Yo no vi la juramentación.
No he leído noticias sobre ella.
No he leído noticias sobre ella.
Y no es por enajenación.
Por meses leí noticias. Leí plataformas. Me cercioré de conocer y entender las alianzas del PNP y los compromisos de sus candidatos.
Por años he seguido de cerca sus acciones, vi de cerca las consecuencias de las acciones de su último turno para gobernar.
No necesitaba escuchar ni ver hoy para saber lo que vienen a hacer...
... ni para saber quiénes se limitarán a criticar sin hacer nada al respeto...
... quiénes se callarán por cobardía...
... quiénes mirarán para otro lado...
... quiénes usarán el pesimismo como excusa para enajenarse porque "no vale la pena sacrificar tiempo de ocio, descanso y familia"..
...y quiénes dirán que no queda más opción que bregar y guisar con quienes destruyen al país...
Antes se me rompía el corazón con esas cosas y las traiciones y abandonos que las acompañan.
Ahora, es posible que me rompa el corazón de nuevo, pero no la voluntad para hacer lo correcto. Porque ya sé, y muchxs saben, lo que viene. Y se necesitará mucho amor, solidaridad, coraje (y un chin de terquedad) para meterle tiempo y trabajo a la construcción de la matria que queremos.
No tenemos que ser una multitud. Basta con que logremos crear el peso necesario para empujar lo demás. Sin alardes ni anuncios grandilocuentes. En silencio. Desde abajo.
Eso. Así está mi 2017. Y sin perder la alegría a pesar de ver la realidad.
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