Es fácil caer en la tentación de las marchas y de lo mediático. Pensar lo que haremos desde una lógica de marketing y auto engañarnos con eslóganes sobre la paz. Pero hablar de paz sin equidad, no deja de ser eso, un conveniente eslogan para acallar nuestra conciencia y ganar indulgencias con ciertos sectores del país. Esa paz no existe. No hay paz en Puerto Rico, y tampoco la habrá el próximo domingo aunque miles de personas marchen bajo la consigna de “hoy es un buen día para tener paz”. Tampoco la habrá la semana siguiente aunque la gente caiga en la trampa de votar “Sí” en el referéndum del 19 de agosto.
La paz se
construye en el diario. No con marcas de
fechas. La paz se construye desde cada
persona que elige mirar y respetar al prójimo.
No desde personas que se sienten dueñas de verdades absolutas y deciden
ignorar los grises que matizan el devenir social. La paz se construye con respeto y
empatía. La paz no se construye tratando
el dolor ajeno como una mercancía.
Desde ese
respeto al dolor de las madres y padres que promueven la marcha del próximo
domingo, debo decir que difiero del discurso que se ha ido construyendo en
torno a la misma. Claro que es
importante aspirar a una patria de paz, de seguridad y de tranquilidad. Pero es aún más importante aspirar a la
equidad porque sólo desde ella es posible la paz. Cuando miles y miles de familias de nuestro
país viven en un estado de sobrevivencia, confinados al otro lado de la verja
del bienestar, estamos en un estado permanente y no declarado de guerra. Por eso mueren y sufren personas de ambos
lados. A algunos se les llora y se les
enaltece, a otros se les olvida, se les culpabiliza de sus propias muertes y se
les señala como eje de la maldad.
Algunas
personas dicen que en Puerto Rico hay una crisis de valores y que con mano dura
lograremos corregir a quienes actúan con violencia. Casi, casi parecen querer implantar la máxima
de que “a palos aprende el buey”. Y así,
parecen animalizar la realidad de esos otros seres humanos… los que según ellos
y ellas no tienen valores, no saben criar a sus hijos e hijas, son unos
mantenidos y miles de cosas más. Pero en
Puerto Rico, la verdadera crisis es de desigualdad. Una desigualdad que da derecho a unos de
juzgar y condenar a otros. Una
desigualdad que nos deja insensibles ante el dolor ajeno si ese otro u otra no
es de nuestro lado de la verja.
Yo conozco
muchas personas de ambos lados de la verja que nos segrega como sociedad y en
todas he visto el amor. En ambos lados
he visto personas buenas y comprometidas y les ruego a todas que hagan una
pausa para mirar a través de esa verja que nos separa sin pretender ser
superiores o imponer creencias propias.
Les pido que más que marchar por la paz un solo día, estén dispuestas a
trabajar por ella dejando a un lado los prejuicios de clase, raza, religión,
género y política que día a día disparan granadas de odio e incomprensión en esta
guerra que nos consume.
Pido
también un armisticio. Un deponer de
armas. Un espacio en el cual podamos
establecer que la dignidad y los derechos constitucionales no se renuncian como
parte de ataques kamikaze al enemigo que imaginamos en las otras y otros. No sólo marchemos por seguir
instrucciones. Pensemos. Y el 19 de agosto, en aras de esa paz, votemos
NO-NO en el refréndum.
Decia Ghandi que "no hay camino hacia la paz, la paz (misma) es el camino"... Porque para "vivir en paz", hay que "vivir la paz", hay que asumirla como un valor y una actitud. Ciertamente quienes creen o promulgan que la paz se consigue "con mado dura" fallan crasamente en su objetivo. Limitar derechos que defienden nuestra libertad es atentar contra nuestro derecho superior de vivir en paz...(con Ho Chi Min en la memoria)
ResponderBorrarInsisto: "No y NO", y punto...!
LiSA :)