18.6.08

Viernes humano

Voces/El Nuevo Día
mar 2008

Somos un estado laico y, sin embargo, tenemos días feriados correspondientes a festividades religiosas. Lo curioso es que muchas personas que se identifican como católicas o cristianas, en realidad no practican ninguna religión y temen admitirlo por miedo a ser discriminadas por salirse de las corrientes tradicionales. Miles de personas asisten puntualmente a servicios religiosos y cumplen con todos los ritos de su religión, pero en la vida cotidiana saben con certeza que están desconectadas de su ser interno y, más aún, saben que son incapaces de amar al prójimo.

¿Tiene sentido que exista un día feriado gubernamental en virtud de una festividad cristiana? No. Pero este próximo viernes, se detendrá casi toda la actividad laboral de la Isla. Hemos tenido que someternos a toda una invasión de mensajes religiosos en los asuntos públicos del país. Los políticos se llaman recíprocamente a la “reflexión” como si una dosis de religión fuera la respuesta a los males que aquejan la Isla. Pretende crearse un clima de santidad que dista mucho de ser real y profundo. De más está decir que muy poco se resuelve con expresiones cosméticas de amor a dios cuando al prójimo lo tenemos a nuestro lado todo el año y lo ignoramos porque no es igual a nosotros, no es blanco, no es heterosexual, no es rico, no es hombre, no es cristiano…

Para transformar al país necesitamos menos discursos religiosos y más acciones nacidas de amor genuino y aceptación de la diversidad humana. Necesitamos más personas íntegras que sean capaces de mirar el país a la luz de los derechos humanos de quienes lo habitan. Necesitamos personas que crean más en la igualdad que en símbolos religiosos y que sepan distinguir entre la paz y el fanatismo fundamentado en odio a lo diferente. Si de llamados a reflexión se trata, tengamos un viernes humano para repensarnos como nación y para poner en práctica un verdadero amor a la justicia y a la equidad. Para eso no hacen falta dioses ni religiones y mucho menos viernes santificados a costa de tradiciones que ya no responden a nuestra realidad.

1 comentario:

  1. El día que la hipocresía y la complicidad con un sistema opresor y de control, no nos domine, seremos libres y comenzaremos a
    degustar y disfrutar la vida sin miedos infundados a lo que es el imaginario despues de la muerte

    ResponderBorrar

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...