Los políticos de este país se creen que nosotras, las y los votantes, somos como los monos. Creen que el 4 de noviembre iremos a las urnas a votar sin pensar. Se empeñan en hacer demostraciones de poder para inducirnos a votar por quien parece ser el vencedor. Pero a nosotras/os eso no nos engaña.
No nos engañan las concentraciones de seguidores ciegos guiados por el fanatismo.
No nos engañan discursos de cambio que esconden posturas retrógradas y de odio a la diversidad, a las mujeres, a la pobreza, a la gente negra, a los obreros y obreras, a las comunidades excluidas…
No nos engañan palabras con significados tergiversados desde perspectivas fundamentalistas. Los valores que apreciamos no son los de desigualdad, ni los estereotipados desde pensamientos machistas y homofóbicos. Nosotras sabemos que el valor del amor al prójimo, a la equidad y la justicia superan los discursos que pretenden llevarnos al siglo pasado.
No nos engañan cuando se disfrazan de defensores de la familia mientras se niegan a aceptar que ya no existe un solo tipo de familia. Nuestras familias- diferentes, diversas y heterogéneas- son tan dignas como la llamada familia “tradicional”. Nos amamos igual, nos cuidamos mutuamente y aspiramos a alcanzar el bienestar y la felicidad.
No nos engañan los discursos de miedo.
No nos engañan los discursos amenazantes.
No nos engañan los espejismos que prometen un bienestar imposible mientras exista la sombra de la desigualdad y el discrimen.
No nos engañan promesas de prosperidad, porque sabemos que esa prosperidad está destinada a los grupos de siempre y que la pobreza quedará aposentada en el futuro de los de siempre.
Por eso, hoy, este país sabrá ponerse de pie.
Por eso, las mujeres no nos rendimos, como no nos rendimos en el pasado.
Por eso, no imitaremos como los monos a los fanáticos, no dejaremos que nos presionen con amenazas y no dejaremos de reclamar la equidad para nosotras y para nuestras hermanas y hermanos puertorriqueños.
Cuando las mujeres nos negamos a asumir el rol de princesas desvalidas que nos asigna la sociedad, inmediatamente nos convertimos en brujas y rebeldes. Pero, después de todo, ¿es tan malo ser una bruja rebelde? Reafirmar nuestra identidad, reclamar espacios para la equidad es cosa de todas... de brujas y ex-princesas.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Yo no voy a llorar por Puerto Rico
No voy a llorar por Puerto Rico. Voy a luchar por él. Esa ha sido mi consigna personal desde hace muchos años y no voy a cambiarla por un re...
-
No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...
-
No se puede querer ser celebrity o influencer y defensora de derechos humanos a la misma vez. No se puede querer quedar bien con todo el mu...
-
🔥 Si el PPD y Proyecto Dignidad quieren el voto de las mujeres deben ser honestos y decirles para qué lo quieren. Proyecto Dignidad postula...
Somo Susana y Krmen las blogeras de Cicatrices Transgenicas, te hemos enlazado a nuestro blog, si te gusta el nuestro esperamos que nos enlaces. Cuanto más grande sea la red de mujeres mas fuerza tendremos!
ResponderBorrarhttp://cicatricestransgenicas.blogspot.com