Estamos a una semana del solsticio de verano y
la luna llena ya brilla. ¿Tiempo de magia? Para una bruja atea (¡sí, existen!)
es tiempo de magia pero también de reflexión y acción. Porque no sólo el solsticio está cerca. También el cierre del año fiscal
gubernamental y las votaciones disparatadas de última hora antes de que termine
la actual sesión legislativa. Hechizos,
leyes y un gobierno en bancarrota. ¡Ah!
Y noche de San Juan. Habrá que convocar
a las brujas de todos los confines del planeta.
Así que por esto, les regalo una columna-hechizo.
[Para este hechizo necesitará
espacio para una fogata o un caldero de brujitx en el cual encenderá su pequeño
fuego simbólico. Puede hacerlo a la orilla
de un río o del mar. Si no tiene un cuerpo de agua cerca, tenga un envase con
agua. No olvide flores blancas.]
El día más largo del
año: Fuego en el fuego
“Y encenderás una
fogata a la luz de las estrellas y la encenderás con intención. Nada ocurre por casualidad, tu intención es
la que se manifiesta”.
¿Encenderemos la esperanza en este
solsticio? Plantearnos como pregunta
cuáles son nuestras intenciones, es vital para lograr la magia del
solsticio. Y fíjense que la intención es
muy distinta al deseo. Podemos desear
algo y no tener la más mínima intención de actuar para conseguirlo o para
convertirlo en realidad. Podemos desear la paz mundial, y no tener la intención de dejar nuestras prácticas agresivas. Podemos desear un mejor futuro para nuestra
niñez, pero seguir devorando los recursos del planeta sin intención de medir nuestra voracidad. También podemos desear la equidad y no tener la más mínima intención de
renunciar privilegios. Podemos desear
desesperadamente erradicar la pobreza y carecer
de la intención de trabajar para la transformación de nuestro sistema
económico. ¿Tenemos la intención de
trabajar, de cuestionar, de retarnos, de abandonar lo viejo, de abrazar nuevas
ideas, de asumir riesgos, de dar un salto a la acción desde la esperanza?
Cuando cada cual sepa cuál es su intención en
este solsticio, podrá encender la fogata.
“Fuego en el fuego,
agua y estrellas. Hoy brilla el sol y
desde mañana luchará contra la oscuridad. Los días se harán más cortos, pero la
vida sigue, otro solsticio habrá. Abre
los ojos, mira a tu alrededor. Celebra,
llora, golpea la tierra con ira y vuelve a reír. No es locura. Es amor, es
compasión, es empatía y es humanidad”.
Hagamos un balance de lo que tenemos. De nuestras victorias y de nuestras derrotas,
de nuestros amores y de nuestros enemigos.
A nivel personal y colectivo. Dejemos
que nuestra mente se exponga a lo positivo y a lo negativo de sus propias
emociones y de la energía que se mueve en forma de eventos a nuestro alrededor. Mucha gente teme ser tildada de pesimista y
se resiste a ver lo negativo. Nadie
quiere reconocer derrotas. Nadie quiere
admitir enemigos. Pero, si nos empeñamos
en negar la existencia de las cosas negativas, replicamos los anuncios de
Walmart (¡siempre precios bajos! ¡todo es perfecto aunque explote a mis
empleadxs!), del gobierno y la “isla
estrella”, de WKAQ y los “piensa
positivo” y veinte mil otras sandeces que nos atosigan por ojos, boca y
nariz para que nos sintamos bien y no cuestionemos el sistema. Si bien te sientes y si nada te perturba,
pregúntate que parte de tu corazón ya se murió.
Imposible saber del dolor ajeno y de la pobreza y sentirse de
maravillas. Imposible saber de las
injusticias y no llorarlas. Imposible
afirmar cada día que estás agradecida y bendecida si no afirmas a la vez que
estás encabroná y con ganas de virar el sistema patas pa’rriba.
El día y la noche están en nosotras y
nosotros. Vivimos solsticios
internos. A veces gana el día, a veces
la noche. Y eso, no está mal. Pero mientras vives tu solsticio, no olvides
que eres parte de un sistema. Si el sol revienta, revientas tú.
“Fuego en el fuego:
Alimenta las llamas de tu fogata, toca el agua que te acompaña, nombra tus
cargas indeseadas y despídelas con un adiós. Hazlas llama que vuela o agua que
se derrama. Despide lo que no quieres.
Abraza lo que sabes que te seguirá acompañando. Sea miedo o amor, todo
se vale. El solsticio es hoy”.
Hay cosas que nos acompañarán toda la vida por
más que tratemos de soltarlas. (Sí. Los
libros de autoayuda te han mentido.) Hay
otras que podemos desechar.
El clasismo, la homofobia, el machismo, el
fanatismo político o religioso y la segregación social son cosas
desechables. Las desechamos a nivel
personal y a nivel colectivo y muchas veces luego de repetidos intentos que nos
cuestan relaciones, comodidades y vidas.
Las secuelas de una vida llena de violencia, el miedo a la soledad, el
ser objeto de discrimen y vivir escondiéndose del odio ajeno… no son cosas que
se desechan con facilidad. No todas
somos heroínas con la sabiduría y fuerza interna necesarias para superar tanto
dolor, odio y coraje. Eso no nos hace
menos. (Recuerda: Los libros de autoayuda mienten. Está bien sentirse triste,
iracunda y pesimista de vez en cuando)
“Fuego en el fuego:
Eres pasión y amor, eres la esperanza que baila, guerrerx en alerta, quien
elige un camino y se ciñe a él. Baila
alrededor del fuego. Ofréndate flores
blancas. Goza en ellas y acéptalas como parte
de lo que será tu altar a la libertad, al amor y a la vida/lucha que eliges
seguir”.
Bailar alrededor del fuego, teniendo claras
nuestras intenciones, es un acto de libertad. Bailar, como acto simbólico, puede tener
muchos significados: preámbulo a las guerras que se librarán, celebración de
victorias, ofrendas, expresión de amor, de alegría e incluso de duelo.
A nuestra Isla le esperan grandes guerras que
se librarán en nuestros corazones, en nuestras conciencias, al interior de los
colectivos y en el campo político y económico.
Habrá quienes quieran mantenerse en terreno neutral y habrá quienes
actúen como las valquirias- alimentándose de los cadáveres que queden en los
campos de batalla- mientras estarán lxs que dirán que hay que hacer las cosas
como siempre y con la gente de siempre.
Yo espero que hayamos muchxs más dispuestxs a repensar todo y a hacer
cosas arriesgadas para salir del estado en el que estamos. Ya no hay corporaciones foráneas,
amiguimismos, fondos seguros o contratos jugosos que justifiquen estar del lado
incorrecto de las batallas. La equidad-
esa cosa que algunas personas piensan que es abstracta- no se construye con
discursos o eslóganes. Se construye
desde cada decisión personal y cada alianza que aceptamos o rechazamos en los
espacios colectivos.
En este solsticio, la intención, el baile y las
ofrendas tendrán que venir con su propia carga de vida, de muerte y de amor al
prójimo.
“Fuego en el
fuego. El fuego en ti. El fuego en todxs. Purificación.
Atrás lo viejo. Lo que fue. Lo
que ya sabemos que dejó de ser. Lo aprendido.
Ahora se afirma lo que es. Lo que
nace de las lecciones. Lo que
emprendemos sin ataduras y sin cargas. El abismo de cielo, mar y tierra que nos
llama y al cual hay que lanzarse sin miedo.
Con esperanza”.
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