11 de agosto de 2012
Dos preguntas fundamentales se nos plantearán en el referéndum del 19 de agosto. Dos preguntas que quienes proponen las enmiendas constitucionales no se atreven a hacer de manera directa.
La primera de ellas será la siguiente: ¿Creemos que renunciar un derecho constitucional remediará la criminalidad? Esa es la pregunta real.
Proponer una limitación al derecho constitucional de la fianza bajo la premisa de que con eso castigaremos a los criminales y reduciremos el crimen, es proponernos que en un ejercicio de fe ciega pongamos un derecho constitucional en manos del gobierno a cambio de una protección que es incapaz de dar.
¿Han podido confiar en ese gobierno las personas agredidas o asesinadas en eventos de brutalidad policiaca en los últimos años? Ni ellas, ni las miles de víctimas de delito que han utilizado para justificar la enmienda.
Estoy segura de que si lo pensaran bien, cada madre, padre y familiar de víctimas de delito preferirían mil veces la vida de sus seres amados antes que la entronización de políticas públicas fundamentadas en la venganza y el miedo. Las vidas de sus seres amados tal vez estuvieran a salvo si el gobierno invirtiera en prevención y en medidas de equidad social en vez de jaquetonear con armas largas y promesas de castigos.
La segunda pregunta que nos plantean es: ¿Qué te gusta más, la Coca Cola o la Pepsi? No es chiste. Ya anteriormente he comparado al PPD y al PNP con la Coca Cola y la Pepsi: Sus latas y promociones tienen colores distintos, pero dentro de las latas está el mismo refresco dañino tal y como los rojos y azules comparten la misma ideología de clase que tanto daño ha hecho a nuestro país.
Así que con la alegada reducción de la Legislatura, lo que se nos pide es que estemos de acuerdo con poner en manos de la misma Legislatura que aprobó la Ley 7 y el nuevo Código Penal el poder de decidir quiénes y de qué partidos lograrán acceso a los escaños legislativos. No están proponiendo la unicameralidad, sino perpetuar el juego de la sillita entre PNP y PPD que a la larga son casi iguales y operan con la misma lógica de avaricia y desigualdad.
Yo, por mi parte votaré No y No. No renuncio mis derechos y tampoco renuncio a la posibilidad de terminar con el bipartidismo electoral. También haré el esfuerzo extra que me gustaría que otras personas hagan: Trabajar como funcionaria de colegio a favor de NO-NO. ¿Cuál es tu contestación a ambas preguntas?
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