No se puede querer ser celebrity o influencer y defensora de derechos humanos a la misma vez.
No se puede querer quedar bien con todo el mundo y ser defensora de derechos humanos a la vez.
No se puede ir tras la aprobación social y ser defensora de derechos humanos a la vez.
No se puede ir por la vida tras premios, reconocimientos y palmaditas en la espalda y ser defensora de derechos humanos a la vez.
Porque defender derechos humanos implica pensar con cabeza propia, cuestionar, incomodar, retar y estar dispuesta a aguantar el rebote porque lo que te da fuerza es saberte fiel a tus principios y tu conciencia. Lo que te impulsa es la sed de justicia. Lo que te inspira es pensar en un mundo donde cada cual reciba lo que necesita y aporte lo que sus circunstancias le permitan aportar.
Ojalá hubiera menos activistas y más personas defensoras de derechos humanos.