10.1.08

Voces independientes

Voces/ El Nuevo Día
10 de enero de 2008

Siempre he pensado que el futuro de Puerto Rico depende de la sociedad civil y no de los partidos políticos. Éstos deberían ser un instrumento de la sociedad y no un fin en sí mismos. Los avances más importantes en áreas de derechos humanos son el resultado del esfuerzo y del compromiso de movimientos surgidos de los grupos civiles comprometidos con causas esenciales para la sociedad. En el caso de las mujeres se trata precisamente de eso, de defender sus derechos humanos y de reclamar para ellas los espacios necesarios para su desarrollo humano pleno.

Por décadas, las organizaciones de mujeres han trabajado incansablemente -en Puerto Rico y en el resto del planeta-para lograr legislaciones y acciones gubernamentales que garanticen esos espacios. Esto sucede porque vivimos en un sistema de ley y orden que, para bien o para mal, impacta a la sociedad civil y la manera en la cual ésta se organiza. Esa misma sociedad civil se ha distanciado cada vez más de los partidos políticos porque éstos se han distanciado de los valores humanos que las ciudadanas y ciudadanos consideramos esenciales para el bienestar general.

En el momento que el Gobernador anunció el nombramiento de Marta Angélica Mercado Sierra como nueva Procuradora de las Mujeres, surgió uno de esos puntos de encuentro entre la sociedad civil y los partidos políticos que pueden ser históricos. De un lado están las organizaciones de mujeres, líderes de la sociedad civil en temas relacionados con género, reclamando que se reconozca su capacidad y compromiso para sugerir las candidatas idóneas al puesto de Procuradora, y del otro lado los partidos políticos intentando antagonizar un proceso que no tiene por qué ser así.

Ante esta situación las organizaciones tenemos que levantar nuestras voces como voces independientes de controversias partidistas. Nuestra postura ante el nombramiento de la nueva Procuradora es clara. Tomamos una decisión informada, reclamamos un reconocimiento de nuestro derecho a opinar y defendemos nuestra independencia de criterio ante cualquier grupo que quiera degradar el proceso convirtiéndolo en un issue político partidista. Nuestras voces son libres, firmes y comprometidas con la sociedad civil de la cual provenimos. ¿Qué mejor referencia que esa para validar el apoyo a la nueva Procuradora?

2.1.08

Reina Magas

Voces/El Nuevo Día/ 2 de enero de 2008

Conozco muchas Reinas Magas. Algunas son ricas en bienes materiales y los comparten. Otras son ricas en inteligencia y la usan en beneficio de sus comunidades o de causas justas. Muchas son ricas en iniciativas y no escatiman en ponerlas al servicio de quienes las necesitan. Todas son ricas en amor y eso es lo que las convierte en reinas. Por eso, celebro la solidaridad y el entusiasmo que demuestran las mujeres de Puerto Rico para mantener vivo el trabajo por la equidad y la justicia para todas nosotras y el país.

Como conozco a las Reinas Magas- y sus aprendices- aprovecho para presentarles mi lista de peticiones.

Mi primera petición va dirigida a las Reinas Magas que viven su día a día tras las paredes del Capitolio… esas que hacen peripecias para sobrevivir el mundo político del país y que se saben representantes de los intereses genuinos de las demás mujeres. A ellas les pido que en el nuevo año miren con ojos solidarios las causas que atañen al bienestar general del país y al de las mujeres como grupo. No olviden que las mujeres, como ciudadanas, tienen derecho a que se consideren sus necesidades y a que se les permita desarrollarse plenamente.

También le tengo una lista a las Reinas lideresas de nuestras organizaciones de mujeres y de nuestras comunidades, las que se desvelan por cumplir los compromisos que asumen, le dan cabeza a los problemas que nos aquejan y no bajan la guardia ante las situaciones que nos afectan adversamente. Son el motor de muchas iniciativas que traen esperanza al país invisible y pobre que otras suelen pasar por alto. A ellas les pido firmeza en sus posturas, apertura a la diversidad y que alimenten las redes de apoyo que necesitamos para hacer crecer la idea de que un país que nos pertenezca en igualdad sí es posible.

A todas las Reinas Magas les pido que se miren unas a otras con afán de cambio, con orgullo y con solidaridad como si todas fueran imágenes de un mismo espejo infinito en el cual se reflejan también otras mujeres que nos precedieron y las que aún están por llegar…

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...