28.6.18

I feel love

I feel love…

¿Cómo a los 9 años una niña en Aibonito se antojó del álbum de Donna Summer y de la canción I Feel Love? En los 70s, esa canción llegó a mi vida y todavía tengo el LP que Mami y Papi buscaron y me regalaron. Sin ser una familia adinerada, porque eran maestros, debo admitir que fui privilegiada porque siempre se esforzaron por complacerme, apoyarme, ayudarme a crecer y hacerme feliz.

Y hoy honro ese amor, y el amor de mi hija e hijos, de Mary Cele, mis hermanos (y hermanas de la vida), sobrinas, sobrinos, familia extendida, amigas y amigos que han estado conmigo por décadas y que me regalan abrazos aún en la distancia que los ajoros cotidianos nos imponen. Ninguno de esos amores ha sido simple. Han tenido altas y bajas, incluso momentos de dudar de ellos, pero al final ganaron en el corazón.

También miro y agradezco los amores de toda índole que han estado antes y ya no están, porque cumplieron su objetivo aunque yo lo haya dudado en medio de las guerras que estallan a pesar de que no las queremos y que nos dejan tan laceradas que aprendemos a desconfiar y desamar en defensa propia. Algo que siempre tiene remedio, como ya he dicho en estos días, porque amar es mejor que odiar y beber amargura cada día.

Siento amor. Mucho amor.
También otras emociones. No nos engañemos. En el Puerto Rico de hoy el amor anda de la mano con la rabia, la frustración y las decepciones. Pero el amor está. Y hoy es día de celebrarlo para que sea escudo, alimento y futuro.

Ya son #50.

#ReflexionesDeLos50 


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