1.1.16

Florecer desde adentro

 
El 2016 amaneció con mi casa llena de personas amadas.  También con mi corazón reconociendo que ese amor trasciende las paredes de mi hogar y es capaz de deslizarse a otros espacios: Matria, CABE, comunidades y colectivos con los que me he relacionado, calles y barrios que he transitado y aún otros espacios desconocidos.  Porque así es como debe ser el amor a ese colectivo complejo y diverso que llamamos humanidad.  Un amor que trasciende la inmediatez y es capaz de abrazar aún a las personas desconocidas, diferentes a nosotrxs y hasta totalmente opuestxs a lo que creemos.
 
Hoy también reflexiono en torno a mi agenda para el 2016 y lo que la misma implica.  Acepté una candidatura política y de momento siento que algo cambió.  Algo en la forma de verme, algo en la forma en que otras personas me ven.  Algo en lo que es la energía de los colectivos a los que he dedicado los últimos años sin medir tiempo ni esfuerzos.  Esa percepción en cierto modo representa una fisura en el círculo que representaba mi mundo cotidiano hasta ahora.  Me obliga a salir de una zona cómoda y saltar a una nueva manera de hacer matria y asumir la responsabilidad de ser instrumento para cambiar nuestra realidad.  Me obliga a cuestionar la naturaleza misma de las candidaturas políticas y cómo parecen apostar a la individualidad, a vender una imagen y convencernos de que necesitamos caudillos. 
 
Sin embargo, sé que soy quien soy gracias a los colectivos con los que trabajo.  Me miro, y reconozco todas las identidades que se agrupan bajo mi nombre, mi humanidad.  Y me doy cuenta de que no quiero abandonar ni mis colectivos, ni mis identidades.  No quiero caminar sola, ni creerme el cuento de que debo liderar desde la soledad de una cúspide que no es más que un espejismo.  Porque si aceptara eso, estaría permitiendo que lo peor de nuestro sistema político me gobierne y esta aventura fracasaría desde ese mismo momento. Estaría traicionando las razones por las cuales he dado este paso al mundo político y dejaría de ser Amárilis para ser una aspirante más, con eslóganes huecos y el corazón vacío. Otra impostora que vende sueños y que apuesta a la ignorancia ajena.
 
Sé, además, que otros colectivos se abren y me reciben.  Lxs compañerxs del Partido del Pueblo Trabajador son uno de ellos.  Entusiastas, soñadorxs, inteligentes, diversxs, profundxs y con ganas de hacer una diferencia.  Algo aprenderé y algo aportaré.  Eso me hace feliz.
 
Todavía tengo mucho que pensar, que sentir y que hacer de camino a las Elecciones 2016.  Hoy solo comienzo a apalabrar parte del proceso.  Lo apalabro para ir dejando una línea de semillas que marquen el camino de vuelta a casa, a lo esencial, a la aspiración de libertad, justicia y equidad para todas y todos.  Lo apalabro y me permito verlo para dejar atrás cualquier miedo y para dejar espacio a las flores.  Porque nada mejor que trabajar desde adentro hacia afuera, florecer con alegría y confianza, florecer desde adentro, en paz.

2 comentarios:

  1. Lindo comienzo Ama aquí estoy

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  2. Excelente!!! Con tantas experiencias vividas que aflore su esencia en cada unos de los petalos de su flor

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