25.4.17

Cosas de mujeres: El ascenso de Wanda Vázquez

 Sobre Wanda Vázquez (Secretaria de Justicia):


Mientras fue Procuradora de las Mujeres castigó y persiguió la disidencia de organizaciones de mujeres. Matria y otras organizaciones podemos dar ejemplos concretos que incluyen difamación, investigaciones viciosas y reducción de fondos.


La denunciamos, pero políticos y público pensaron que eran chismes de mujeres y se la dejaron pasar.


En el año 2015, cuando se propuso la Defensoría de Derechos Humanos que ahora tanto necesitamos, amenazó y difamó a las que apoyamos ese instrumento de trabajo que considerábamos vital para enfrentar la crisis que ya veíamos venir. Hizo media tours difamando a Matria y difamándome a mí. 


La denunciamos, pero políticos y público (incluyendo organizaciones de nuestro entorno) pensaron que eran chismes de mujeres y se la dejaron pasar. Validaron sus ataques con su silencio y ella se salió con la suya porque el propio PPD dejó colgando la Defensoría.


En el 2016, tan pronto la nominaron Secretaria de Justicia, levantamos la voz de alerta. Advertimos que si como Procuradora de las Mujeres perseguía y atacaba a organizaciones de derechos humanos, con el poder del Departamento de Justicia era mucho más peligrosa. Advertimos que apoyó públicamente la pena de muerte, que estaba en contra del derecho a la fianza y que tenía alianzas públicas con sectores de derecha.


Pero nuevamente, políticos y público se la dejaron pasar porque tomaron nuestras denuncias como chismes de mujeres.


Y así, en el 2017, con el voto de Juan Dalmau, Vargas Vidot y gran parte de la delegación popular, la confirmaron como Secretaria de Justicia.


No escucharon a las mujeres porque a fin de cuentas, el machismo pesa más que la razón y que nuestras voces, aún en las izquierdas.


Ahora, nos toca bregar con ella y sus políticas de persecusión de defensoras y defensores de derechos humanos. Ahora nos enfrentamos a la violencia de un Estado que no teme atacarnos abiertamente porque nadie antes le detuvo. 


El silencio es cómplice cuando se ataca a organizaciones que tienen una trayectoria intachable de trabajo, pero es asesino cuando permite que personas como Wanda Vázquez lleguen a una posición de tanto poder.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Las últimas de la fila

 No recuerdo que alguien me haya dicho de niña que debía ser la última en comer. Pero lo aprendí. De adulta, al cocinar o comprar comida par...