Ya en mi
adolescencia yo sabía que creía en la independencia para Puerto Rico. Y recuerdo muy bien uno de esos momentos en
los cuales quedé agobiada y derrotada al percatarme de que había elegido el lado
de los eternos perdedores. Claro que hoy
no pienso así. Pero para llegar al día
de hoy, y vivir con esperanza, en el camino tuve que aprender que hay premisas
que trascienden victoriosas y limpias el paso del tiempo. Mientras hay, sin embargo, otras premisas que
se nos convierten en la excusa para perpetuar desde el inconsciente las
opresiones que creemos combatir.
Cada vez
que escucho a un independentista decir con resignación que somos el 5%, me
estremezco. Cada vez que oigo a una
feminista afirmar que no hay espacio para incorporar al trabajo a mujeres
comunes, me asombro. Me estremezco y me
asombro porque no sé qué hacen en nuestras filas personas que cargan la derrota
como paradigma de vida. Personas que, además,
validan con su acción las ideas erróneas de lo que somos como colectivo.
Perpetúan la imagen del colonizado nacido para perder. Aunque, ¡un momento! La verdad es que sí, que perdemos cuando nos
negamos a participar en mesas de trabajo diversas, perdemos cuando nos
conformamos con desconfiar de todo lo que hace o dice el gobierno pero no
fortalecemos trabajos de base que lo retarían, perdemos cuando menospreciamos
la inteligencia del resto del país y hablamos para nosotrxs mismxs, perdemos
cuando fragmentamos nuestros valores y toleramos en nuestras filas patrióticas
el machismo y la homofobia, perdemos cuando damos por sentado que Mr. USA
siempre gana y que no hay que hablarle porque es inamovible. También perdemos cuando nos cansamos de
resistir y terminamos comprando en Walmart o cuando, al otro extremo, somos
incapaces de ver el potencial de crecimiento de nuestra economía y nos
entregamos al pesimismo que se nutre de la resignación.
Es
cierto. Hay gente en nuestras
"izquierdas" que perdió la esperanza de vencer la desigualdad hace
rato. Algunoxs ni cuenta se han dado de
que actúan pensando en las derrotas y no en las victorias. Marchan, piquetean, desobedecen
sin una estrategia a largo plazo porque no tienen tiempo para la reflexión,
para la planificación y la organización.
Se reservan el derecho al pataleo y con eso les basta. Se agotan con el pataleo. Y que conste que amo a algunxs de esxs
desesperanzadxs.
Tenemos gente que honra eternamente tumbas ilustres, habla con voces
ancestrales y no con la propia, teoriza y cita filósofos extranjeros, se
encierra en clósets en los que se habla con consignas y se olvida de que para
vencer en ciertas guerras hay que destruir hasta las propias creencias porque
si sirvieran para algo, ya hubiéramos ganado a la desigualdad y hubiéramos pateado
de la Isla a los EU y al resto de sanguijuelas que se alimentan de la colonia,
el machismo y la pobreza.
Destruir
nuestra propia afiliación a premisas limitantes- cuando esa afiliación se da
por costumbre o por miedo al rechazo de un grupo que respetamos o queremos- es
otro punto en la agenda de destrucción social para un nuevo país. Honrar lo que merece honra es bueno. Mirar con amor a personas que han dado su
vida por el bienestar común es importante, pero tener el valor de señalar, de
proponer y de dejar atrás las prácticas revolucionarias que corren por
tradiciones orales es impostergable.
Luego de
destruir las premisas que heredamos, construyamos las nuevas. Sin miedo a disentir. Sin miedo a confrontar.
Tu ponencia destructiva en esta ocasión me ha calado…y hondo. Coincidimos en que se puede erroneamente pensar que "la Izquierda", por "zurda", es automaticamente progresista y emancipadora a lo largo y ancho de todos los frentes sociales-humanos. Pero la Historia ha confirmado en repetidas ocasiones que no es asi, quizas porque por el origen de las ideologias que la sustentan, la Izquierda es "masculina" en el sentido de percepcion de roles por genero que ha caracterizado a la Humanidad. Y si miramos la trayectoria de Cuba Socialista, la USSR, la China Roja, estos paises zurdos persiguieron homosexuales, artistas, intelectuales, disidentes (incluso los de su propio partido), todo por no hacer eco de su linea dura central de control macharran (el ejemplo mas reciente: Rusia y su persecusion institucional de lxs homosexuales). Que conste, yo me considero "zurda", pero ni machista, ni misogona, ni racista, si humanista, femimista, libre pensadora, pero supongo que esto ultimo me hubiera traido problemas si me hubiera tocado vivir dentro de la circunstancia historica de estos ejemplos. Aquí en nuestro "territoriado pais" seguimos padeciendo de esta ceguera socio-politica, no solo en la Izquierda, tambien en la Derecha, Centro, Arrtiba, Abajo, de nuestra curiosa nacion de cuatro y tantos pisos.
ResponderBorrarPero como digo una cosa digo tambien que naciones tanto zurdas como centrales, ante el reto historico (o el reclamo legitimo de sus pueblos), estan ejerciendo su habilidad de avanzar en la direccion correcta, la de la justicia y la equidad. Por ejemplo, Cuba avanza poco a poco pero autocriticamente para enmendar sus errores, esas "premisas limitantes" que seguramente han estado impidiendo que se desarrolle al tope de sus verdaderas posibilidades.
Aquí dejo mi voto x una destruccion mas… ;)
Hasta la victoria compañerxs!
LiSA :)
Excelente, desafiante y lleno de retos verdaderamente revolucionarios, que la mayoría de los independentista han pasado alto. Después de estar mas de 30 años en el Exilio -- en los EUA, Europa y Mexico -- regrese a PR hace 11 años y los independentistas y otros grupos "revolucionarios" seguían en los mismos ghetos con las mismas premisas pesimistas dibujadas en "Los Derrotados" del genial e intrepio Cesar Andreu Iglesias y la rebeldía continua de Nilita Vientos Gaston.
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