19.6.22

Papi y la ausencia de un hijo

 

Amo a mi papá. Y hoy le acompaño en su primer Día de los Padres, huérfano de uno de sus hijos. 


Miro estas fotos y todas las otras que habitan nuestra casa y siento una mezcla de alegría con tristeza. Con cuánta ilusión se ve en estas fotos…


Papi no tuvo una infancia fácil. Él nos disfrazaba sus precariedades y su orfandad paterna con cuentos maravillosos de toros, duendes, mundos mágicos bajo algún árbol del monte o cucubanos que en realidad eran seres sobrenaturales. Nos hizo pensar que sobrevivir el hambre y las desigualdades fue toda una aventura. Y le creímos. Luego supimos que es casi un milagro que él y sus hermanos y hermanas superaran todo eso. Claro, el milagro tuvo nombre, Juanita. La madre que luchó por ellos. Y otros nombres, como Panchita, la hermana mayor que también les crió a cuenta de sacrificar sus sueños, si es que llegó a tenerlos. 


Hoy celebro con amor a Papi. Y a mis hermanos que también son padres. Y abrazo a mis sobrinas desde la tristeza compartida por la partida de Tato. Y espero con ansias que llegue julio para recibir a mi hermano Jaime y abrazarlo de nuevo. 


Este es un día diferente. Otra fecha donde se sienten las transiciones en la historia de la familia. Ya no es un día de casa llena y ruidosa. Es un día de silencios. Nos falta uno. Eso lo cambia todo.


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