26.1.13

Se trata de todxs


Publicada en El Nuevo Día
26 de enero de 2013

Nos han enseñado a temer a la libertad. A verla como si fuera un abismo tenebroso en el cual se agazapan el pecado, la muerte y el caos. Sin embargo, la libertad no es un abismo. Ateas o religiosas, todas las formas de ver al ser humano en nuestro mundo occidental, reconocen que la libertad y la capacidad de elegir son un derecho que se levanta como manto protector ante gobiernos y dioses. ¿No se trata de eso el libre albedrío? ¿No es de eso que nos hablan constituciones y declaraciones de derechos humanos?

La libertad está en juego en nuestro país ahora mismo. La libertad y la equidad. Mientras la Humanidad se mueve a reconocer las libertades y derechos de la comunidad lésbica-homosexual-bisexual-transexual y transgénero (LHBBT), en nuestra Isla algunos políticos y líderes religiosos se empecinan en utilizar sus biblias personales para golpear con miedo y autoritarismo el avance de nuestros derechos. Peor aún, se dedican a privar de la libertad a las personas buenas que acuden a sus iglesias o militan en sus partidos. Al insistir en hablar de pecado cuando estamos hablando de derechos humanos, les restan capacidad para pensar, les ordenan cómo vivir su amor al prójimo y su fe. Distorsionan la discusión pública porque desde esa distorsión alimentan su poder y exigen obediencia ciega.

¿Quién o quiénes deben decidir por cada una de nosotras a la hora de amar, de formar una familia o de expresar nuestra orientación sexual? ¿Quién o quiénes tienen el derecho a decir a qué dioses adoramos o cómo expresamos nuestra fe o nuestro ateísmo? 

Seguramente, ninguna lectora aceptaría que alguien le cuestione su amor o su fe. Yo tampoco lo acepto. No rindo mi libertad ni espero que otras personas rindan la suya. También estoy clara de que en el momento en el que nuestra Legislatura o nuestro gobernador acepten la presión de grupos religiosos para detener los proyectos de ley que enmiendan la Ley 54 y prohíben el discrimen por orientación sexual, no sólo se están rindiendo ellos. Estarían rindiendo nuestras libertades y nuestros derechos. ¿Qué hará el país? Esto no se trata solamente de la comunidad LHBTT. Se trata de todxs. De nuestra libertad. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Yo no voy a llorar por Puerto Rico

No voy a llorar por Puerto Rico. Voy a luchar por él. Esa ha sido mi consigna personal desde hace muchos años y no voy a cambiarla por un re...