12.7.16

Carne de Cañón

Publicada originalmente en 2011

Nota: Esta columna tiene cinco años pero releyéndola, la siento pertinente. Ni lxs jóvenes del #CampamentoContraLaJunta ni las comunidades que se afectarán con PROMESA, ni los grupos que al día de hoy son discriminados y violentados deben dejarse solos en esta coyuntura histórica.  Si el país es de todxs, todxs tenemos el deber de trabajar para él. 

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Ninguna nación puede darse el lujo de utilizar a sus jóvenes como carne de cañón.  Sin embargo, como país lo hicimos, lo hacemos y tal parece que lo seguiremos haciendo.  ¿Hasta cuándo? 

Las guerras del Siglo XX y el envío masivo de jóvenes puertorriqueños al campo de batalla son, tal vez,  las primeras imágenes que nos vienen a la cabeza al decir “carne de cañón”.  Estas imágenes trascienden de inmediato la palabra y construyen todo un entramado mental de carne, sangre, vísceras, dolor, pérdida y lágrimas.  No sólo pensamos en el sufrimiento de los jóvenes que murieron- o sobrevivieron- en las batallas libradas en Europa, Korea, Vietnam, Afganistán e Irak, sino en el de sus familias y barrios.  La guerra, como sinónimo de violencia, y la violencia como sinónimo de muerte quedan fácilmente impresas en nuestra conciencia como parte de la definición de “carne de cañón”.   

La oscuridad del concepto de “carne de cañón” no se limita a esa analogía de imágenes y palabras.  Su sombra se proyecta sobre la sociedad porque establece una medida de desigualdad, de inferioridad, de odio o de menosprecio hacia grupos raciales o sociales cuya vulnerabilidad los convierte en municiones desechables.  En las guerras del Siglo XX que nos involucraron como pueblo, la carne de cañón no estuvo hecha de jóvenes blancos, adinerados, heterosexuales y perfectamente armonizados con el sistema de supremacía racial y social que por siglos caracterizó a los Estados Unidos.  La carne de cañón era negra, latina y pobre.  Esa carne era desechable porque era desigual. 

Las sociedades que permiten que los grupos vulnerables se conviertan en las municiones de sus guerras sociales o políticas, consienten la apertura de nuevos mercados de carne humana para ser utilizada como carne de cañón.  Con esta actitud pasiva atrasan el desarrollo del país y crean un ambiente de conspiración silenciosa que secunda las acciones gubernamentales y privadas cuando éstas atentan contra derechos humanos fundamentales. 

¿Quién se beneficia con esto?  Quienes siempre se han beneficiado de la desigualdad, de la pobreza, de la ignorancia colectiva, del miedo, de la violencia social… los grupos con poder económico y político que necesitan mantener control de nuestros recursos e ideas para que no cuestionemos sus privilegios.  Es importante, además, que no perdamos de vista el rol de las principales religiones dentro de esta estructura.  Más que un centro de poder en sí misma, es un instrumento para el poder y el control. 

¿A quiénes estamos utilizando como carne de cañón en nuestra Isla en estos días?  A la juventud, a los gays, a las mujeres, a las comunidades que están en proceso de desalojo, a la niñez que se cría en medio del narcotráfico o que crece pensando que esa es su mejor alternativa. 

La carne de cañón del Puerto Rico de hoy es la gente que se ve obligada a dar el frente, a coger palos y macanazos, a exponer su vida y sus bienes y a arriesgar su propio futuro para defender valores y derechos que deberían ser defendidos por el país completo. 

En la Universidad de Puerto Rico, se está librando una feroz batalla ideológica en la cual nuestra juventud está siendo agredida, arrestada, perseguida y expulsada de su centro de estudios*.  Esa batalla está enmarcada en la defensa del derecho a una educación universitaria de calidad y accesible a toda clase social.  No es una batalla de los y las estudiantes, es del pueblo.  Tiene que darse para garantizar que la niñez de nuestras comunidades tenga en el futuro la oportunidad de desarrollarse profesionalmente e integrarse a los procesos de gobernanza democrática de la Isla.   La respuesta de la administración universitaria y del gobierno, nos hace levantar una bandera de alerta ya que más allá del derecho a la educación, están en juego otros derechos fundamentales para nuestra democracia como el derecho a la libre expresión, a la reunión, al libre pensamiento y a la libertad individual. 
 
Dejar los y las estudiantes solos y solas es dejar que se conviertan en carne de cañón.

Las comunidades en peligro de ser desalojadas defienden otro gran grupo de derechos y valores democráticos: el derecho a la vivienda, a la vida en comunidad, a desarrollar vínculos comunitarios fuertes y saludables, a crear espacios para el desarrollo y bienestar común.  Sin embargo, ellas también se enfrentan solas a la policía, a los tribunales y a las empresas desarrolladoras que influyen las decisiones gubernamentales. 

Al dejarlas solas a las comunidades, las utilizamos como carne de cañón en una batalla en la que se juega el derecho a la vivienda y seguridad de cada comunidad de la Isla… incluyendo aquellas en las cuales el resto de nosotras y nosotros se crió o vive. 

Si miramos a las mujeres y cómo la violencia machista nos arrebata la vida, también podemos vernos como la carne del cañón de la desigualdad que se dispara con cada nuevo asesinato o agresión.  Dejamos que las mujeres y sus niños y niñas mueran poco a poco y esperamos con paciencia indiferente a que otro u otra les releve en su batalla por la vida sin sentirnos obligadas a entrar en el campo de batalla.  Una batalla que hoy por hoy tiene a un lado del campo al gobierno y a los sectores fundamentalistas y al otro a las mujeres y su derecho a la equidad, la vida y la felicidad. 

Cada vez que una mujer es asesinada, y se convierte en la carne de cañón en la guerra entre el machismo y la equidad, no podemos lavarnos las manos y pensar que las tenemos limpias de pólvora. 

La comunidad lésbica-homosexual-bisexual-transexual-transgénero e intersexual (LHBTTI) es otra de las comunidades que corre el riesgo de luchar sola.  El silencio o el rechazo que rodea nuestra existencia en los distintos núcleos sociales y luchas políticas, equivale en muchas ocasiones a falta de solidaridad.  Esto a pesar de que defender nuestra equidad es defender la equidad de otros sectores y el derecho a la intimidad.  La batalla de la comunidad LHBTTI se libra en múltiples frentes: en la familia, en el trabajo, en el barrio y en la calle. 

Nuestros muertos son muchos: jóvenes que se suicidan, transexuales asesinadas, adultos que mueren en medio de la soledad y la pobreza, víctimas del VIH y de los estigmas que les privan de servicios.  Ellos y ellas son la carne de cañón que nuestra sociedad utiliza de camino a la obtención de la equidad.

Si nos molesta y nos repugna la idea de que nuestros jóvenes sean carne de cañón para el ejército, ¿por qué aceptamos que otros grupos de nuestra sociedad sean la carne de cañón que se macera y se tritura en nuestras guerras sociales?  Quizás porque nos negamos a aceptar ese estado de guerra a pesar de las muertes y la desolación que nos arropa. 

Las guerras sociales y el sacrificio de grupos como carne de cañón no deben existir.  De hecho, no tienen que existir.  Cuando cada ciudadana y ciudadano asume responsabilidad por la parte que le toca para adelantar el bienestar común, se posiciona a favor de esas poblaciones vulnerables y fortalece el ejercicio de los derechos humanos de su país.  En nuestra Isla esa parece ser la única alternativa.  Una alternativa que hay que elegir con urgencia porque mientras más tiempo dejemos pasar sin actuar, más vidas serán sacrificadas, más derechos serán violentados y más difícil será rescatar para nosotras y las generaciones futuras la equidad y la felicidad como parte de nuestra realidad.
 
*Esta columna es de hace vario años.

2.7.16

Politiquerías


 
Por décadas se nos ha ordenado que no hablemos de política. Nos los dicen con rótulos en negocios, mandatos de silencio en las casas, caras de angustia cuando alguien pone sobre la mesa temas que incomodan.  Y así, mientras el país se silencia porque hablar de política parece inapropiado, otros hablan de politiquerías y se siguen robando nuestro futuro con la avaricia y la seguridad de quienes se saben impunes.

No es extraño que se haya suprimido de nuestra cotidianidad social la política y que se le haya superpuesto ese nombre a las prácticas de saqueo, discrimen y violencia de estado a las que se nos somete consistentemente. Para colmo, a la política se le ha endilgado el adjetivo de “sucia” y nadie quiere ensuciarse con ella.  Esa supresión y ese silenciar nos desapoderan frente a estructuras como el gobierno, iglesias y empresas privadas y nos lleva a concluir que aquí no hay nada que hacer. Si no hay nada que hacer, se concluiría, tampoco hay nada que soñar, que cambiar o que mejorar. 

La política, sin embargo, es mucho más que lo que hemos soportado en nuestra historia reciente.  Hablar de política, hacer política, trabajar políticamente es organizar nuestra vida colectiva desde la libertad y la equidad.  Es reconciliar opuestos, tener esperanza, saberse con poder, elegir la acción frente a la queja.  Es, en fin, reconocerse como ciudadanas y ciudadanos con derechos y con deberes. 

Las luchas de las mujeres, de las comunidades LGBTT, de las estudiantes y de las comunidades que se niegan a la expropiación, son políticas.  Por algo levantan respuestas violentas del Estado. Por algo la propaganda conservadora demoniza a su liderato.  Cada una de esas luchas reafirma una voluntad de libertad que aterroriza a quienes se benefician de la inacción del colectivo.

¿Es la política actividad exclusiva de los partidos?  No lo es. Realmente es parte de nuestro deber como personas que conviven en sociedad. Un deber que va más allá de votar cada cuatro años y que nos requiere mirar con atención lo que pasa en nuestro entorno.  Negar nuestra dimensión política como personas es entregarnos a la voluntad ajena.

En este momento estamos obligadas a rescatar el espacio político cedido gracias a la manipulación perversa de los partidos antiguos y de los sirvientes que se benefician del estatus colonial y de las desigualdades.  Ya hemos pagado un precio demasiado alto: asesinatos por homofobia, una colonia endeudada, violencia hacia las mujeres, medio país en pobreza, cierres de escuelas, gente sin servicios de salud.

Hablemos de política, seamos políticas y políticos sin miedo y sin vergüenza porque la política no es sucia ni degradante. Lo que sí es sucio es dejar el país en manos de la politiquería que nos vendieron como única posibilidad. Nos merecemos mucho más. Y ahora mismo el país necesita mucho más para combatir los efectos de la Junta de Control Fiscal.

9.6.16

Hablaron los muertos



Hoy hablaron los muertos.  Los viejos valores coloniales. El imperialismo. El discrimen. La hipocresía. La avaricia. El miedo. La traición. La perversidad.  Hablaron por las bocas de hombres blancos, mujeres que cargan el poder masculino como un talismán y unos cuantos que, sin ser tan blancos, creen pertenecer a un bando que les desprecia y se disparan en la sien con una sonrisa servil en la boca.

Hoy hablaron los muertos y seguirán hablando, si los dejamos.  Seguirán diciendo que nos imponen una Junta de Control Fiscal por nuestro bien.  Nos dirán con desprecio que nos la buscamos, pero les pasarán la mano a los sirvientes de los buitres que vendieron al país, como los amos les pasan la mano por la cabeza a los perros que se portan bien.

Hoy hablaron los muertos.  Los mismos que hablaron ayer, que hablaron hace 64 años, hace 118 años y mucho antes, por los siglos de los siglos en los que a hierro y fuego se doblegaban pueblos.  Sólo que ahora doblegan con monedas.  Doblegan con PROMESAs, doblegan con la complicidad de los medios, las familias que gobiernan la Isla y la ignorancia de quienes piden la Junta porque creen las palabras de los muertos. 

Pero las mesas ya no flotan.  Los espíritus resultaron ser efectos especiales. Ya no queremos escuchar a los muertos.  Nos llama con fuerza la vida.

Nos llaman las voces de nuestras niñas y niños, de la juventud que sueña, de las mujeres que se levantan de la pobreza y la violencia, de los hombres que se resisten a vivir en la desesperanza.  Nos llaman las voces de la gente que da vida a esta Isla y que merece ser feliz, libre y plena.

¿Quién quiere escuchar a los muertos cuando la vida te habla con la fuerza de la solidaridad?  ¿Quién quiere escuchar a los sirvientes que ahora disfrazan sus discursos para engañarnos y aplacarnos?  Yo no.

Porque escucho la voz de la vida, digo no a la Junta de Control Fiscal y a quienes la propulsan.

Porque creo en el derecho a la vida libre y plena de cada persona en Puerto Rico, me comprometo a trabajar con las miles de personas que ya se están organizando para reclamar nuestro derecho a gobernarnos, a auditar una deuda odiosa y a reorganizar nuestra economía considerando el bienestar común y no la avaricia de unos pocos.


Puerto Rico se merece mucho más.  Tú y tu familia también.  No esperes por otros.  Usa tu poder.

4.5.16

Fusté: Poder, impunidad y justicia

Publicada el 3 de mayo en el periódico Claridad

Algunas figuras de poder logran rodearse de un aura de impunidad que parece imposible de vencer. Utilizan la ley, el “orden” y las jerarquías de todo tipo para adelantar agendas que van en contra de todo lo que define una verdadera aspiración de democracia, equidad y justicia. 

La renuncia del juez Fusté a su puesto en la Corte Federal de Puerto Rico es una de esas instancias en las que tenemos la oportunidad de hablar de poder, impunidad y hostigamiento sexual.  ¿Por qué? Porque tal y como se ha publicado, fueron acusaciones de hostigamiento sexual las que lograron lo que otras acusaciones en su contra no lograron hasta ahora.  ¿Por qué más?  Porque el hostigamiento sexual en el empleo es uno de esos temas de discusión en los que las víctimas se pueden sentir desamparadas frente a un sistema social y legal que constantemente vuelca su juicio en contra de ellas, mientras la parte agresora se queda sonriente y segura a la orilla de sus actos.

 
El hostigamiento sexual en el empleo está prohibido en Puerto Rico desde el 1988. Aun así, miles de personas- en su mayoría mujeres- ven su dignidad lacerada en sus espacios laborales y se enfrentan a una terrible disyuntiva: ¿silenciarse para mantener su trabajo o denunciar y someterse a un proceso duro y hostil en el que su palabra será puesta en duda y su reputación escrutada por el ojo público?  Para quien mira desde afuera, esta disyuntiva puede parecer de fácil solución.  Para quien vive el hostigamiento sexual en el empleo no es tan sencillo.

 
Reconocer el hostigamiento sexual en el empleo

 
La primera gran pregunta que manejan las víctimas de hostigamiento sexual en el empleo es: ¿Me lo estaré imaginando? ¿Estaré exagerando? 

 
Estas preguntas surgen porque la violencia y el acoso sexual pueden ser muy sutiles. Aunque lo evidente sería un beso, una mano bajo la falda o una invitación abiertamente sexual, hay muchas otras formas de acosar o de hostigar sexualmente a una persona.  Desde un comentario no deseado sobre nuestros cuerpos, hasta invitaciones a deshoras, insinuaciones de intercambio de favores o chistes de doble sentido. 

 
Los acosadores pueden estar, además, en todos los niveles de un lugar de trabajo: pueden ser empleados del mismo nivel, supervisores o supervisoras y hasta visitantes.  Lo importante es tener presente que su patrono tiene la obligación de prevenir y de detener el hostigamiento y que si no lo hace, es demandable.

 
¿Qué hacer?

 
Ante una situación de hostigamiento sexual, el primer paso debería ser detenerlo y el segundo denunciarlo ante su supervisor o supervisora para que se active un proceso de investigación.  Sin embargo, a veces no es tan sencillo.  Un evento de hostigamiento sexual tiene la capacidad de minar la autoestima de la víctima, atemorizarla, desestabilizarla y paralizarla.  Por eso, hay recomendaciones adicionales que podrían ser de ayuda cuando la persona víctima de hostigamiento se sienta lista para denunciar.

 
Algunas de esas recomendaciones incluyen: Cuente el evento a otra persona de su confianza, lleve un registro de eventos que incluya horas, fechas, lugares y personas presentes, busque apoyo piscosocial, busque orientación legal.

 
¿Y qué más?

 
Es imposible dar en este este espacio todas las recomendaciones necesarias para enfrentar con éxito este tipo de evento. Recordemos que no se trata tan sólo de un asunto legal o reglamentario, sino de situaciones que afectan emocionalmente a las víctimas por lo que se recomienda un acercamiento holístico que logre atender a la persona tomando en cuenta sus necesidades y su dignidad como ser humano.

 
Por último, parecería innecesario recordar que la víctima no sólo está en una posición de vulnerabilidad ante una figura de poder, sino que no es a ella a quien hay que juzgar.  No importa su ropa, no importa el tiempo que le tome sacar fuerzas para denunciar, no importa su historia de vida, estos casos deben trabajarse con la mayor objetividad posible y dejando de lado los estereotipos de género que tanto daño nos hacen como sociedad.

 
¿Y el Juez Fusté?  Bueno, todavía hace falta saber más. Si, en efecto, incurrió en actos de hostigamiento sexual no basta con una renuncia. La justicia reclama que se le impongan sanciones y que su víctima o víctimas sean compensadas por un sistema judicial en el que probablemente parte de su personal sabía lo que estaba ocurriendo y decidió callar.

 
Destruir la presunción de impunidad de figuras de poder es la mejor forma de adelantar un mundo de justicia y equidad.

14.3.16

Soliviantás


Algunas de las candidatas del Partido del Pueblo Trabajador para las elecciones del 2016
 
Alzás.  Rebeldes. Guerreras. Lideresas. Brujas. Así hemos tenido que ser las mujeres a través de la historia para poder sobrevivir a la humanidad y la violencia sistemática con la cual trata de doblegarnos para que nos sometamos a los espacios de desigualdad que nos ha querido imponer. 

Nuestra rebeldía justificada es la misma que provoca en otras personas la necesidad de endilgarnos etiquetas tales como problemáticas, locas o histéricas.  ¿Por qué? Porque nada más terrorífico para un sistema social desigual que una mujer que le haga frente.  Por eso asesinaron a las jóvenes mochileras en Ecuador.  Dijeron no a una agresión sexual.  Por eso asesinaron a Berta Cáceres en Honduras.  Dijo no a la destrucción de las tierras.  Por eso en Puerto Rico desaparecen, agreden y asesinan a mujeres. Dijeron no a las exigencias de algún hombre.  Por eso, y porque todavía hay muchísimos espacios de desigualdad a nuestro alrededor, seguimos ausentes de los espacios políticos y de liderazgo a los que tenemos derecho como parte de un país que se precia de ser democrático.

En pleno Siglo XXI, tenemos apenas 14 mujeres en una Legislatura compuesta de 78 personas.  De esas 14, todas lo sabemos, podríamos contar apenas dos o tres como legisladoras conscientes de las desigualdades de género y sus implicaciones en la toma de decisiones económicas, de educación, salud y seguridad.  Tenemos, entonces, apenas un 3% de representación activa en una rama de gobierno que ha sido la gestora de leyes que gobiernan nuestras vidas: IVU, energía, deuda pública y presupuesto gubernamental.

¿Saben las mujeres y el resto del país qué legisladoras y legisladores le representan?  Si usted no sabe quiénes son y qué hicieron, luego se corre el riesgo de creerle las palabras bonitas porque de seguro tampoco sabe qué proyectos y políticas públicas impulsaron o bloquearon.  Nos hablan con palabras bonitas porque nos presumen tontas.  Tontas y bonitas.  La gran ironía es que bonitas, tontas y calladitas seguimos siendo su mercado meta.  Tal y como ocurre en el mercado comercial en el que se estudian nuestros hábitos de compra para vendernos productos y servicios, en el mundo político se sabe que las mujeres son una fuerza electoral poderosa a la que hay que venderle los candidatos.  Por eso los acicalan y ponen guapos y usan la palabra “mujer”, “igualdad” y otras similares en sus discursos de sexismo benévolo.  Creen que la gran mayoría de las mujeres no piensan… pero se equivocan.

Miremos la historia y demos el paso que nos toca. Primero logramos votar, estudiar y legislar para detener el discrimen y la violencia.  Ahora nos tocar legislar y gobernar. En el contexto del Día Internacional de las Mujeres, anotemos ese punto en letras violetas en nuestra agenda de equidad.

8.3.16

Una carta para Isadora en el 8 de marzo


 
Amanece el 8 de marzo y pienso en ti, Isadora.  Y soy consciente de que en ti veo y amo a las demás mujeres del planeta y en cada una de ellas te veo y te amo a ti.  Porque, ¿cómo no maravillarme con el potencial de cada niña y de cada mujer teniendo la inmensa suerte de ser tu madre y de ver cómo trabajas, estudias y vives con pasión tu baile por la vida?  Y a la vez, ¿cómo no estremecerme de miedo cuando la vida me enfrenta a diario a las historias de esas otras niñas y mujeres que han sido desaparecidas o asesinadas por un planeta en el que nacer mujer ya te coloca en riesgo de muerte y te obliga a andar por la vida midiendo cada paso para tener una vida plena y segura? 

No te ha tocado vivir en un mundo justo, mi amor.  Y a veces lloro esas injusticias y me lleno de rabia e impotencia porque sé que este mundo es una herencia envenenada por el machismo, el racismo y la pobreza que engordan el privilegio y la riqueza de unos pocos que andan por la vida ajenos al desastre que es la vida de millones de mujeres en el planeta.  

Amanece el 8 de marzo y amanezco con esta carta en la cabeza.  Ya sabes cómo soy: Un poco, o tal vez muy, obsesiva con estas fechas que marcan las luchas de las mujeres.  Y pienso insistentemente en lo que yo misma he heredado como mujer y trato de alegrarme la mañana pensando que a pesar del mundo envenado, otras mujeres más fuertes y más valientes que yo también han llorado de rabia e impotencia pero decidieron actuar.  Por ellas hay un mejor mundo.  Por el trabajo paciente, insistente y persistente de tantas otras mujeres que también amaron y se indignaron lo suficiente como para entregar sus vidas al servicio de la equidad. 

A veces, cuando hablamos y miramos juntas todo lo que pasa, me preocupa que te invada la desesperanza.  Que te canses de ver tantas cosas negativas y que llegue el punto en que pienses que no vale la pena preocuparse, que el sistema no cambiará, que es tan grande el monstruo que enfrentamos que mejor es vivir el día a día sin mirar para el lado.  Es tentador cerrar los ojos.  ¿Te pasan esas ideas por la cabeza, bella?  Seguramente.  No serías humana si no sintieras ese cansancio o si tu instinto de protección no te gritara de vez en cuando: ¡descansa!       

Ser tu mamá ha sido una gran aventura.  Cuando pensé en ser mamá también pensé en que quería que mi primera bebé fuera una niña.  Una niña con nombre y espíritu fuerte: ¡Isadora!.  No era un capricho.  A mis 25 años, y habiendo sido yo una hermana mayor, sabía que tendrías más espacio para crecer libre aunque eso también implicara tener más miradas sobre ti.  ¿O no es cierto que las hermanas mayores mandan? ;-)

También pensaba en palabras que rimaran con tu nombre.  Para darte poder: Isadora, luchadora, soñadora, trabajadora, defensora, escritora, creadora.  Y tú le añadiste “bailadora”.  Y le seguirás añadiendo palabras y acciones a tu vida. 

¿Cuántas niñas nacidas en tu año siguen vivas para contarlo?  ¿Cuántas mujeres de mi edad han llegado al día de hoy libres de algún acto de violencia?  ¿Reconocerán las desigualdades que han definido su vida? ¿Sabrán que no todas sus decisiones fueron libres? 

Me pregunto muchas cosas a diario.  Algunas de las respuestas ya las tengo.  Otras me deben estar esperando en algún libro, escritas y pensadas por alguna sabia. Pero lo que no dejo de preguntarme es cómo hacer un mejor trabajo para transformar este mundo tuyo, Isadora.  Tuyo y de tus hermanos.  Tuyo y mío.  Tuyo y de la humanidad.   

Hoy es tu día, mujer.  Y de todas las niñas y mujeres del mundo.  ¿Amaneciste esperanzada? Yo sí.  Aunque de momento esta carta tenga algo de tristeza.  La tristeza no excluye la alegría, ni la esperanza, ni las ganas de trabajar. 

¿Has visto todo lo que han hecho las mujeres para sobrevivir la humanidad?  Han hecho y hemos hecho cosas que parecían imposibles.  Estudiamos, trabajamos, vamos contracorriente y nos hemos ido acomodando en los espacios de poder que antes parecían imposibles.  ¿Quién puede detener a una mujer que elige ser libre?  Ni siquiera la muerte.  

Ser libres es poder amanecer un 8 de marzo sin temer, sin tener que llorar nuestras muertas, sin tener que paliar la pobreza.  Ser libres es sentirnos plenas y felices.  No necesitamos vidas perfectas, pero sí dignas y de paz.  La liberación es colectiva.  La felicidad también debería serlo.  Porque como yo veo a todas las mujeres en ti, y a ti en todas ellas, sé que el mundo que debemos soñar, debe ser un mundo en el que todas conectadas, podamos vivir en paz. 

Te amo, Isadora.  Isadora Libertad. 

Mamá

[Busca en Facebook la página Amárilis Pagán Jiménez- Senadora por Acumulación]

6.1.16

Reinas Magas

Que nunca nos falte el amor, la solidaridad y la esperanza.

Reinas Magas

Llegaron sigilosas
peldaño a peldaño de estrellas
envueltas en sus mantos tejidos
con rayos de luna
con lágrimas de alegría
con risas de complicidad

Llegaron sigilosas
silenciosas
coronadas de luciérnagas
sin raza
tres mujeres hechas de infinitas mujeres
transfigurándose a cada paso
negras
indias
blancas
asiáticas
caribeñas
con aromáticas melenas ondulantes, rizadas, lacias
-canela, cardamomo, romero y menta-
o cabellos cortos, cortísimos que dejaban el paso libre a sus miradas amplias
-ojos negros, azules, verdes, ámbar y gris-

Llegaron sigilosas
y cuando la primera Reina puso su pie en nuestra Isla
una onda de luz nació de su huella
estremeciendo la tierra y agitando a los pájaros que anidaban en la oscuridad

Era el Amor de la primera Reina
El amor que nace del alma
y trasciende las diferencias

Una niña
en un campo
acurrucada y dormida
agotada de tanto llorar
sonrió mientras soñaba que era plenamente amada
y sentía un abrazo tibio con olor a especias, incienso y brisa de mar

Llegaron sigilosas
mirándose unas a otras
y la segunda Reina se arrodilló para besar esta bendita tierra
y de su beso nacieron millares de luciérnagas
que volaron por campos y costas
ciudades y barriadas

Era la Solidaridad de la segunda Reina
La que se anida como una lucecita persistente y poderosa
en el corazón de los hombres y mujeres que aman la justicia
y regalan sus manos a la humanidad

Una anciana
en una barriada
mientras se asomaba por su ventana
pensando en las niñas y niños que aún jugaban en la calle
se tocó el corazón
cuando les vio detenerse extasiados
y levantar sus manitas para recibir las luciérnagas que el cielo les regalaba

Llegaron sigilosas
sonrientes y confiadas
y la tercera Reina hundió sus manos en las frías aguas del río
y de ellas emergieron halos luminosos de agua bendita
que convertida en una cellisca dulce
arropó toda la Isla

Era la Esperanza de la tercera Reina
la que mueve a la lucha
la que no piensa en rendiciones
la que sabe que el hoy es una página que se pasa
tan pronto se escribe sobre ella
y que otra página en blanco espera nuestras letras en el día de mañana

Una mujer
trabajando afanosa para completar un poema
vio la cellisca plateada que le regalaban las estrellas
y salió
-poema en mano-
esa madrugada
a bañarse en ella

Se marcharon sigilosas
las Tres Reinas Magas
hechas luz, luciérnagas y cellisca
infinitas y felices
prometiéndose regresar
a esta Isla iluminada
en el medio del mar

©Amárilis Pagán Jiménez

1.1.16

Florecer desde adentro

 
El 2016 amaneció con mi casa llena de personas amadas.  También con mi corazón reconociendo que ese amor trasciende las paredes de mi hogar y es capaz de deslizarse a otros espacios: Matria, CABE, comunidades y colectivos con los que me he relacionado, calles y barrios que he transitado y aún otros espacios desconocidos.  Porque así es como debe ser el amor a ese colectivo complejo y diverso que llamamos humanidad.  Un amor que trasciende la inmediatez y es capaz de abrazar aún a las personas desconocidas, diferentes a nosotrxs y hasta totalmente opuestxs a lo que creemos.
 
Hoy también reflexiono en torno a mi agenda para el 2016 y lo que la misma implica.  Acepté una candidatura política y de momento siento que algo cambió.  Algo en la forma de verme, algo en la forma en que otras personas me ven.  Algo en lo que es la energía de los colectivos a los que he dedicado los últimos años sin medir tiempo ni esfuerzos.  Esa percepción en cierto modo representa una fisura en el círculo que representaba mi mundo cotidiano hasta ahora.  Me obliga a salir de una zona cómoda y saltar a una nueva manera de hacer matria y asumir la responsabilidad de ser instrumento para cambiar nuestra realidad.  Me obliga a cuestionar la naturaleza misma de las candidaturas políticas y cómo parecen apostar a la individualidad, a vender una imagen y convencernos de que necesitamos caudillos. 
 
Sin embargo, sé que soy quien soy gracias a los colectivos con los que trabajo.  Me miro, y reconozco todas las identidades que se agrupan bajo mi nombre, mi humanidad.  Y me doy cuenta de que no quiero abandonar ni mis colectivos, ni mis identidades.  No quiero caminar sola, ni creerme el cuento de que debo liderar desde la soledad de una cúspide que no es más que un espejismo.  Porque si aceptara eso, estaría permitiendo que lo peor de nuestro sistema político me gobierne y esta aventura fracasaría desde ese mismo momento. Estaría traicionando las razones por las cuales he dado este paso al mundo político y dejaría de ser Amárilis para ser una aspirante más, con eslóganes huecos y el corazón vacío. Otra impostora que vende sueños y que apuesta a la ignorancia ajena.
 
Sé, además, que otros colectivos se abren y me reciben.  Lxs compañerxs del Partido del Pueblo Trabajador son uno de ellos.  Entusiastas, soñadorxs, inteligentes, diversxs, profundxs y con ganas de hacer una diferencia.  Algo aprenderé y algo aportaré.  Eso me hace feliz.
 
Todavía tengo mucho que pensar, que sentir y que hacer de camino a las Elecciones 2016.  Hoy solo comienzo a apalabrar parte del proceso.  Lo apalabro para ir dejando una línea de semillas que marquen el camino de vuelta a casa, a lo esencial, a la aspiración de libertad, justicia y equidad para todas y todos.  Lo apalabro y me permito verlo para dejar atrás cualquier miedo y para dejar espacio a las flores.  Porque nada mejor que trabajar desde adentro hacia afuera, florecer con alegría y confianza, florecer desde adentro, en paz.

14.12.15

Lo que sí importa

Y de momento, Twitter y otras redes se convirtieron en plataforma para vanalizar la precariedad de este territorio-colonia-nación y matria que habitamos.
 
Bastaron unos minutos del mensaje del gobernador Alejandro García Padilla para que todxs lxs políticxs de carrera del PPD-PNP sacaran los mensajes prefabricados que tenían a un "send" de distancia del tradicional público que sólo consume trivialidades.
 
Lo que no se dijo es más importante.
 
No se habló de derechos humanos.
No se habló de la agenda inconclusa de equidad.
No se habló del país ingobernable gracias a la desesperanza.
No se habló de crear, al fin, una mesa de trabajo libre de partidos fracasados.
No se habló de construir una matria que acoja a todas y todos los que la habitamos.
No se habló de la eliminación de la cultura oligárquica que nos ha traído hasta aquí.
No se habló de las cosas que la gente sensata ya ha dicho que hay que hacer.
 
¿Qué importa quién quiere correr por el PPD-PNP para la gobernación? ¿Qué importan las aseveraciones de que arrasarán en las elecciones? ¿Qué importa lo que digan lxs que han vendido pobreza y discrimen camuflados de sueño americano en versión caribeña?  Para lo único que importan es para tomar nota, observar y luego decidir cambiar nuestro presente.
 
Lo que importa que sí es trabajar para un país habitable, justo, lleno de oportunidades y de felicidad.
 
Importa:
 
Nuestras familias y nuestro derecho a habitar espacios seguros y saludables.
 
Tener servicios de salud adecuados y dignos cuando las enfermedades llegan a nuestras vidas.
 
Tener más casas habitadas por familias y personas que hoy carecen de hogar y tener menos casas reposeídas por los bancos.
 
Dar a nuestra niñez una educación gratuita de calidad.
 
Crear empleos como parte de una estrategia de desarrollo local y traer a casa a quienes han emigrado obligadxs por la falta de oportunidades.
 
Sentirnos segurxs en cualquier calle.
 
Tener tiempo para las cosas importantes y no tener que cargar con cuatro trabajos sin beneficios marginales.
 
Saber que podemos ser como somos sin que se nos discrimine.
 
Vivir plenamente.  Amar con fuerza.  Saberse humana y con derechos accesibles.
Lo que sí importa, es recuperar nuestra capacidad de soñar y de saber que esos sueños pueden ser una realidad.
 
 

11.12.15

El machismo nuestro de cada día

http://aldia.microjuris.com/2015/12/11/jurista-le-quita-puntos-a-junta-examinadora-por-revalida-machista/

Una nota de Microjuris nos acaba de confrontar con una instancia más del discrimen por género y el machismo que se percola a través de nuestro sistema legal.  Esta vez en un espacio insospechado para muchas de nosotras: El proceso de reválida para el ejercicio de la abogacía.

Un jurista y ex profesor de derecho, el Lcdo. Jorge Velázquez, denunció el contenido de una pregunta de la más reciente reválida. 

Cito de la nota:

"Según el profesor, la pregunta solicitaba a los examinados que contestaran si procedía el delito de homicidio en vez de asesinato, por haber sido las expresiones de la asesinada una provocación adecuada que justificara un arrebato de cólera por parte del asesino. Según la guía de corrección de la Junta Examinadora, la respuesta era en la afirmativa, y el acto del confinado constituyó un homicidio, por haberse efectuado “bajo los efectos del coraje provocado por las manifestaciones de ella al encontrarla en la cama con Amante”."

Si en efecto, la Junta Examinadora actuó de esa manera, estamos ante la validación institucional de la violencia de género y del pensamiento machista según el cual "el honor " o "la hombría" de un hombre valen más que la vida de una mujer.  Se nos está diciendo que "las mujeres nos merecemos lo que nos pasó" por habernos salido del lugar que nos asigna un sistema que sigue siendo patriarcal. 

Para quienes trabajamos por la equidad y hemos atestiguado cómo se maltratan en nuestro sistema de justicia a las víctimas de la violencia machista, este evento es indignante, frustrante y, sobre todo doloroso.  Sí, porque sabemos que tal y como se juzgó a Ivania, tal como se juzgó a Ivonne y tal y como se ha juzgado y condenado a otras mujeres víctimas de violencia en el pasado, todavía muchas más serán juzgadas si no se actúa para enmendar este tipo de situación.

Ya no estamos para justificar y aceptar crímenes cometidos en aras de salvaguardar falsos conceptos de honor.

Por un país en el que las mujeres tengan acceso a la justicia, sigamos exigiendo equidad en cada espacio de poder.

1.12.15

Propuesta para dejar el llantén y pasar a la acción

(Para tiempos en los que el gobierno nos pasa el rolo por encima)

(1) Si no sabe qué representante o senador/a corresponde a su distrito, averigüe ya. (¿Cómo quejarse en abstracto y sin ponerle cara a quienes abusan del poder?)

(2) Luego, sígale la pista y evalúe su trabajo objetivamente y sin el filtro contaminado de un partido. Háblelo con sus vecinxs. (El conocimiento es poder. La ignorancia es derrota)

(3) Determine si quiere que esx legislador/a le siga representando. (¡No son perpetuos!)

(4) Si cree que no se merece estar en la Legislatura, decida desde ahora una de dos cosas: (a) Activarse políticamente y considerar ser candidatx en el 2016; o (b) Identificar una candidata o candidato idóneo al cual apoyar. (Hay sillas llenas por falta de competencia. Si lxs buenos no quieren ser candidatxs, los mediocres hacen fiesta)

(5) Mire la Ley Electoral y conózcala para saber cómo desarrollar su acción. (No todo tiene que hacerse bajo una estructura de partidos)

(6) No pierda el tiempo llorando y quejándose. Sus quejas sólo hacen más fuerte el sistema bipartita porque siembran la desesperanza.

¿Tenemos derecho al pataleo? Sí. Y lo podemos renunciar. Pero tenemos el deber de actuar. Y ese, es ineludible si queremos que este país tenga un futuro.

23.11.15

Tetas y economía: A 2 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Las matrias como parte de una manifestación en Santurce, oct. 2015
Los cuerpos de las mujeres sirven, en un mundo patriarcal y capitalista, para tres cosas:

Una: Complacer a algún o algunos hombres.  A veces a muchos.

Dos: Para alimentar una estrategia de ventas.  Ya saben: automóviles, bebidas, perfumes, accesorios deportivos, inversiones...

Tres: Para parir más trabajadorxs y consumidorxs que muevan la rueda económica del sistema.

Las tetas y la economía tienen más de un punto de encuentro en nuestro país y ninguno de ellos nos conviene porque nos coloca en estado de vulnerabilidad ante la violencia.  No sólo la violencia en relaciones de pareja, sino la violencia social, la económica, la obstétrica y la mediática.  Una teta libre es una amenaza a todo un sistema que necesita mantener el control sobre nosotras.

La reivindicación de los cuerpos de las mujeres debe ser parte de cualquier agenda de derechos humanos.  Sin poder sobre ellos, carecemos de oportunidades económicas, políticas y sociales reales.  Que algunas nos sintamos libres, no nos hace libres a todas.  Ni siquiera a quienes nos pensamos así. 

Por cada una de nosotras, y por todas, hay que insistir en la equidad para alcanzar la paz.

A continuación mi reflexión del mismo 28 de octubre.

Manifestación política en reclamo de espacios de respeto y libertad para los cuerpos de las mujeres.
28 de octubre de 2015- Santurce

Vivimos tiempos extraordinarios. Convulsos. Retantes. Tiempos en los que se nos presentan nuevas fronteras que transgredir en nuestro camino a la equidad, la justicia, la paz y la libertad. Cada nueva frontera es externa e interna. Nos vencemos para vencer. Vencemos la otredad que trata de asignarnos un rincón del mundo y luego encontramos que nosotras mismas tenemos rincones elegidos aún en contra de nuestro deber de ser libres.

Ser libres no es sólo un derecho. También es un deber cuando de nuestra libertad depende la de otras personas.
Hoy yo fui un poco más libre. Por mí. Claro. Pero también por las demás mujeres que viven esta Isla. Cuando creíamos que nuestros cuerpos eran campo seguro en el que nosotras mandábamos, un acto vandálico contra el mural de Moriviví y Coordinadora Paz para la Mujer nos recordó algo que sabíamos: nuestros cuerpos siguen siendo campos de batalla y nadie nunca nos pidió permiso para usarlos.

En nosotras se deleitan los medios de comunicación, la publicidad que vende productos con nuestros cuerpos, los compradores de sexo, los mercaderes de una medicina que nos hace creer que necesitamos transformaciones vanas, las fábricas que convierten los cuerpos de las obreras en máquinas que luego desechan, las castas que necesitan que paramos sus hijxs, las iglesias que nos definen como esclavas domésticas modernas y hasta lxs políticxs que exhiben esposas perfectas. Nos tratan como cosas y como cosas nos quieren controlar. Al extremo de poner en manos ajenas en qué momento y circunstancias es aceptable vernos y en cuales no.

Para mí, el día de hoy se trató de decir basta. Se trató de elegir cuándo, cómo y dónde yo dejo ver mi cuerpo. También el por qué. Estoy segura de que cada mujer de las que hoy llegó y se mostró ante el mural tuvo sus propias razones. Todas válidas. Todas apalancadas en una voluntad y un valor gigantes porque, lo sabemos, no fue un acto común, ni silencioso, ni sumiso. No fue un acto esperado de las mujeres. Transgredimos el rol que nos quieren asignar.

No quiero retirarme hoy sin decir cuánto agradezco a la vida el que me haya permitido ser parte de este evento de hoy. Liberarme. Retar. Trabajar por la libertad y el respeto a los cuerpos de otras mujeres que tal vez nunca conoceré, que quizás no han nacido pero que sentirán el efectos de las alas de mariposas que agitamos hoy. Mujeres y hombres solidarios.

Amor para todas las desnudas. Amor para todas las que nos acompañaron allí o en energías. Amor para los compañeros que nos apoyaron.

Amor gigante para mis amadas matrias. Orgullosa de ustedes. Agradecida de ser parte de ese círculo mágico que creamos todas y todos.

21.11.15

Mundo fálico: A 4 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Hoy ha sido sábado de libros, arte y música.  Y en la música, Welmo Romero con sus líricas y ritmos en vivo en FLIA 8.

Y nos canta "Mundo fálico".  Y me recuerda lo feliz que me hace encontrarme en mi camino a hombres solidarios, feministas, comprometidos.  Y sé que, en efecto, el mundo sigue siendo fálico pero hay hombres capaces de ver-se, renunciar a la comodidad y trabajar para la equidad.

Lo masculino sigue pareciendo superior para algunas personas.  La medida de lo bueno, lo poderoso, lo valioso. En contraste, lo femenino es lo débil, lo inferior y la obediencia/sometimiento. Retar esas concepciones es urgente.  Y para ello, la cultura es fundamental.

Una cultura que fomenta la equidad es también parte de una estrategia de paz.  A cuatro días del Día Internacional de No Más Violencia hacia las Mujeres, pensemos en cómo seguir creando espacios culturales de equidad que logren contrarrestar los de desigualdad.

18.11.15

Concertación de esperanza: A 7 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Asistencia a Conversatorio de IGEA y Matria- "Más mujeres, mejor política"
Cuando convocamos a nuestro conversatorio de anoche, lxs matrixs lo hicimos por dos razones:  teníamos debates internos sobre el tema de las candidaturas políticas de las mujeres y sentíamos que el tema era lo suficientemente importante como para abrir nuestro debate a otras mujeres y hombres solidarios.  Lo que no sabíamos era que tantas otras personas también necesitaban hablar del tema y se sentirían convocadas a participar de la actividad. 

El conversatorio "Más mujeres, mejor política" que celebraron IGEA, Matria y La Ruta de las Mujeres en Libros AC se llenó a capacidad. Más de 60 personas llegaron para escuchar, hablar y hacer compromisos personales con un propósito común.  Se logró una concertación de esperanza en un espacio al que llegamos con tan sólo un inmenso deseo de aprender y escuchar a otras mujeres.

¿Qué dijeron las compañeras Tati Fernós y Verónica Rivera? ¿Qué dijeron las mujeres del público?  ¿Qué preguntas nos quedan sobre la mesa?  De eso escribiré más adelante y con más detalle.  Pero les adelanto que vivimos tiempos extraordinarios en los que frente a la adversidad y las estrategias de inmovilización que nos tratan de aplicar desde tantas estructuras tradicionales, muchas mujeres y hombres que llegaron allí han decidido responder con amor, solidaridad y acción.

Hoy soy más feliz que ayer.

17.11.15

La solidaridad como estrategia política- A 8 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Taller de La Ruta de las Mujeres de Proyecto Matria en Piñones, 2012
Las mujeres necesitan llegar a los espacios de poder.  Se nos va la vida en eso.  No podemos seguir mendigando derechos ante los gobiernos y otras estructuras que obvian nuestra humanidad y nuestros derechos.

Según la ONU, tan recientemente como enero de 2014 las mujeres éramos solamente el 21.8% de lxs parlamentarixs de nivel nacional y un 17% de lxs ministrxs de gobierno.  De todxs lxs jefes de estado del mundo, las mujeres son el 5.9%.
 
En Puerto Rico, tenemos datos igualmente preocupantes. En el Senado sólo hay 6 mujeres en un grupo de 27.  Eso equivale a un 22%.  Pero miremos los números de nuevo y consideremos SOLAMENTE a las senadoras solidarias y claras en cuanto a valores de equidad: Maritere González y María de Lourdes Santiago.  Dos.  ¿Qué porcentaje de representación tenemos en el Senado? 7%
 
¿Qué decir de la Cámara?  Sólo hay 8 mujeres entre 51 representantes.  Esto es un 16%.  Nuevamente, si miramos los números desde una perspectiva de equidad, el porcentaje es prácticamente cero.
 
Hoy voy cargando con esos datos y un buen paquete adicional de indignaciones, esperanzas, dudas y certezas a un conversatorio con otras mujeres.  Hablaremos de política.  De por qué sí y por qué no aspirar a puestos electivos.  Hablaremos de las experiencias pasadas y también de lo que nos preocupa en momentos en los que algunas de nosotras debemos tomar decisiones en torno a ese trabajo pendiente.
 
Llevo días reflexionando y leyendo del tema.  Y me doy cuenta de que este tipo de reflexión requiere una gran dosis de corazón.  Ya veremos qué tal nos va.  Pero dentro de todo, mirando fotos de las luchas de los pasados años, puedo decir con bastante certeza que la mejor estrategia feminista para entrar al campo político es la solidaridad.  Esa ha sido nuestra fórmula de éxito en el pasado.  ¿Por qué dejarla atrás?
 

16.11.15

Ver a las otras: A 9 días del Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres

Árbol de mensajes, abril 2012, Estambul Turquía
Nota: Se me ha hecho difícil mantener el ritmo de escritura de hace unos años.  Trabajar para que una organización como Matria crezca, aún en tiempos adversos, y ser parte de otros colectivos de trabajo como CABE, cobra su buena cuota de tiempo.  También la familia, también el amor.  Sin embargo, este año voy a tratar de recuperar al menos una parte de la cuenta regresiva al 25 de noviembre que hice en otros momentos.  Es importante y es urgente.  Nos encontramos en momentos en los que no podemos darnos el lujo de permitir que se invisibilicen las distintas formas de violencia que sufren las mujeres y que el gobierno y el país tomen decisiones que nos afectarán irremediablemente.  Y como pasa con tantas otras luchas de las mujeres, trabajar en contra de las violencias hacia nosotras seguramente traerá equidad a otros grupos.

Vivimos en un sistema que nos educa para ser machistas.  A hombres y a mujeres.  También para ser otras tantas cosas que minan nuestra capacidad de amar al prójimo y sentir empatía.  Los prejuicios nos impiden ver la humanidad ajena y si no la vemos, no podemos tener una sociedad justa y equitativa.

Si queremos erradicar la violencia hacia las mujeres tenemos que aprender a verlas.  Esa tarea es compleja.  Nuestras historias de vida nos dan un marco de referencia limitado.  Nuestros pensamientos domesticados nos hacen rechazar las personas diferentes.  Nuestros miedos nos hacen criticar conductas que sentimos amenazantes.  Y así, se nos pasa pensar en las mujeres que viven en soledad, enfermas.  No las vemos, no existen.  Nos imaginamos que las que viven en pobreza están dándose la buena vida a costa del PAN o de otras ayudas del gobierno.  No hemos vivido esa pobreza, no existe.  No hemos sido víctimas de un evento de violencia en nuestras relaciones de pareja, le decimos mentirosas a las que denuncian la que sufren.  No nos ha agredido sexualmente un ser querido, dudamos de la palabra de las niñas o jóvenes que se atreven a hablar.  No nos han negado tratamiento médico, decimos que con la "tarjetita" todas las demás mujeres tienen servicios... La lista sería larga.  Aún la de las violencias que sufrimos en carne propia y no reconocemos.

Así que hoy, mi invitación es a ver a las otras mujeres.  Niñas, jóvenes, adultas y viejas.  De cualquier clase social, pero en especial las que son invisibles a la mirada común porque no cae en los perfiles que los medios y la publicidad necesitan para sus agendas de lucro.

Veamos.  Ese es el primer paso para entender, para amar y para comprometerse con la equidad.

30.9.15

Facturitas

Publicada en El Nuevo Día
30 de sept de 2015

Parece que algunas personas creen tener derecho a pasar facturas a cuenta de derechos humanos.  Ya se ven mensajes aquí y allá proclamando gestiones exitosas por los derechos humanos de las comunidades LGBTT, las mujeres y otros grupos tradicionalmente discriminados.  Antes de que a alguna agencia de publicidad se le ocurra lanzar eslóganes engañosos, repasemos las cuentas para ver quién le debe a quién.

 
Si bien es cierto que existen legisladoras, legisladores y jefas/es de agencia que han asumido una defensa vertical de los derechos humanos de distintos grupos, es igualmente cierto que tanto el PNP como el PPD son maquinarias políticas machistas, homofóbicas y generadoras de las desigualdades sociales y económicas que hoy estamos pagando como país.  Si de facturas se trata, creo que el pueblo tiene unas cuantas que pasarle a ambos partidos.

 
En una columna no caben todas las cuentas pendientes, así que iré a las más obvias con la invitación a que otros grupos también preparen las suyas. 

 
Hablemos de las comunidades LGBTTQI.  Recordemos cómo hubo que cazar votos en el Senado y la Cámara en el año 2013 para que se aprobaran las leyes 22 y 23 de ese año. En el Senado la Comisión de Derechos Civiles y su presidenta obstaculizaron su aprobación y en la Cámara los grupos opositores eran recibidos con café en oficinas de representantes populares que además abrían las sesiones de ese cuerpo con oraciones y expresiones de apoyo a esos mismos grupos.  Afilemos el lápiz y anotemos en nuestras facturas las acciones de la representante que a pesar de presidir la Comisión del Género y la Equidad se negó a atender nuestros grupos y luego participó en los clamores a dioses sin respeto alguno a la separación entre Iglesia y Estado. Esa sí es una factura pendiente.  Factura que incluye a los legisladores del PNP que se opusieron a ambos proyectos por mero oportunismo político. 

 
La factura de las comunidades LGBTTQI podría incluir otras cuentas.  Por ejemplo, la manera en que el PS437 para viabilizar adopciones sigue detenido en Senado y con cero probabilidades de aprobación en Cámara.  O la primera contestación del gobierno a la demanda de Ada Conde para viabilizar el matrimonio LGBT en la Isla.  También habrá que ver lo que hagan, o no hagan, ahora en torno a las legislaciones necesarias para crear un estado de derecho realmente equitativo para las familias LGBT.

 
Las mujeres, por nuestra parte, tenemos nuestras facturas actualizadas. Entre otras cosas, tenemos en ellas los compromisos hechos mediante carta firmada por el Gobernador el 18 de septiembre de 2014 que aún no han sido cumplidos.  Seguimos en espera de una Defensoría de las Mujeres y la Equidad que se dejó morir entre el Ejecutivo y la Legislatura y estamos calculando el efecto devastador en la vida de las mujeres de las políticas fiscales que se proponen para complacer al capital a cuenta de nuestros derechos humanos.  Eso sin contar la espera eterna por una perspectiva de género en la educación pública y el silencio que arropa el tema en el Departamento de Educación al que apoyamos para que lograra emitir su carta circular.

 
Espero que no haya agencias de publicidad- de ninguno de los dos partidos que se alternan la gobernación- preparando facturitas chantajistas o promesas huecas.  Ya no estamos para eso cuando la factura real, grande y pertinente la seguimos teniendo del lado de acá, del lado de los derechos humanos que se nos siguen debiendo.

15.9.15

Degollar el cordero


*Publicada originalmente el El Nuevo Día

Degollar el cordero.  Suena violento pero más violenta es la desigualdad.  Más violenta es la perspectiva de seguir sometiéndonos como país a las decisiones que se toman desde las mismas mesas de trabajo que construyeron nuestra pobreza. 



Siempre he pensado que nuestro escudo nacional, con ese cordero arrodillado y la bandera blanca, nos ha desgraciado la vida colectiva.  El cordero y la conveniente idea de que nada cambiará porque somos colonia.  



Curiosamente, la bandera blanca con la cruz roja del cordero del escudo simboliza tregua y cesar la lucha. Pero el momento actual requiere lo contrario: lucha, confrontación y movimiento. No podemos seguir pretendiendo transformar una estructura de desigualdad sin confrontar sectores.  No podemos aceptar mesas de consenso a las cuales la gente llega sin hacer introspección y con las manos manchadas de acciones que atentan contra los más elementales principios de derechos humanos. 



Yo me niego a actuar como si los bancos, los partidos políticos, las corporaciones foráneas y hasta algunas organizaciones fueran iguales a quienes trabajamos por la equidad día tras día.  No lo son.  Se han beneficiado de las desigualdades, las han construido y las han fomentado. Han tenido acceso a espacios de poder que determinaron las decisiones económicas y sociales más importantes del pasado siglo y no lo hicieron bien. Creen inclusive que pueden dictarnos desde su dinero lo que podemos o no podemos hacer so pena de perder fondos si no nos alineamos con sus objetivos.



Antes de preguntarnos qué hacer, debemos preguntarnos con quién, cómo, por qué y para quién hacer.  ¿Queremos seguir viendo un gobierno que toma decisiones a la carrera y a entidades privadas sacando provecho de la desesperación ajena? No. Por eso hablo de degollar al cordero, de deshacernos de la bandera que anuncia el abandono de las luchas y de hacernos cargo del país sin temer a las verdades que nadie quiere mencionar en voz alta.   



Luego de la confrontación honesta y valiente, hablemos de construir una clara agenda de derechos humanos que nos incluya a todas y a todos.  Para construirla, seamos generosas con ese país que queda invisible tras los discursos y la propaganda mediática tradicional. Visitemos las comunidades, construyamos un lenguaje común, dialoguemos desde una ruta que transcurra por la Isla y no por oficinas de burócratas. Hagamos el trabajo paciente y amoroso que es necesario hoy y seguirá siendo necesario mañana.



Esa ruta país, construirá mucho más que un falso consenso e irá más allá de los inútiles y vacíos comités multisectoriales que nada aportan. Ya no estamos para servir cafés en mesas de interlocutores sonrientes y voces ausentes. No somos corderos que balan lastimeramente.  Es momento de parir una nueva matria/patria. 

Yo no voy a llorar por Puerto Rico

No voy a llorar por Puerto Rico. Voy a luchar por él. Esa ha sido mi consigna personal desde hace muchos años y no voy a cambiarla por un re...