No sé
cuántas personas dan tantas vueltas como yo.
No sólo están las vueltas de la semana (trabajo, colegio, prácticas de
deporte, reuniones y compromisos extras por el trabajo político y literario)
sino las vueltas del fin de semana… esas que están relacionadas con cosas algo
más extraordinarias. Son extraordinarias
no porque sean parte de una aventura con la capacidad de sorprendernos y
hacernos soñar, sino porque son cargas adicionales imposibles de asumir en
medio de la semana… hacer compra, limpiar la casa, lavar ropa… También el tema
familiar. Queremos bebernos el fin de
semana como una piña colada entre obligaciones y amores. Todo como una carrera en la cual el cerebro
se nos puede congelar por el apuro de sorber la vida como si estuviéramos
trabajando con checklist de cosas por hacer.
Ante todo
esto, hay que hacer pausas genuinas para pensar. Pensar de verdad y no desde los análisis de Facebook
y twitter que nos abarrotan los celulares y computadoras. También hay que escuchar el yo interno y
evaluar si tenemos el tiempo que necesitamos para centrarnos antes de opinar y
empujar ideas o partidos.
Esta
semana, las compañeras de Matria y la Ruta de las Mujeres tenemos tarea. Nos corresponde completar el análisis de las
plataformas de los partidos políticos para presentarlos ante el país el 17 de
octubre en nuestra Asamblea Anual. Analizaremos desde nosotras y
nuestra perspectiva de género lo que los partidos dicen en sus plataformas y
también lo que han dicho con sus acciones.
Si sólo miráramos las plataformas y sus promesas, estaríamos siendo
ingenuas… pero de igual manera, desde ahora les estamos invitando a mirar las
plataformas por sí mismas para que puedan conversar con nosotras en el proceso
de estas semanas.
Yo miraré
todo como Amárilis Pagán, también como Matria, también como feminista, como
activista de derechos humanos y como mujer interesada en el desarrollo
económico comunitario. ¿Cómo lo mirarán
ustedes? Déjennos saber y enriquezcan la mirada colectiva.
¿Preguntas
guías? Algunas para provocar: ¿Qué
derechos humanos se garantizan desde esas plataformas y para quiénes? ¿Cuáles
son las comunidades más vulnerables en nuestra Isla y cómo las ven los
partidos? ¿Las ven como débiles y
mantenidas o las ven como gente que puede apoderarse de los procesos y ser
parte fundamental de nuestra democracia?
¿A quién favorecen las acciones que proponen y a quiénes han favorecido
antes? Eso sólo para empezar.
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