5.11.24


Esta mañana una esperanza me sorprendió dentro de casa. Estuvo con nosotras todo el día. Tranquila. Ahora en la noche la liberamos. La devolvimos al cielo, al aire, al mundo del que vino.

¿Sobrevivirá la esperanza? Dejarla encerrada era una muerte segura. La incertidumbre del mundo le da una mejor oportunidad que la inmovilidad. Y es una metáfora tremenda de este momento.
Esta noche miro los números, pero también la gente. El trabajo de los pasados meses. Los procesos mentales y emocionales por los que muchas pasamos para llegar a emitir nuestros votos hoy. Nada se ha perdido y nada se perderá.
Tengo claro que aún con Juan en la gobernación, el país que tenemos necesita de mucho trabajo, de mucho más amor, solidaridad y esperanza y de luchar con uñas y dientes para rescatar(nos) el futuro.
Liberemos la esperanza para que Puerto Rico tenga la oportunidad de vivir más allá del pillaje y el abuso de los gobiernos de siempre.
No dejaremos que nos roben el futuro.

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