólo de las mujeres, sino de sectores importantes de nuestra sociedad. No podemos olvidar que en Puerto Rico muchas mujeres carecen de acceso al mercado laboral o a oportunidades para desarrollar sus empresas o autoempleo. Esa falta de acceso no es fortuita y nace de la visión estereotipada que aún tenemos acerca de las carreras profesionales y los oficios. También de las limitaciones relacionadas con la doble jornada de trabajo, la falta de cuidos adecuados para los niños y niñas, la falta de acceso a buenos servicios educativos y de salud y hasta la falta de un sistema de transportación pública adecuado.

La pobreza no se define de manera simple. Puede ser entendida como privación de la posibilidad de satisfacer necesidades básicas pero también como la privación de los medios para satisfacerlas. En nuestra Isla existen ambos tipos de pobreza. Sin embargo, no quiero cerrar este comentario sin hacer justicia a la labor de esperanza que se hace en la Isla para erradicar la pobreza. El desarrollo económico con perspectiva de género promovido gracias a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres y el desarrollo económico comunitario trabajado desde organizaciones no gubernamentales, ya son parte de un movimiento de desarrollo humano que entiende el factor económico como un instrumento para el pleno desarrollo humano de mujeres y hombres. En ese sentido, muchas de nuestras comunidades están más avanzadas que el propio gobierno y la legislatura que, incapaces de superar los intereses político partidistas, siguen poniendo en jaque el bienestar común.

¿Seguiremos hablando de pobreza? A partir de ahora, la consigna debe ser la de afirmar el potencial de desarrollo de nuestras mujeres y de nuestras comunidades para garantizar el futuro de un país que es de todas y de todos por igual.

Retar a las mujeres…

Voces/ El Nuevo Día
junio 2008

¿Qué tienen en común en estos momentos la Ley de Incentivos y el proceso de confirmación de la nueva Procuradora de las Mujeres? Una legislatura totalmente desligada de la sociedad civil en pleno y tomando decisiones decepcionantes para la mayoría de nosotras.

Desde diciembre pasado, las organizaciones de mujeres -y mujeres en carácter individual- manifestamos nuestro deseo de que se nombrara a una de nosotras para dirigir la Oficina de la Procuradora de las Mujeres. Fieles a los principios de nuestro movimiento, y actuando en consonancia con el espíritu de la Ley que creó la OPM en el 2001, buscamos consenso e hicimos nuestra recomendación al señor Gobernador. Él acogió esa recomendación. Esto de por sí, es un hito histórico pues en nuestro país no existen muchos precedentes en los cuales un grupo de la sociedad civil logra ponerse de acuerdo para- por encima de partidos políticos- impulsar un nombramiento de jefa de agencia que responda al país y al bienestar de quienes atenderá desde su puesto.

Las mujeres no somos ingenuas y estamos totalmente conscientes de que un nombramiento de un gobernador de un partido, a ser confirmado por un senado del otro, enfrenta el gran reto de superar las luchas políticas y de poder que se están dando entre ambas ramas de gobierno. Sin embargo, ese reto no nos amilana porque estamos acostumbradas a enfrentar retos cada vez que luchamos para adelantar la equidad. Fue un reto obtener el derecho al voto, fue un reto lograr las enmiendas de 1976 al Código Civil, fue un reto lograr la aprobación de la Ley 54 y fue otro gran reto lograr que se aprobara la Ley que creó la OPM y que se confirmara a la primera Procuradora, la Lcda. Fernós.

Faltan 30 días para que se cierre la sesión legislativa y para que se logre la confirmación de la nueva Procuradora, Marta Mercado. ¿Qué pensamos hacer desde el movimiento de mujeres? Eso ya se verá… así como se verá que no estamos dispuestas a entregar la Procuraduría a los partidos políticos como botín de elecciones, ni a dejar a un lado nuestra aspiración a un país equitativo y democrático para todas/os. ¡Cada mujer cuenta, y queremos la confirmación de nuestra Procuradora ahora!

Democratizar la economía

Voces/ El Nuevo Día
mayo 2008

Tengo sentimientos encontrados con la nueva Ley de Incentivos Económicos para el Desarrollo de Puerto Rico. Quizás se deba a que el proceso que se siguió para crearla fue hermético y atropellado y por lo tanto, excluyente. Quizás es que me afecta constatar que en nuestro país se persiste en ignorar la desigualdad y la pobreza mientras se insiste en la idea de que una inserción en los mercados globales es la única salvación para nuestro país. De tanto mirar hacia fuera, se nos olvida mirar a quienes sobreviven día a día junto a nosotras.

Aunque muchas personas de buena fe colaboraron en el proceso de redacción de la Ley, la buena fe de por sí, no da una visión inclusiva ni implica un compromiso con los tantos sectores tradicionalmente excluidos del poder en el país. Incluso, algunas de nuestras organizaciones lograron un espacio para deponer ante el Comité Técnico que trabajó en el proyecto de ley. Pero cuando se pretende trabajar para algo tan amplio y relevante como es el desarrollo de Puerto Rico, una ponencia no es suficiente. En realidad, debieron crearse espacios para el diálogo respetuoso e inteligente entre todos los sectores que se sintieran llamados e implicados en el asunto.

Al carecer de una visión amplia e inclusiva, el nuevo proyecto de ley se convierte en uno más de los cabildeados y promovidos por sectores que tradicionalmente han tenido acceso a la legislatura. Nuevamente se menosprecian las necesidades de las mayorías pobres y su capacidad de participar inteligentemente en la toma de decisiones. ¿Cuál es el precedente creado con la nueva Ley de Incentivos? Uno del cual yo no me sentiría tan orgullosa pues nuestra rama legislativa delegó su deber constitucional en una parte del sector privado e ignoró al resto. Porque resulta que las comunidades y las organizaciones de desarrollo económico y humano son también parte del sector privado… y no estamos ciegas, sordas o mudas ante lo que se hace en el país. La democracia depende de la participación y no de que se acaten en silencio las decisiones que no responden a la justicia.

Viernes humano

Voces/El Nuevo Día
mar 2008

Somos un estado laico y, sin embargo, tenemos días feriados correspondientes a festividades religiosas. Lo curioso es que muchas personas que se identifican como católicas o cristianas, en realidad no practican ninguna religión y temen admitirlo por miedo a ser discriminadas por salirse de las corrientes tradicionales. Miles de personas asisten puntualmente a servicios religiosos y cumplen con todos los ritos de su religión, pero en la vida cotidiana saben con certeza que están desconectadas de su ser interno y, más aún, saben que son incapaces de amar al prójimo.

¿Tiene sentido que exista un día feriado gubernamental en virtud de una festividad cristiana? No. Pero este próximo viernes, se detendrá casi toda la actividad laboral de la Isla. Hemos tenido que someternos a toda una invasión de mensajes religiosos en los asuntos públicos del país. Los políticos se llaman recíprocamente a la “reflexión” como si una dosis de religión fuera la respuesta a los males que aquejan la Isla. Pretende crearse un clima de santidad que dista mucho de ser real y profundo. De más está decir que muy poco se resuelve con expresiones cosméticas de amor a dios cuando al prójimo lo tenemos a nuestro lado todo el año y lo ignoramos porque no es igual a nosotros, no es blanco, no es heterosexual, no es rico, no es hombre, no es cristiano…

Para transformar al país necesitamos menos discursos religiosos y más acciones nacidas de amor genuino y aceptación de la diversidad humana. Necesitamos más personas íntegras que sean capaces de mirar el país a la luz de los derechos humanos de quienes lo habitan. Necesitamos personas que crean más en la igualdad que en símbolos religiosos y que sepan distinguir entre la paz y el fanatismo fundamentado en odio a lo diferente. Si de llamados a reflexión se trata, tengamos un viernes humano para repensarnos como nación y para poner en práctica un verdadero amor a la justicia y a la equidad. Para eso no hacen falta dioses ni religiones y mucho menos viernes santificados a costa de tradiciones que ya no responden a nuestra realidad.

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...