30.6.08

Las mujeres como botín político

Voces/El Nuevo Día
30 de junio de 2008

¿Somos las mujeres un mero botín para los partidos políticos? La sesión legislativa culminará sin la confirmación de nuestra Procuradora, poniendo en riesgo lo alcanzado por el movimiento de mujeres, y la propia OPM, al convertir nuestros asuntos en botín de luchas político partidistas.

Cuando en 1995 se celebró la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, mejor conocida como Beijing 95, se reafirmó internacionalmente la importancia de analizar desde una perspectiva de género los problemas de la sociedad para garantizar un desarrollo sostenible, no sólo para las mujeres, sino para la sociedad en general. Los estados participantes se comprometieron con objetivos de igualdad, desarrollo y paz para todas las mujeres. Nuestra situación política no nos brindó acceso como estado a este evento internacional. Pero una delegación de mujeres de nuestra Isla participó activamente en la Conferencia y creó un “Plan de Acción para la Igualdad, el Desarrollo y la Paz de las Mujeres de Puerto Rico”. Ese plan, sirvió de base para importantes iniciativas a favor de las mujeres de Puerto Rico, siendo una de ellas la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM).

¿Qué representa la OPM para las mujeres de la Isla? Es la única agencia de gobierno que, en alianza con las organizaciones, analiza desde una perspectiva de género los problemas sociales de la Isla y las soluciones que se proponen por otras ramas o agencias de gobierno. La OPM ha evaluado múltiples asuntos- como la violencia doméstica, el desarrollo económico, la salud, la educación, la participación política y otros- tomando en cuenta cómo se afectan las mujeres y proponiendo acciones concretas afines a nuestras necesidades.

Hoy, gracias a las organizaciones de mujeres y a la OPM, las mujeres de Puerto Rico están emergiendo de la violencia, la pobreza y la exclusión por razón de género. Están asumiendo roles de liderazgo en áreas de las cuales antes eran excluidas. ¿Hace falta validar el trabajo de la OPM y defenderla? ¡Claro que sí! Más que nunca las organizaciones seguimos presentes y activas inspiradas por los logros alcanzados y con la vista fija en la equidad como meta.

18.6.08

Transversalizar la perspectiva de género

Comentario en Radio Universidad de Puerto Rico
18 de junio de 2008

Hace once años, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo advirtió en su informe anual sobre desarrollo humano- y cito- que "si no se introduce la dimensión de género en el desarrollo, se pone en peligro el propio desarrollo. Y si las estrategias encaminadas a reducir la pobreza no potencian a las mujeres, no lograrán beneficiar a toda la sociedad".

Tan reciente como esta semana, la pobreza de las jefas de familia puertorriqueñas volvió a ser noticia. No una noticia nueva, sino una que nos recuerda que aún tenemos mucho trabajo que hacer como país para garantizar la equidad de estas ciudadanas y de sus familias. Buscar las causas de la pobreza a la ligera, mirando meras estadísticas- que por cierto no son confiables- y decir que con una resolución legislativa se encontrarán sus causas es un ejercicio superficial. No hay que investigar demasiado para saber que más de un millón de mujeres de la Isla en edades productivas están fuera del mercado laboral remunerado. Sobre un 60% de las familias lideradas por mujeres viven bajo los niveles de pobreza.

El reto real, si de verdad se quiere erradicar la pobreza en el país, es transversalizar la perspectiva de género a la hora de pensar en medidas de desarrollo económico y social.En julio de 1997 el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) definió el concepto de la tranversalización de la perspectiva de género como el proceso de valorar las implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas, en todas las áreas y en todos los niveles de manera que las mujeres y los hombres puedan beneficiarse de ellos igualmente y no se perpetúe la desigualdad.

Si se tiene como objetivo final la igualdad de géneros, muy probablemente se logrará erradicar la pobreza, no sólo de las mujeres, sino de sectores importantes de nuestra sociedad. No podemos olvidar que en Puerto Rico muchas mujeres carecen de acceso al mercado laboral o a oportunidades para desarrollar sus empresas o autoempleo. Esa falta de acceso no es fortuita y nace de la visión estereotipada que aún tenemos acerca de las carreras profesionales y los oficios. También de las limitaciones relacionadas con la doble jornada de trabajo, la falta de cuidos adecuados para los niños y niñas, la falta de acceso a buenos servicios educativos y de salud y hasta la falta de un sistema de transportación pública adecuado.

La pobreza no se define de manera simple. Puede ser entendida como privación de la posibilidad de satisfacer necesidades básicas pero también como la privación de los medios para satisfacerlas. En nuestra Isla existen ambos tipos de pobreza. Sin embargo, no quiero cerrar este comentario sin hacer justicia a la labor de esperanza que se hace en la Isla para erradicar la pobreza. El desarrollo económico con perspectiva de género promovido gracias a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres y el desarrollo económico comunitario trabajado desde organizaciones no gubernamentales, ya son parte de un movimiento de desarrollo humano que entiende el factor económico como un instrumento para el pleno desarrollo humano de mujeres y hombres. En ese sentido, muchas de nuestras comunidades están más avanzadas que el propio gobierno y la legislatura que, incapaces de superar los intereses político partidistas, siguen poniendo en jaque el bienestar común.

¿Seguiremos hablando de pobreza? A partir de ahora, la consigna debe ser la de afirmar el potencial de desarrollo de nuestras mujeres y de nuestras comunidades para garantizar el futuro de un país que es de todas y de todos por igual.

Retar a las mujeres…

Voces/ El Nuevo Día
junio 2008

¿Qué tienen en común en estos momentos la Ley de Incentivos y el proceso de confirmación de la nueva Procuradora de las Mujeres? Una legislatura totalmente desligada de la sociedad civil en pleno y tomando decisiones decepcionantes para la mayoría de nosotras.

Desde diciembre pasado, las organizaciones de mujeres -y mujeres en carácter individual- manifestamos nuestro deseo de que se nombrara a una de nosotras para dirigir la Oficina de la Procuradora de las Mujeres. Fieles a los principios de nuestro movimiento, y actuando en consonancia con el espíritu de la Ley que creó la OPM en el 2001, buscamos consenso e hicimos nuestra recomendación al señor Gobernador. Él acogió esa recomendación. Esto de por sí, es un hito histórico pues en nuestro país no existen muchos precedentes en los cuales un grupo de la sociedad civil logra ponerse de acuerdo para- por encima de partidos políticos- impulsar un nombramiento de jefa de agencia que responda al país y al bienestar de quienes atenderá desde su puesto.

Las mujeres no somos ingenuas y estamos totalmente conscientes de que un nombramiento de un gobernador de un partido, a ser confirmado por un senado del otro, enfrenta el gran reto de superar las luchas políticas y de poder que se están dando entre ambas ramas de gobierno. Sin embargo, ese reto no nos amilana porque estamos acostumbradas a enfrentar retos cada vez que luchamos para adelantar la equidad. Fue un reto obtener el derecho al voto, fue un reto lograr las enmiendas de 1976 al Código Civil, fue un reto lograr la aprobación de la Ley 54 y fue otro gran reto lograr que se aprobara la Ley que creó la OPM y que se confirmara a la primera Procuradora, la Lcda. Fernós.

Faltan 30 días para que se cierre la sesión legislativa y para que se logre la confirmación de la nueva Procuradora, Marta Mercado. ¿Qué pensamos hacer desde el movimiento de mujeres? Eso ya se verá… así como se verá que no estamos dispuestas a entregar la Procuraduría a los partidos políticos como botín de elecciones, ni a dejar a un lado nuestra aspiración a un país equitativo y democrático para todas/os. ¡Cada mujer cuenta, y queremos la confirmación de nuestra Procuradora ahora!

Democratizar la economía

Voces/ El Nuevo Día
mayo 2008

Tengo sentimientos encontrados con la nueva Ley de Incentivos Económicos para el Desarrollo de Puerto Rico. Quizás se deba a que el proceso que se siguió para crearla fue hermético y atropellado y por lo tanto, excluyente. Quizás es que me afecta constatar que en nuestro país se persiste en ignorar la desigualdad y la pobreza mientras se insiste en la idea de que una inserción en los mercados globales es la única salvación para nuestro país. De tanto mirar hacia fuera, se nos olvida mirar a quienes sobreviven día a día junto a nosotras.

Aunque muchas personas de buena fe colaboraron en el proceso de redacción de la Ley, la buena fe de por sí, no da una visión inclusiva ni implica un compromiso con los tantos sectores tradicionalmente excluidos del poder en el país. Incluso, algunas de nuestras organizaciones lograron un espacio para deponer ante el Comité Técnico que trabajó en el proyecto de ley. Pero cuando se pretende trabajar para algo tan amplio y relevante como es el desarrollo de Puerto Rico, una ponencia no es suficiente. En realidad, debieron crearse espacios para el diálogo respetuoso e inteligente entre todos los sectores que se sintieran llamados e implicados en el asunto.

Al carecer de una visión amplia e inclusiva, el nuevo proyecto de ley se convierte en uno más de los cabildeados y promovidos por sectores que tradicionalmente han tenido acceso a la legislatura. Nuevamente se menosprecian las necesidades de las mayorías pobres y su capacidad de participar inteligentemente en la toma de decisiones. ¿Cuál es el precedente creado con la nueva Ley de Incentivos? Uno del cual yo no me sentiría tan orgullosa pues nuestra rama legislativa delegó su deber constitucional en una parte del sector privado e ignoró al resto. Porque resulta que las comunidades y las organizaciones de desarrollo económico y humano son también parte del sector privado… y no estamos ciegas, sordas o mudas ante lo que se hace en el país. La democracia depende de la participación y no de que se acaten en silencio las decisiones que no responden a la justicia.

Viernes humano

Voces/El Nuevo Día
mar 2008

Somos un estado laico y, sin embargo, tenemos días feriados correspondientes a festividades religiosas. Lo curioso es que muchas personas que se identifican como católicas o cristianas, en realidad no practican ninguna religión y temen admitirlo por miedo a ser discriminadas por salirse de las corrientes tradicionales. Miles de personas asisten puntualmente a servicios religiosos y cumplen con todos los ritos de su religión, pero en la vida cotidiana saben con certeza que están desconectadas de su ser interno y, más aún, saben que son incapaces de amar al prójimo.

¿Tiene sentido que exista un día feriado gubernamental en virtud de una festividad cristiana? No. Pero este próximo viernes, se detendrá casi toda la actividad laboral de la Isla. Hemos tenido que someternos a toda una invasión de mensajes religiosos en los asuntos públicos del país. Los políticos se llaman recíprocamente a la “reflexión” como si una dosis de religión fuera la respuesta a los males que aquejan la Isla. Pretende crearse un clima de santidad que dista mucho de ser real y profundo. De más está decir que muy poco se resuelve con expresiones cosméticas de amor a dios cuando al prójimo lo tenemos a nuestro lado todo el año y lo ignoramos porque no es igual a nosotros, no es blanco, no es heterosexual, no es rico, no es hombre, no es cristiano…

Para transformar al país necesitamos menos discursos religiosos y más acciones nacidas de amor genuino y aceptación de la diversidad humana. Necesitamos más personas íntegras que sean capaces de mirar el país a la luz de los derechos humanos de quienes lo habitan. Necesitamos personas que crean más en la igualdad que en símbolos religiosos y que sepan distinguir entre la paz y el fanatismo fundamentado en odio a lo diferente. Si de llamados a reflexión se trata, tengamos un viernes humano para repensarnos como nación y para poner en práctica un verdadero amor a la justicia y a la equidad. Para eso no hacen falta dioses ni religiones y mucho menos viernes santificados a costa de tradiciones que ya no responden a nuestra realidad.

7.3.08

Votos con perspectiva de género

Voces/ El Nuevo Día
7 de marzo de 2008

¿Cuántas mujeres acuden a las urnas analizando las candidatas y candidatos desde una perspectiva que considere sus necesidades como grupo? Probablemente no las suficientes, ya que de ser así habría bastantes legisladoras y legisladores descalificados desde las elecciones pasadas. Curiosamente, este año electoral casi coincide la fecha de las primarias con la del Día Internacional de las Mujeres. Esto nos brinda una muy buena oportunidad para reflexionar acerca de esos necesarios e importantes votos con perspectiva de género.

¿Y cómo analizar a todos estos precandidatos y precandidatas? Pues mirando no sólo las leyes que estos han promovido y apoyado sino las expresiones públicas que han hecho en temas que nos conciernen como mujeres. Y esto incluye lo que han dicho y lo que han callado. Porque a veces el silencio tiene como resultado práctico la validación de conductas, políticas y acciones que van en detrimento del pleno desarrollo de las mujeres puertorriqueñas.

¿Votaría usted por un candidato que abiertamente menosprecia el trabajo de otras legisladoras argumentando que su maternidad no las deja pensar? ¿O tal vez votaría por candidatas y candidatos que apoyan abiertamente posturas religiosas que perpetúan la idea de que toda mujer jefa de familia o que convive en relaciones consensuales es una ciudadana de segunda categoría? ¿Votaría por legisladoras/es que se manifestaron en contra de la voluntad de las organizaciones de mujeres que apoyan el nombramiento de la nueva Procuradora de las Mujeres a pesar de que ésta es la persona idónea para el puesto? Yo no.

Si las mujeres lograron acceso a derechos que antes les eran negados- como el de coadministrar los bienes de su matrimonio o el de denunciar una violación de su esposo o compañero- no fue porque las maquinarias gubernamentales lo hicieron fácil. Pero ahora, si las mujeres quieren garantizar su acceso a otros derechos que todavía les son negados, deben entender que sus votos serán determinantes en los procesos por venir. Aprovechemos las primarias para, desde una aspiración genuina a un país equitativo para todas y todos, construir un gobierno que nos represente y nos garantice nuestros derechos como seres humanas. Respondamos primero a nuestros valores de justicia y luego a los partidos. Si somos consistentes con esto, los partidos y el gobierno tendrán que cambiar.

13.2.08

Hay amores que matan

Publicado en Voces de El Nuevo Día
13 febrero 2008

Tal vez lo que suceda es que no son amores de verdad, que son amores castrados por estereotipos de género y saboteados por presiones sociales que perpetúan la violencia por razón de género y nos imponen una mujer muerta por cada semana del año.

¿Qué hacer ante tanta pérdida? De nada vale que nos alarmemos, si tan pronto cerramos el periódico seguimos con nuestras vidas y no asumimos una responsabilidad colectiva ante el problema. Así que de nuevo pregunto: ¿Qué hacer para detener esta ola de muertes y parar en seco el crecimiento de esta estadística?

Lo primero que debemos hacer es reconocer que estas muertes no se dan en un vacío. Mientras haya desigualdad por género, mientras un hombre crea que es superior a una mujer simplemente a base de su sexo, habrá violencia en contra de nosotras. Simple: Cuando alguien se cree superior- y por lo tanto, dueño de la vida y voluntad de otra persona- se cree también con el derecho a disponer de esa vida. Se convierte en un agresor, en un delincuente. Cuando las personas alrededor del agresor le refuerzan esa idea se convierten en sus cómplices. Si las personas alrededor de una víctima ignoran su necesidad de ayuda y se hacen de la vista larga ante las señales de peligro, se convierten en victimarios sociales y en criminales por negligencia.

¿Queremos asumir el rol de cómplices o el de personas solidarias con la vida, la justicia y la felicidad? Yo elegiría lo segundo. Al elegir la vida, elegimos estar alertas ante las señales de violencia y de peligro. También elegimos actuar, buscar ayuda e identificar los recursos que pueden brindarla. Decidimos de manera consciente regalar de nuestro tiempo a quien necesita de éste para ser acompañada a gestiones, recibir apoyo con el cuido de niños/as o transportarse a un lugar seguro. También elegimos apoyar en vez de juzgar.

Hoy, no cierre el periódico para olvidarse del tema. Hoy, tome unos minutos para reflexionar y luego propóngase actuar. ¿Qué mujer necesita su apoyo ahora? ¿Qué números de teléfono necesita tener a la mano? Que su amor no sea de los que matan, sino de los que dan vida…

10.1.08

Voces independientes

Voces/ El Nuevo Día
10 de enero de 2008

Siempre he pensado que el futuro de Puerto Rico depende de la sociedad civil y no de los partidos políticos. Éstos deberían ser un instrumento de la sociedad y no un fin en sí mismos. Los avances más importantes en áreas de derechos humanos son el resultado del esfuerzo y del compromiso de movimientos surgidos de los grupos civiles comprometidos con causas esenciales para la sociedad. En el caso de las mujeres se trata precisamente de eso, de defender sus derechos humanos y de reclamar para ellas los espacios necesarios para su desarrollo humano pleno.

Por décadas, las organizaciones de mujeres han trabajado incansablemente -en Puerto Rico y en el resto del planeta-para lograr legislaciones y acciones gubernamentales que garanticen esos espacios. Esto sucede porque vivimos en un sistema de ley y orden que, para bien o para mal, impacta a la sociedad civil y la manera en la cual ésta se organiza. Esa misma sociedad civil se ha distanciado cada vez más de los partidos políticos porque éstos se han distanciado de los valores humanos que las ciudadanas y ciudadanos consideramos esenciales para el bienestar general.

En el momento que el Gobernador anunció el nombramiento de Marta Angélica Mercado Sierra como nueva Procuradora de las Mujeres, surgió uno de esos puntos de encuentro entre la sociedad civil y los partidos políticos que pueden ser históricos. De un lado están las organizaciones de mujeres, líderes de la sociedad civil en temas relacionados con género, reclamando que se reconozca su capacidad y compromiso para sugerir las candidatas idóneas al puesto de Procuradora, y del otro lado los partidos políticos intentando antagonizar un proceso que no tiene por qué ser así.

Ante esta situación las organizaciones tenemos que levantar nuestras voces como voces independientes de controversias partidistas. Nuestra postura ante el nombramiento de la nueva Procuradora es clara. Tomamos una decisión informada, reclamamos un reconocimiento de nuestro derecho a opinar y defendemos nuestra independencia de criterio ante cualquier grupo que quiera degradar el proceso convirtiéndolo en un issue político partidista. Nuestras voces son libres, firmes y comprometidas con la sociedad civil de la cual provenimos. ¿Qué mejor referencia que esa para validar el apoyo a la nueva Procuradora?

2.1.08

Reina Magas

Voces/El Nuevo Día/ 2 de enero de 2008

Conozco muchas Reinas Magas. Algunas son ricas en bienes materiales y los comparten. Otras son ricas en inteligencia y la usan en beneficio de sus comunidades o de causas justas. Muchas son ricas en iniciativas y no escatiman en ponerlas al servicio de quienes las necesitan. Todas son ricas en amor y eso es lo que las convierte en reinas. Por eso, celebro la solidaridad y el entusiasmo que demuestran las mujeres de Puerto Rico para mantener vivo el trabajo por la equidad y la justicia para todas nosotras y el país.

Como conozco a las Reinas Magas- y sus aprendices- aprovecho para presentarles mi lista de peticiones.

Mi primera petición va dirigida a las Reinas Magas que viven su día a día tras las paredes del Capitolio… esas que hacen peripecias para sobrevivir el mundo político del país y que se saben representantes de los intereses genuinos de las demás mujeres. A ellas les pido que en el nuevo año miren con ojos solidarios las causas que atañen al bienestar general del país y al de las mujeres como grupo. No olviden que las mujeres, como ciudadanas, tienen derecho a que se consideren sus necesidades y a que se les permita desarrollarse plenamente.

También le tengo una lista a las Reinas lideresas de nuestras organizaciones de mujeres y de nuestras comunidades, las que se desvelan por cumplir los compromisos que asumen, le dan cabeza a los problemas que nos aquejan y no bajan la guardia ante las situaciones que nos afectan adversamente. Son el motor de muchas iniciativas que traen esperanza al país invisible y pobre que otras suelen pasar por alto. A ellas les pido firmeza en sus posturas, apertura a la diversidad y que alimenten las redes de apoyo que necesitamos para hacer crecer la idea de que un país que nos pertenezca en igualdad sí es posible.

A todas las Reinas Magas les pido que se miren unas a otras con afán de cambio, con orgullo y con solidaridad como si todas fueran imágenes de un mismo espejo infinito en el cual se reflejan también otras mujeres que nos precedieron y las que aún están por llegar…

28.12.07

Lo que queremos las mujeres

El Nuevo Día/ Voces
24 de diciembre de 2007

Esta semana, y luego de un amplio proceso de consultas, las organizaciones de mujeres de toda la Isla acabamos de anunciar los nombres de las dos compañeras que consideramos idóneas para ocupar el puesto de Procuradora de las Mujeres. A estas alturas, sus nombres ya deben estar en la prensa nacional y por ello, este momento resulta idóneo para que las mujeres digamos lo que queremos… después de todo, se trata de un asunto que nos compete a todas y que afectará no sólo nuestros derechos adquiridos, sino los derechos que aún nos faltan por garantizar…

En el año 2001, la creación de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres representó un logro del movimiento de mujeres ya que con esta oficina se sentó un precedente importante: el reconocimiento de que las mujeres, como grupo que aún es excluido del libre ejercicio de sus derechos, ameritaba la creación de un ente gubernamental autónomo y libre de presiones político partidistas. La premisa subyacente era y sigue siendo clara: los derechos humanos no pueden estar a merced de los vaivenes políticos del país. Los derechos humanos deben estar por encima de esas consideraciones. De eso se trata la Oficina de la Procuradora de las Mujeres.

Ahora, con la renuncia de la Lcda. María Dolores Fernós, las organizaciones se unieron para hablar no sólo a nombre de ellas, sino a nombre de las miles de mujeres que atendemos a diario en nuestros espacios. Hablamos a nombre de las sobrevivientes de violencia doméstica, de las sobrevivientes de agresión sexual, de las niñas, de las mujeres viejas, de las obreras, de las jefas de familia, de las pobres, de las negras, las lesbianas y de toda aquella que aún necesita apoyo para desarrollarse plenamente como ser humana y en igualdad de condiciones… Hablamos para decir lo que queremos y lo que queremos es simple: un proceso de nombramiento y confirmación libre de partidismos, honesto y comprometido con el bienestar de todas. Ahora les corresponde al señor Gobernador y al Senado mostrar con sus acciones el compromiso que tienen con nosotras…

29.11.07

¿Casas de interés social?

Voces/ El Nuevo Día
29 de noviembre de 2007

En Puerto Rico una persona que tenga la suerte de obtener un empleo a tiempo completo con un salario mínimo devenga un salario bruto promedio de $1,000 mensuales. En el caso de personas que se ven obligadas a adquirir un carro para moverse a su empleo, ese salario se reduce en al menos $200 mensuales, súmese (o réstese) el pago de cuido de niños/as, las deducciones obligatorias como el seguro social y las contribuciones y los gastos cotidianos como la gasolina, la compra y todo lo que viene detrás. Al final no queda nada, sólo la sobrevivencia… no queda dinero ni para el pago de una renta moderada y mucho menos de una hipoteca.

Con este panorama es inevitable mirar los proyectos de ley presentados por el Gobernador para incentivar la compra de hogares como algo totalmente ilusorio. ¿Comprar hogares de $150,000? ¿Quiénes? Si en Puerto Rico hay más personas viviendo bajo los niveles de pobreza que sobre ella. Aquí una se diría: “Bueno, pues entonces hay que aumentar las casas de interés social.” Pero en vez de eso, los constructores proponen aumentar el precio de las casas de interés social. Pareciera pensarse que la mera etiqueta de “interés social” las hiciera accesibles a las personas sin hogar propio y pobres de este país.

¿Y quién es esa gente pobre? Esa gente pobre es la que muchas veces no queremos ver porque nos molesta el concepto. Gente pobre es la que no tiene acceso a crédito tradicional por lo cual no sólo no puede comprar una casa de $100,000, sino que tampoco puede comprar una de $80,000. Es la gente que busca trabajo y sólo encuentra part-times y la que deja de pagar una cuenta este mes para pagar otra porque permanecen en un límite de sobrevivencia que limita su pleno desarrollo humano y el de sus hijos/as. Es la gente que vive y sufre la desigualdad aunque no la llame por su nombre.

¿Desarrollaremos la economía de Puerto Rico creando incentivos para generar riqueza a quienes ya la tienen? ¿O desarrollaremos al país eliminando la desigualdad? ¿Por el interés social de quiénes trabajará el gobierno y la comunidad?

23.11.07

Afirmar la igualdad

VOCES
El Nuevo Día
23 de noviembre de 2007

Muchas veces me preguntan por qué habemos mujeres que nos empeñamos en trabajar por otras mujeres. Quienes preguntan esto no ven la profunda desigualdad que hace vulnerables a las mujeres ante la violencia. No ven las estadísticas de esa violencia manifestada en feminicidios, violaciones, agresiones físicas y sicológicas… pobreza y exclusión. No ven las consecuencias nefastas que esa violencia tiene no sólo para las mujeres, sino para toda la sociedad.

Es imposible ignorar la desigualdad y la violencia cuando a diario nos encontramos con noticias de asesinatos y agresiones dirigidas en contra de mujeres y niñas en Puerto Rico y en el resto del planeta. ¿Entonces por qué no las vemos? ¿Por qué no nos sentimos llamadas a la acción solidaria y de justicia? ¿Por qué tampoco vemos la desigualdad cuando tiene como consecuencia la violencia de la pobreza, la exclusión y la marginación? Quizás no vemos la desigualdad y su relación con la violencia porque la asumimos como algo inmutable, inevitable, normal. Esa es una premisa falsa y dañina que debemos deconstruir como sociedad.

Evitar la violencia en contra de las mujeres requiere que reconozcamos como primer paso su humanidad e igualdad. También requiere que entendamos que la violencia tiene muchas y terribles caras, algunas enmascaradas en palabras o acciones que parecen inofensivas- como la letra de ciertas canciones- y otras grotescas y anacrónicas como los discursos sexistas que aún escuchamos de algunos de nuestros legisladores. La violencia por género se manifiesta a muchos niveles y ninguna de esas manifestaciones es inocente o puede ser pasada por alto.

Por eso, en el marco del Día Internacional de No Más Violencia Contra las Mujeres es importante reflexionar sobre lo que representa para cada una de nosotras y nosotros la aspiración a un país mejor. ¿Podremos tener un país justo sin que haya justicia e igualdad para todas? No. De la misma manera en que otros grupos excluidos aspiran a la igualdad, a las mujeres se les va la vida en ese reclamo porque la violencia las está matando. Hay que afirmar la igualdad. Afirmarla con la palabra, como se afirmará este lunes, pero también con acciones que le den una vida digna y de paz a cada mujer y niña de este país…

26.10.07

Incentivar la justicia económica

Llevamos semanas oyendo hablar sobre la Ley de Incentivos Industriales y todavía no se ha tomado en cuenta a las empresas comunitarias de este país. Se parte de un paradigma erróneo según el cual la economía de Puerto Rico depende casi exclusivamente de las empresas extranjeras y de unos cuantos industriales nativos. Por un lado, nuestros gobernantes y legisladores tratan de ganarse los votos de los pobres y por el otro promueven modelos que perpetúan la falta de equidad económica y social que tanto nos agobia.

Mientras en Villa Palmeras las mujeres de Shangai se esfuerzan por competir en la industria de la aguja, en Mayagüez las mujeres de Fénix del Caribe exploran incansablemente las alternativas que le permitan abrir su fábrica de dulces. Igual pasa en otros barrios de Puerto Rico donde otras mujeres y otros hombres tratan -desde su pobreza material y su falta de acceso al crédito y a otros recursos- de levantar otras empresas comunitarias. Trabajan en la dirección correcta: empresas para desarrollar al país entero y multiplicar nuestra riqueza colectiva.

Me pregunto si al hablar de las contribuciones que hay que eliminar, de cuáles incentivos otorgar, de qué más hacer para enamorar a los extranjeros, se ha hecho una suma y resta honesta que nos permita ver, después de tanto regalo, cuál será la ganancia real para el país. Para TODO el país y no sólo para quienes ya son dueños del grueso de los activos. ¿Cuánto está dispuesto a invertir el gobierno en una economía comunitaria? ¿Cuánto está invirtiendo ahora en comparación con lo que invierte en otros sectores? Es preocupante la insistencia en invertir para generar empleos que a la larga no serán para los puertorriqueños (como hicieron con una farmacéutica) o para generar subempleos que sólo permiten subsistir y no vivir a quienes los tienen que aceptar.

En Puerto Rico ya existe un movimiento de desarrollo económico comunitario que está ávido de oportunidades para combatir la pobreza. Ahora falta que todo el sector gubernamental y el industrial reconozcan la necesidad de que nuestra economía se diversifique sin descuidar a ningún sector. La pobreza de unos siempre será la vergüenza de otros.

Encontrarnos al otro lado

Publicada el 26-Octubre-2007
Voces de El Nuevo Día

En nuestro país a veces parece pensarse que para lograr el bienestar común hay que borrar del mapa a alguien. Hay quienes piensan en borrar del mapa a los pobres, hay quienes quieren borrar del mapa a los ricos, hay quienes actúan para borrar del mapa a los pacientes de VIH, a los adictos, a las mujeres sobrevivientes de violencia doméstica, a los negros, a los trabajadores y hasta a los gays. Así, partiendo de una mentalidad totalmente exclusiva y adversativa, se perpetúan desencuentros que no nos permiten superar los retos colectivos que hoy ocupan las primeras planas noticiosas.
Sin embargo, la solución está al otro lado. Y esto lo digo con varios significados que se yuxtaponen. Está al otro lado porque no se trata de borrar a quienes ya tenemos en este país que habitamos, sino en hacer lo contrario: integrarlos y dejar a un lado las ideas de exclusión que tanto daño nos hacen.
La solución también está al otro lado porque en la medida en que logremos mirar desde los ojos ajenos, desde sus historias, sus vivencias y sus paradigmas, encontraremos puntos de convergencia desde los cuales catapultar acciones conjuntas y efectivas basadas en metas comunes. Sin alianzas no habrá ni paz ni progreso ni justicia social.
Un ejemplo de estos esfuerzos de integración, aunque no es el único, lo estamos viendo en la Alianza Multisectorial para el Desarrollo Económico Comunitario. Esta nueva organización sin fines de lucro nació de los Encuentros por el Desarrollo Económico Comunitario que la Asociación de Bancos auspicia como parte de la Semana de la Reinversión Comunitaria. ¿Bancos promoviendo la integración de voluntades? En realidad se trata de comunidades y entidades públicas y privadas apoderándose de una oportunidad nacida en el sector bancario y de un espacio de diálogo para crear propuestas de desarrollo económico comunitario y, por ende, de otros desarrollos más importantes: los humanos. ¿Hacia dónde queremos llevar al país? Al otro lado, al lado de la esperanza, de la solidaridad, del desarrollo sustentable y equitativo. Al del bienestar común.

11.10.07

El síndrome de las mujeres invisibles

Cuando el reloj suena a las 5:30AM, Ivelisse, al igual que miles de mujeres a través de la Isla, abre los ojos y se pregunta cómo es posible estar tan cansada acabando de levantarse. Acto seguido comienza la preparación para el trabajo, los preparativos de sus dos hijos para la escuela, el ajoro para salir antes de que el tapón le arruine una rutina que apenas comienza y que debe ejecutar con la precisión de un reloj para mantener su empleo.

Ivelisse tiene apenas un grado asociado y se considera afortunada. Otras madres de la escuela no tienen ni un cuarto año de escuela superior y están condenadas a trabajar los turnos rotativos de algún “fast food”. Ella trabaja en una oficina de “ocho a cinco” aunque ello le representa mil malabares para bregar con los niños cuando salen a las 3:00PM de la escuela. La “escuela abierta” no opera en la de sus hijos así que los niños se quedan en casa de la abuela hasta que Ivelisse va a buscarlos en la tarde. Obviamente, con su salario Ivelisse no puede pagar uno de esos maravillosos y costosos servicios de estudios supervisados que se anuncian por ahí. La abuela no sabe leer.

Este semestre los niños de Ivelisse entraron a un equipito de pelota que practica en las tardes. A las 5:30PM para ser exactas. Por eso sale como una loca del trabajo para recogerlos y llevarlos al parque. Los nenes merendaron en casa de la abuela pero Ivelisse siguió de corrido, sin merienda ni comida, agotada y asustada pensando en las asignaciones que le esperan al llegar a la casa a la noche y en la cocinadera, lavadera y quién sabe qué más. Por eso hoy, luego de doce horas de carreras, Ivelisse se quedó de una pieza cuando oyó que se estaba considerando un proyecto de ley para aumentar la jornada laboral a diez horas diarias para promover la vida familiar. La vida familiar de quién se preguntó. “¿A qué hora voy a bregar con mis hijos y cuándo voy a dormir?” casi gritó. Pero luego siguió en su carrera diaria sin darse cuenta de que esa es una de las ocasiones en las que se manifiesta a nivel individual y colectivo el síndrome de las mujeres invisibles…

21.9.07

Mujeres con voz

21-Septiembre-2007
Publicado en Voces de El Nuevo Día

Todas sabemos que la participación política de las mujeres es limitada por múltiples factores. Con tan sólo 119 candidaturas radicadas para las próximas elecciones, es muy posible que a larga el porcentaje de mujeres electas a cargos públicos siga siendo mínimo en comparación con el de varones. Sin embargo, eso no quiere decir que todo está perdido. Muy al contrario, aún nos queda mucho por ganar. Si vemos la historia de los movimientos de mujeres, podemos comprender que los avances logrados, aunque meritorios, son sólo parte de un proceso que aún no termina.
La equidad en los ámbitos económicos, políticos y sociales aún nos elude. Los partidos políticos gobernantes continúan fallando a la hora de asumir responsabilidad y compromiso con nosotras como grupo. No han apoyado el desarrollo de las mujeres ni con políticas públicas concretas ni con presupuesto apropiado. Cada logro alcanzado ha tenido que ser defendido para evitar que lo reviertan y las mujeres que han asumido el reto de trabajar desde el Gobierno enfrentan a diario limitaciones presupuestarias para adelantar las causas que nos competen. ¿Podemos cambiar esta realidad? Sí.
¿Es difícil lograr cambios a nivel político? Eso lo sabemos. Pero hay que crear desde ahora las condiciones para superar las barreras que hoy nos marginan. Los Foros Ciudadanos auspiciados por El Nuevo Día, Capedcom y Telemundo son un espacio idóneo para comenzar a generar cambios.
¿Qué mejor manera de hacer saber a los partidos políticos que estamos presentes y dispuestas a exigir acción que alzar nuestras voces y traer propuestas que trabajen efectivamente con los retos que enfrentamos como parte del país? El tiempo de las mujeres vistas como víctimas indefensas y con intereses supeditados a un entorno meramente familiar ya se acabó.
Así que mi exhortación a otras mujeres es que se tomen unos minutos y miren a su alrededor. Estoy segura de que todas hemos visto problemas que nos afectan y también hemos pensado en cómo solucionarlos. Agarremos esas soluciones, esas propuestas, esas ideas y hasta esas denuncias y llevémoslas a los Foros Ciudadanos. No permitamos que el silencio nos siga invisibilizando. Abramos las puertas a otras mujeres y trabajemos juntas en solidaridad por la equidad.

3.9.07

Piropos y pedradas



Cada tarde, al salir de la escuela superior Bonifacio Sánchez en Aibonito, las jóvenes estudiantes se ven obligadas a transitar por un tramo de la calle principal del pueblo que está en plena construcción y cerrado al tránsito vehicular. En ese tramo de carretera, frente a su propia escuela, son también agredidas a diario. No hablo de agresiones físicas, pero sí de agresiones verbales. Del tipo de agresión que viene disfrazada de piropo de mal gusto y que por el contexto y las edades de los que las piropean hieren profundamente los principios de protección a menores y de equidad por género que supuestamente deben distinguir a nuestra sociedad.

Lo más preocupante de situaciones como ésta es que se repiten a diario por toda nuestra isla. En el caso de Aibonito cabe preguntarse si tanto el Municipio – autoridad responsable de la construcción y por lo tanto de los trabajadores- como la escuela han tomado medidas de protección a las menores. Esto es algo que parecería lógico a no ser que esté operando en las mentes de todos y todas los que conocen de esta situación una premisa peligrosa: “Es normal que esto suceda. Eso no es nada.”

En este punto la pregunta es: Si en el contexto laboral los comentarios y conductas sexuales indeseadas se consideran ilegales, ¿por qué en la calle no lo son? Si consideramos la indefensión de una joven -y aún de una mujer adulta- ante un grupo de hombres que le grita en la calle y a la vista de todo el mundo comentarios de índole sexual, es inevitable concluir que se trata de una agresión y que ésta amerita una protección adecuada. Pensar que es normal y que las niñas deben tolerar en silencio esas pedradas verbales es validar un pensamiento totalmente sexista en el cual se ve a las mujeres como meros objetos sexuales. ¿Es aceptable pensar así en pleno Siglo XXI? No.

Las agresiones verbales, y la mentalidad que las genera y las tolera, son el campo perfecto para justificar y perpetuar las agresiones sexuales que tanto revuelo levantan al ser denunciadas en la prensa. ¿Queremos seguir siendo cómplices?

24.8.07

Lo que cuesta la dignidad

Voces, El Nuevo Día
24 de agosto de 2007
Hace varios días que se escuchan en la prensa los angustiados llamados de los hoteleros y de la Compañía de Turismo para que los grupos pacifistas y antimilitaristas reconsideren sus intenciones de protestar ante la convención de la Asociación de la Guardia Nacional de Estados Unidos que se celebra en Puerto Rico este fin de semana. Alegan que esta convención traerá millones de dólares a la Isla y aseguran que las protestas no serán positivas para nuestra imagen.
Ante esto tengo que admitir que he sentido indignación pero no con los pacifistas, sino con los hoteleros y con el propio gobierno de Puerto Rico. ¿De qué nos están hablando estas personas? Si los alegados millones de dólares en ingresos a la Isla convencen al pueblo, a mí me hacen preguntarme: ¿Cuántos de esos millones se quedan en Puerto Rico y cuántos van a parar a las cuentas bancarias de los extranjeros dueños de las cadenas de hoteles? Y más allá de los millones, la pregunta más importante es la siguiente: ¿Cuánto cuesta la dignidad de un pueblo? ¿Cuánto cuesta la vida de los millones de seres humanos que mueren cada año como consecuencia de conflictos bélicos?
Definitivamente, la imagen de un país se hace más seria, más digna y más atrayente cuando en el mismo su ciudadanía defiende el valor de la vida y de la paz por encima del valor del dinero. Tratar de decirnos a través de la prensa que debemos callar ante actividades que promueven y entronizan una cultura de guerra a cambio de las migajas económicas que a corto plazo dejarán esas actividades en la Isla, es decirnos que la vida de los seres humanos tiene un precio muy bajo y que nuestros principios está a la venta y a precios de quemazón.
Contrario al llamado hecho por los representantes de la industria turística para desalentar las manifestaciones de este fin de semana en contra de la guerra, el llamado que debe prevalecer es el llamado a la expresión firme, contundente y pacífica a favor de la Vida y la Paz para todas y todos los seres humanos del planeta.

16.8.07

Reivindicar el derecho a la vida

Publicado en Voces, El Nuevo Día
16 de agosto de 2007

¿Qué siente un ser humano en una situación en la cual es despojado de todo control sobre su cuerpo y su vida mediante la utilización de la violencia? ¿Cuánta angustia? ¿Cuánta ira o frustración? ¿Cuánto miedo? ¿Qué siente quien lo presencia? ¿Cómo se sobrepone la familia y la comunidad? Estoy segura de que el vídeo que puso en evidencia los actos de brutalidad policíaca que privaron de la vida a Miguel A. Cáceres consternaron al país entero. No es posible ver el vídeo sin angustiarse. Pero ante esa sensación de angustia, el paso siguiente debe ser de denuncia y de acción.

Los activistas de derechos humanos y las personas de las comunidades llevan tiempo denunciando situaciones como ésta. Las han denunciado y todo se ha quedado en una nota secundaria en la prensa local y un recóndito lugar en la memoria colectiva. Esto, junto a un manto de impunidad, parece ser el mejor incentivo para que la uniformada perpetúe una cultura de terror y violencia en una sociedad que ya está saturada de pobreza, de desesperanza y de la propia violencia.

Ya es hora de que toda ciudadana y ciudadano preste atención a las denuncias de brutalidad policíaca que hacen las comunidades y las organizaciones de derechos humanos. Si esas denuncias son recibidas por el público con indiferencia tendremos que seguir sufriendo la violencia del estado hasta límites insospechados. No podemos caer en la idea común de que estos actos se dan en comunidades pobres o en residenciales públicos y que por eso son menos graves. No podemos hacernos eco de los prejuicios de clase con los cuales se estigmatizan las comunidades pobres como si fueran criminales y validar con nuestro silencio la falta de justicia y de respeto a la vida y a la dignidad de todo ser humano.

Ante los hechos de esta semana, la acción ciudadana debe darse como un reclamo al sistema, porque ese “sistema” nos pertenece y nos tiene que responder. Y debe darse desde una comprensión clara de que no hay nada que justifique el uso desmedido de fuerza hacia un ser humano o tomar su vida. Tampoco hay nada que justifique la indiferencia. Ni la indiferencia ni el olvido. Preparémonos para actuar y hagámoslo.

24.7.07

Dimensiones paralelas

Voces, El Nuevo Día
17 de julio de 2007

Acabo de dar la vuelta a la Isla. Por puro placer y para ver de primera mano qué tal nos va. Es así como vi pueblos con plazas llenas de árboles y fuentes y otros con apenas un pedazo de cemento intransitado y polvoriento. Debo decir, sin embargo, que el tener que hacer innumerables transiciones entre dimensiones paralelas y totalmente distintas entre sí fue un poco agotador. Sí, porque Puerto Rico ya no es sólo un país multipisos. Es también un país multidimesional en el cual viven lado a lado la pobreza con la riqueza, los buenos hospitales con la falta de un dispensario decente en el cual la gente pueda atenderse, los grandes y buenos colegios con las deterioradas escuelas públicas, los espacios de recreación hermosos con los espacios descuidados y llenos de escombros, la belleza con la fealdad, la enajenación con la chocante realidad que vive más de la mitad del país.

Teniendo tantas dimensiones palpables, la pregunta es: ¿Por qué el gobierno y otros sectores privados que dominan la economía insisten en buscar soluciones unidimensionales para todo? ¿Por qué tantos puertorriqueños creen en esas soluciones?

Las múltiples dimensiones paralelas del país no son fáciles de ignorar cuando se tienen ganas de vivir en una nación de justicia y equidad. Y ya las comunidades lo saben. Llevan años trabajando afanosamente para trascender las líneas que les separan de las otras dimensiones y exigir respuestas para sus propias necesidades. Trabajan para crear puentes para un desarrollo económico comunitario y autosustentable. Un desarrollo que sí es multidimesional, humano y ambientalmente amigable. El que puede cambiar el futuro del país entero y no sólo el de unos pocos. Contrario a lo que se dice para desanimar estas iniciativas, en Puerto Rico la gente sí quiere trabajar.

Creo que más gente debe darse una vuelta por la Isla. Mirarla desde otros ojos y no desde los ojos de un mercadeo de ilusiones que no representa lo que somos. Hay que mirar más allá de los centros comerciales y las autopistas. Ahí está la dimensión nacional, paralela y viva, que nos puede salvar como colectivo de voluntades que buscan un mejor país.

Yo no voy a llorar por Puerto Rico

No voy a llorar por Puerto Rico. Voy a luchar por él. Esa ha sido mi consigna personal desde hace muchos años y no voy a cambiarla por un re...